Cárcel Y Trabajo Social
Enviado por Verdequetequiero • 1 de Septiembre de 2013 • 6.487 Palabras (26 Páginas) • 281 Visitas
CÁRCEL Y TRABAJO SOCIAL
1. PRESENTACION
La prisión es un centro penitenciario en el que son custodiados los detenidos, ya sean como procesados (penados) o como acusados (preventivos).
Son instituciones autorizadas por los gobiernos y forman parte del Sistema de Justicia de los países.
El ingreso en prisión, es una de las penas que puede ser aplicada a los individuos que, supuestamente, no respetan las normas de la sociedad o leyes. El Sistema Penitenciario es el conjunto de prisiones y su organización.
Una vez aclarados los conceptos anteriores, comenzaré con un breve resumen sobre el negocio de las cárceles en España; analizaré, desde una perspectiva sociológica, las causas por las que puede llegar una persona a delinquir; a continuación, hablaré sobre la reinserción y rehabilitación de los/as presos/as; El apartado siguiente, lo he dedicado al Régimen F.I.E.S, por haberme impactado, emocionado y sensibilizado aún más con las personas privadas de libertad, a las que se les vulneran sus derechos como PERSONAS, sometiéndolas a una tortura constante, pisoteando su dignidad; también, citaré el papel del Trabajador Social en el sistema penitenciario y, para finalizar, una breve conclusión.
Todos los datos que expongo quedan constatados en las páginas webs, blogs, documentales y libros en los que me he basado para afilar mi opinión sobre las prisiones, por lo que la información escrita, puede ser contrastada.
2. EL NEGOCIO DE LAS CÁRCELES
Según fuentes, la prisión” es sin duda la única actividad ligada al ladrillo y al cemento que, lejos de estar en galopante recesión, se encuentra en pleno auge. La construcción de centros penitenciarios vive su época dorada en plena crisis económica, empujada por una población reclusa que crece ya a un ritmo de 20 internos más al día, el doble que hace un año.”
Para estos últimos años, millones de euros han sido invertidos, y aún siguen, en la edificación de nuevas cárceles y centros de inserción social, entre otros. Los municipios en los que se asienten los cimientos, serán los que disfruten de la mayor porción de las ganancias. En los tiempos que corren, parece una buena medida anticrisis para los ayuntamientos que cedan unas hectáreas de su terreno para la construcción de éstas. Según un estudio basado en el impacto socioeconómico de la apertura de un centro, una prisión a pleno rendimiento “produce” un beneficio directo e indirecto anual para la comarca que puede llegar a los 40,5 millones de euros. Juntando los cientos de puestos de trabajo que ésta genera, los ingresos de las empresas relacionadas con el centro o los “efectos económicos inducidos”, constituidos por los gastos y el consumo de los trabajadores. Por no citar otros beneficios directos que supone la construcción de la cárcel, a cuenta de la Administración central, la rehabilitación de calzadas por seguridad o la creación de nuevos accesos.
Desde este punto de vista, se puede concebir el negocio de las prisiones como un futuro estable, debido a que, conforme pasan los años, se endurecen las penas y se multiplica el número de presos. Por lo que, es una inversión segura para las constructoras.
En definitiva, la apertura de un centro penitenciario, no sólo produce beneficios una vez inaugurado, creando puestos de trabajo y ganancias, tanto dentro como fuera de los muros, sino que, previamente ya ha concedido riquezas económicas a la constructora, así como a sus tantos empleados.
3. ANÁLISIS SOCIOLÓGICO
Concluido el tema sobre el negocio de las prisiones, realizaré un breve análisis desde la perspectiva sociológica. Me refiero al análisis de las causas que llevan a un ciudadano a delinquir. Estamos de acuerdo al recordar la cifra escandalizadora por la que se encauza el número de parados en nuestro país, más de 6 millones; por no hablar de los sueldos precarios de los que gozamos los españoles, siempre agradecidos por, al menos, tener empleo; además del increíble aumento del precio del alquiler o compra de la vivienda.
Unida a esta creciente pobreza, hay que añadir la desigualdad social cada vez más evidente a la que estamos condenados los ciudadanos. Una desigualdad social, que lleva a la marginación, exclusión y discriminación. Pero esta desigualdad social sólo le ha llegado a los trabajadores, puesto que al sector de la clase alta de la sociedad no le afecta esta crisis económica. Por ejemplo, Amancio Ortega, el hombre más rico de España, ha incrementado en un 36,6% su fortuna en el peor año para la economía española, desde el fin de la Guerra Civil. No sólo los factores económicos son los que llevan a la criminalidad, pero estoy en lo cierto al afirmar que esa falta de recursos termina en la miseria, la injusticia social y la desigualdad. Bajo el nombre de neoliberalismo, que podría sustituirse, sin diferencia alguna, por neofascismo, y con el apoyo entusiasta de los medios de comunicación, controlados por la Banca, han logrado confundir a la sociedad, manipularla a su libre antojo. Han conseguido hacer creer, que la incapacidad del Estado para crear riqueza social, es un mal asumible y que este mismo Estado poco a poco recorta día a día libertades, educación, garantías de futuro para la mayoría de la población, no es responsable del desaguisado en modo alguno. Mientras la clase trabajadora siga sufriendo el decrecimiento de sus ingresos, su capacidad de decisión social también descenderá, siendo esto un gran beneficio para la Banca, puesto que, mientras hay una pobreza generalizada, sus beneficios aumentan exponencialmente año tras año.
Estudios sociológicos demuestran que una gran mayoría de personas presas pertenecen a estratos económicamente pobres. Entre ellas se cuenta un porcentaje muy elevado de personas extranjeras inmigrantes; otro relevante porcentaje está preso por delitos relacionados con la venta y consumo de drogas. El 80 por ciento de los presos han sido encerrados por motivos relacionados con la droga. Cabe decir que la droga se ha convertido en otro de los negocios que mueven más dinero en nuestra sociedad, siendo como en todo, los peces gordos los beneficiados (narcotraficantes, políticos, policías, empresarios, etc), mientras los consumidores y “camellos”, son la mayor parte que integra las prisiones. Por otra parte, la cifra de las personas presas por violencia de género e imprudencia al volante, ha aumentado exponencialmente, lo que ha dado lugar al endurecimiento del código penal. Destaco que, un número elevado de personas reclusas son enfermos mentales a los que se les trata como presos y no como enfermos mentales.
España, pese a tener una tasa de criminalidad baja, es uno
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