Cuentos Sobre El Agua
Enviado por azumonte • 15 de Mayo de 2014 • 630 Palabras (3 Páginas) • 403 Visitas
Cuentos sobre el agua
Yo cuido el agua que uso
Había una vez un niño llamado Fernando, su mamá era una maestra de la Escuela local que le llamaba cariñosamente Fer, vivían en el Volcán de San Salvador, donde la comunidad recoge agua lluvia en un tanque de captación.
Un día le dijo: Fer vete con tu cantarito al tanque de agua y pregúntale a las personas que llegan a traer agua ¿Para qué necesitan el agua en la casa?. Y Fer se fue caminando hacia el tanque de la comunidad porque en el volcán de San Salvador no llega el agua potable del ANDA y a cada persona que llegaba a traer agua del tanque le iba preguntando: Doña Lencha ¿Para qué necesitan el agua en su casa?, Ah, Fernandito yo la ocupo para lavar la ropa de mis hijos... Niña Gloria ¿Para qué necesitan el agua en su casa?, Ah fíjate que esta agua la necesito para lavar los trastos que están sucios... Don Pedro y Usted para qué lleva el agua en ese cántaro. Ah, Fer... yo la ocupo para bañarme y lavarme los dientes... Niña Filomena y usted para que necesita esa agua que lleva... Ah! Fer sin agua las plantas se secan y la ocupo para regar mi jardín. Y así llegaron como veinte personas más y Fernandito descubrió que la ocupaban en diversos usos y todos eran importantes. Al regresar a su casa con su cantarito lleno de agua, le dijo a su mamá: Mamá vengo sorprendido, me he dado cuenta de lo importante que es el agua aquí en el volcán y desde ahora te prometo que voy a cuidar el agua que uso todos los días. Y así fue, desde entonces Fernandito no desperdiciaba el agua que usaba para sus necesidades personales.
LA SEÑORA LETICIA
Había una vez una señora que se llamaba Leticia. Esa señora desperdiciaba mucho el agua dulce.
Cierto día su amiga Tamara la fue a visitar y conversó seriamente con ella.
Su amiga le dijo que no estaba haciendo lo correcto porque ella no se imaginaba el gran problema que estaba creando por su gracia de desperdiciar la preciada joya que es el agua para todos los seres humanos.
Nuestra amiga no hizo caso y le dijo a Tamara que ella tenia mucha agua y que no tenía el porqué perder su tiempo cerrando pilas de agua para satisfacer a los demás.
Tamara se fue diciendo para si misma que su amiga no sabía lo que decía.
Después de varios días de aquella charla Doña Leticia se levantó muy temprano y fue directa al baño a tomar una buena ducha bien caliente. Lo que nadie se imaginaba sucedió. Cuando Leticia abrió la ducha. ¡Qué sorpresa! No había ni una gotica de agua.
Nuestra amiga fue corriendo a la cocina y abrió la pila para ver si en ese lado de la casa había agua. Desgraciadamente lo único que salió de la pila era aire y más aire.
Doña Leticia muy disgustada se puso a recordar la conversación que tuvo con Tamara y cogió rápido el teléfono y llamó
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