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Cuentos historicos Una vez hace muchos años, había un negrito que se llamaba Motitas.


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2017  •  Ensayo  •  5.698 Palabras (23 Páginas)  •  1.221 Visitas

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Cuentos históricos:

MOTITAS EL NEGRITO

Una vez hace muchos años, había un negrito que se llamaba Motitas.

Motitas vivía en el campo con sus mamá, y tenía muchos animales.

Un día la mamá le dijo:

  • Motitas, vamos a ir a Buenos Aires, para visitar a tu tía Jacinta.
  • ¡Qué lindo mamá! ¡Al fin conoceré Buenos Aires!  

Al otro día partieron los dos. Como en aquel tiempo no había autos, ni trenes, la mamá montaba un caballo oscuro y Motitas venía en un lindo caballo blanco.  

  • Mamá, ¡qué raro es todo en la cuidad! exclamó Motitas cuando llegaron a Buenos Aires. ¡Cuántas casas!... ¡qué lindo aljibe tienen en le patio!...

Cuando llegaron, su tía los recibió muy bien. Comieron choclos asados y carbonada. Después tomaron mate.

Cuando ya estaban por volver, tía Jacinta dijo:

  • Encarnación, ¿por qué no me dejas a Motitas unos días más? Así podrá conocer mejor la ciudad.

La mamá pensó un poco y después dijo:

  • Bueno, le doy permiso porque es muy obediente. Pórtate bien, Motitas, y no des trabajo a tu tía Jacinta. Le dio un beso y partió a caballo; tlocttlotctloct, para volver al campo.

Para que no extrañara a mamá, tía Jacinta le dijo:

  • Esta noche tenemos que salir, Motitas. ¿Tendrás frío? Porque estamos en el mes de mayo.
  • No tía no siento nada ¡nada de frío! – Y salieron los dos, bien abrigaditos.

Motitas decía:

  • Tía Jacinta, que cómodo es salir de noche en Buenos Aires. Aquí hay unos lindos faroles en la esquinas; no es como en la campo que de noche es oscuro, oscuro como la boca de lobo.  

De pronto se oyeron unos pasos: toc, toc, toc...

  • Hay, tía, ¿quién es ese hombre que viene ahí?
  • No tengas miedo, es el sereno.

Y paso un hombre envuelto en una capa, con un farol en la mano.

Caminaba ligero y cantaba:

-¡Las nueve han dado y sereno! ...

Hasta que volvieron a su casa,  Motitas seguía repitiendo el pregón del sereno:

-¡Las nueve han dado y sereno! ...

-Tía, -preguntó Motitas antes de dormirse- , ¿quién enciende tantos faroles?

-Los faroleros.

-Pero los faroles están altos.... Los faroleros deben ser unos gigantes para alcanzarlos.

-Motitas, ¡no digas disparates!. Cada farolero lleva su escalera al hombro.

-¡Qué lindo! Cuando yo sea grande seré farolero-dijo Motitas. Y se quedó dormido.

Al otro día, la tía de Motitas estaba haciendo arroz con leche y Motitas le pidió:

  • Tía Jacinta, ¿me das permiso para ir a ver esa Plaza que vimos anoche?
  • ¿A la Plaza Mayor? ¡A no! ¿Y si te pierdes?...
  • Tía, ¿cómo me voy a perder si esta a dos cuadras de aquí?  
  • ¿Y para qué quieres ir allá?
  • Quiero ver esa casa grande que tiene un reloj arriba, en la torre...esa que tiene un balcón largo, largo...
  • Ah, sí....el Cabildo. Bueno hijo, vaya, pero vuelva prontito para comer arroz con leche.

Motitas se fue muy contento la Plaza Mayor. Cuando llegó había mucha gente.

-¿Qué pasará? pensaba Motitas, un poco asustado. Ya estaba por volverse, cuando vio un señor que tría en las manos unas cintas celestes y otras blancas .  

  • ¡Como me gustaría llevarle a mi tía un pedacito de esas cintas! – Pensaba Motitas. En eso se oyó que el señor que estaba a su lado decía: -   Deme a mi cintas celestes y blancas, señor French. Yo soy criollo y quiero ser libre.

Entonces Motitas se animó, y le dijo despacito:

  • Señor, yo también soy criollo y quiero ser libre. ¿No me da cintas?

El señor French lo miró, se sonrió, y le dio un pedacito celeste y otro blanco y le dijo:

  • Negrito lindo, que seas bueno y obediente.

Motitas salió corriendo y entró en la casa gritando:

  • Tía, ¡mira lo que te traigo!
  • ¿De donde sacaste estas cintas, Motitas?
  • Me las dio un señor en la Plaza Mayor. A todos los criollos que querían ser libres, les daba. De veras, tía, ¡De veras! ... Y un señor le decía a otro:
  • “Que tienen que mandar extraños acá. Nosotros podemos mandarnos solos.”
  • Tía, ¿me dejas ir otra vez a la Plaza Mayor? Un ratito nomás ...
  • Motitas, ¿no ves que está lloviznando?
  • No importa tía, yo no me mojo y me porto bien.

Y la tía le dio permiso.

Motitas corrió las 2 cuadras y llegó a la plaza. Allá se asustó un poco porque todos gritaban:

“¡Queremos ser libres!¡Queremos que se vaya el Virrey!¡Viva la libertad!”

Motitas estaba un poco aturdido y ya se iba a volver a su casa cuando de pronto ... Vio que se abría el balcón del cabildo y que salían muchos señores y hablaban fuerte, fuerte ... Y todos los que estaban en la Plaza Mayor aplaudían y se abrazaban.

Entonces Motitas también abrazó a una nena que estaba a su lado y le dijo:

  • ¿Quieres ser mi amiga?.
  • Bueno
  • ¿Por qué estamos todos tan contentos?
  • Porque desde hoy seremos libres y nos mandaremos los criollos solos; ya no nos mandarán más los Españoles.

En ese momento empezaron a repicar las campanas:

Talan, Talan, Talan ...

Tan, Tan, Tan ...

Motitas volvió a su casa corriendo.

  • ¡Tía, tía!¡todos se abrazan!, dicen que desde hoy ¡nos mandaremos solos!
  • ¡Ay, que buena noticia me traes, motitas querido!¿Dónde están las cintas que me trajiste? Toma tu también un pedacito celeste y un pedacito blanco. Yo te las prendo en la tricota con este alfiler ... Vamos, Vamos Motitas a la Plaza Mayor para aplaudir nosotros también. ¡Nunca nos vamos a olvidar de este día!
  • ¿Qué fecha es hoy, tía?
  • Hoy es 25 de mayo, Motitas.
  • ¡Gracias a ti pude venir a la Plaza!

Y en premio por la buena noticia, Tía Jacinta le compró una rica empanada. Las vendía una negra que decía:

Compren,

“Empanadas calientes

¡Que queman los dientes! ...”

Recopilado por MARTHA SALOTTI

DOMINGA LA DEL DULCE DE LECHE

Hace muchos, muchos años cuando  ustedes no habían nacido ni sus papás tampoco, llegó un grupo de señores en un barco desde muy lejos, a un campo lleno de pasto, ríos. En ese campo había animales, árboles y matorrales.

...

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