¿Cuál es la influencia del desempleo en la responsabilidad política del elector quindiano?

EPISTEMOLOGÍA I

PARTIDOS POLITICOS Y ELECCIONES

MARIBEL EUGENIA GRANADA GRANADA

JOHN HAROLD RENGIFO LOPEZ

UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIA SECCIONAL ARMENIA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

DERECHO

ARMENIA

2015

¿Cuál es la influencia del desempleo en la responsabilidad política del elector quindiano?

En el departamento del Quindío, el problema que genera mayor preocupación en la sociedad, es el desempleo, ya que desde el año 2007 la tasa de desempleo del departamento se ha ubicado dentro de los primeros lugares a nivel nacional, tanto así que  según el informe del DANE a enero de 2015, en el último trimestre del 2014 el Quindío ocupó el segundo lugar de desempleo después del departamento del Chocó; en el registro por ciudades en ese mismo periodo, Armenia ocupó el segundo lugar con un porcentaje del 12.8 %, después de Quibdó que tenía un 14.2%, pero lo más preocupante de esta estadística es que a febrero de 2015 el departamento del Quindío sigue sumido en ese penoso escalafón, al igual que la capital quindiana que continúa ocupando el segundo lugar con un porcentaje del 14.4% después de Cúcuta que tiene  un 14.5%, esto demuestra que la capital chocoana salió del primer lugar de desempleo y Armenia no ha podido superar este flagelo. El Quindío por ser un departamento poco industrializado no presenta mayor oportunidades de trabajo en el sector privado, por regla general quienes tienen empleo lo desempeñan  en entidades públicas como empleados oficiales, lo que los hace más vulnerables a un manejo o dicho de otra manera a cierta “manipulación” por parte de los gobernantes de turno. Las personas que se encuentran desempleadas, son aquellas que no cuentan con un empleo de carácter formal, se enfrentan en su diario vivir a situaciones precarias que se derivan por la falta de ingresos que son necesarios para su subsistencia, estas deficiencias económicas afectan sus emociones y su vida familiar, por lo que les trae consecuencias negativas no solo en su economía doméstica sino además en su entorno familiar y social.  Por lo anterior, tiende a presentarse un aprovechamiento inadecuado  de las circunstancias por parte de algunos partidos políticos y varios ciudadanos,  el cual se manifiesta en su esplendor  en  los periodos de elección a cargos públicos, los primeros otorgando una ayuda económica o en especie a cambio de un voto por un candidato de su preferencia y los segundos  recibiendo dichos beneficios para mitigar un poco la falta de su estabilidad económica, olvidando la importancia de la responsabilidad social y política del ciudadano que conlleva a que se presente corrupción electoral; a que se comercialice la democracia, generando ganancias a aquellos dirigentes que ansían seguir en el poder,  a los que comienzan a caer en el clientelismo y para los ciudadanos, a no ejercer su rol como tal, ya que no eligen con base en un voto de opinión, que es el resultado de debatir y reflexionar sobre las propuestas realizadas por cada uno de los candidatos.

La democracia consiste en garantizar a todos los miembros de una sociedad la posibilidad de participar en decisiones colectivas, tal como lo propone Bobbio (1986) en su definición mínima de democracia: "La democracia es un conjunto de reglas que permiten tomar decisiones colectivas, vale decir, decisiones que se refieren a toda una colectividad con el mayor consenso posible de las personas que estas decisiones se aplicarán”. (p.127), nuestra Constitución  en el Art. 1° estipula “Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”.  Schumpeter (1996), afirma sobre la teoría clásica de democracia que: “el pueblo tiene una opinión definida y racional sobre toda cuestión singular y que lleva a efecto esta opinión – en una democracia- eligiendo “representantes” que cuidarán de que esa opinión sea puesta en práctica” (p. 343); de esta manera, un  sistema democrático desde el punto de vista de la teoría clásica de la democracia,  se basa en la elección de representantes como el fin subordinado al fin primario, que es el de investir al electorado del poder de decidir las controversias políticas. De ahí que a través de la Constitución Política de 1991 y del cambio de una democracia representativa a una participativa se nos entregue a los ciudadanos derechos políticos  para asegurarles a cada uno de ellos, su participación en la toma de decisiones para el bienestar común, estos derechos están consagrados en el Art.40  de la ley suprema así: “Todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político. Para hacer efectivo este derecho puede: 1. Elegir y ser elegido. 2. Tomar parte en elecciones, plebiscitos, referendos, consultas populares y otras formas de participación democrática. (…)”. Este derecho de elegir, trae consigo el nacimiento de una responsabilidad política, que es la confianza que se deposita en alguien para que desempeñe funciones públicas, ya sea de representación o por designación. En cualquiera de los dos casos, la relación de confianza está en la base misma de la responsabilidad política, que no puede explicarse sin esa relación. (Garcia. 1998. P.87).  Schumpeter (1996), adopta el criterio según el cual “el papel del pueblo es crear un gobierno o algún otro organismo intermediario, el cual crearía, a su vez, un ejecutivo nacional o gobierno”.  Pero con estos derechos también nacen responsabilidades y una de las más importantes es la responsabilidad política, ya que  se encuentra ligada con el respeto a la confianza otorgada y a la legalidad de las actuaciones de los gobernantes sobre sus gobernados, además de las elecciones que realicen los funcionarios públicos,  que son aquellas que se encuentran previamente establecidas en La Constitución y en la Ley;  por lo tanto, esta responsabilidad es el pilar fundamental para la consolidación  de la democracia,  porque al existir altos funcionarios del Estado que sean responsables políticamente por sus actuaciones u omisiones trae como consecuencia que los ciudadanos  se puedan sentir  seguros y respaldados por verdaderos representantes que buscan hacer prevalecer el interés general por encima del interés particular.  Actualmente, se define a la democracia como un “método político”, es decir, un sistema institucional en el que unos individuos compiten por el voto del pueblo para llegar a ejercer  un poder en las decisiones políticas, legislativas y administrativas de un Estado; el principio de la democracia ha cambiado totalmente su significado, ya que las riendas del gobierno deben ser entregadas a los individuos o equipos, que disponen de un apoyo electoral más poderoso que los demás que entran en la competencia por votos.

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