Cultivando Personas
Enviado por rdelama • 25 de Abril de 2013 • 637 Palabras (3 Páginas) • 375 Visitas
Cultivando personas: ¿qué aporta el trabajador a la productividad de la empresa?
Un antiguo proverbio chino reza: "Si quieres un año de prosperidad, cultiva granos; si quieres diez años de prosperidad, cultiva árboles; si quieres cien años de prosperidad, cultiva gente". Sabiduría antigua que no pasa de moda...
Si bien es cierto que, desde siempre, la productividad en el trabajo (entendida como resultado de la relación entre producción y medios empleados) ha quitado el sueño a gerentes y colaboradores comprometidos, esta obsesión alcanzó un rigor verdaderamente científico en la década del '60, cuando empezó a gestarse en Japón una revolución llamada CALIDAD que conquistó paulatinamente los mercados, obligando a las empresas del globo a alinearse o morir.
Edward Yourdon, gurú mundial de las tecnologías de la información, en sus investigaciones para conciliar productividad y automatización de procesos, despejó de manera brillante las variables fundamentales que componen este aspecto, afirmando:
"El factor humano es parte crítica del triángulo de la productividad. Las buenas herramientas incrementan la productividad en 30 por ciento, los buenos procesos pueden incrementarla en 50 por ciento; pero las mejores personas son 10 a 20 veces más productivas que el promedio..."
Así, las buenas herramientas serían los insumos "hard" (duros) que intervienen en toda actividad productiva de bienes y servicios: maquinaria, equipos, materiales, etc.
Los buenos procesos, por su parte, se entienden como los métodos efectivos para lograr los resultados esperados.
Sin embargo, ¿a qué se refiere Yourdon cuando habla de "buenas personas"?
La respuesta podemos encontrarla en la moderna teoría de las competencias, que define como "persona competente" a quien combina eficazmente conocimientos, habilidades y actitudes respecto de la tarea; dado el hecho de que hay personas que quieren y no pueden hacer las cosas bien por ausencia de conocimientos o habilidades, y existen otras que pueden y no quieren, aun cuando cuenten con estas capacidades.
Esto resulta evidente desde todo punto de vista, pues el factor humano, por su condición y posibilidad de combinar conocimientos, capacidades individuales, destrezas, experiencia e inventiva, es el único que puede poner en movimiento los demás recursos, que sin él permanecen inertes.
En esta misma línea, William Ouchi, con su Teoría Z, desde 1981 nos confirma que la productividad es mucho más un asunto de administración de personas que de tecnología u otros factores.
Sin embargo, no sólo se trata de contar con buenas personas, sino también de crear las condiciones para que éstas desplieguen todo su potencial.
En nuestros días y en el plano operativo, The Great Place To Work Institute viene revalidando objetivamente, a través
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