DANZA, TRES MANERAS DE LLEVARLA A ESCENA, GENOVEVA MORA
Enviado por gmt54 • 16 de Diciembre de 2014 • 1.406 Palabras (6 Páginas) • 289 Visitas
Revista El Apuntador | El espacio de teatro, danza y artes escénicas Ecuador -
El espacio de teatro, danza y artes escénicas Ecuador - Latinoamérica http://www.elapuntador.net
DANZA, Tres maneras de llevarla a escena |Genoveva Mora
DANZA, TRES MANERAS DE LLEVARLA A ESCENA
“Algunas veces me pregunto, y de seguro sucede, ¿me estoy repitiendo en mis lecturas de la escena? Sin que pueda asegurar la ‘originalidad’ de mis propios artículos, tengo la certeza de que cada obra me entrega el material para aguzar la mirada”
Genoveva Mora Toral
Recojo en esta reflexión tres miradas coreográficas, cada una de ellas con su personalidad, su razón de existir y su certificado de nacimiento acaecido en esta ciudad.
El abrazo
En el mes de julio, Marcela Correa, quien viene ya desde hace algunos años dirigiendo el grupo de danza y ejerciendo la cátedra en la USFQ, presentó esta obra que señala un ciclo de trabajo e investigación que tiene como línea central una herramienta de la danza terapia denominada el 'movimiento autentico', cuyo objetivo es aprender a escuchar el propio cuerpo y aprehender sus sensaciones. Marcela 'aterriza’ esta teoría en la practica dancística y la convierte en una propuesta coreográfica. Quienes asistimos terminamos siendo partícipes de este ritmo corporal que sostienen lxs bailarinxs. El pretexto es un abrazo que nunca llega, una expectativa que se instala en el tiempo escénico y en el del espectadxr. El contacto de los cuerpos es el motor. La presencia y el roce de un cuerpo con otro deviene en impulso para moverse y sentir también el espacio que los acoge, cobra sentido y provoca toda una escritura de sensaciones en el cuerpo. Este trabajo tiene a la imagen como aliada, la caminata de la entrada es una de las más potentes, puede ser vista casi como una toma en cámara lenta que agranda el movimiento y pone la atención en los detalles mínimos, deja sentir cómo la dinámica de los cuerpos en relación con sí mismos y con el otro ocupa no solo un lugar físico sino que conecta con la sensación de quien los mira. Es decir, se cumple el ciclo porque El Abrazo nace de la escucha a los cuerpos de los intérpretes y termina instalándola en la audiencia, de ahí también surge la posibilidad de que esta obra puede seguir construyéndose y que su estructura irá agregando y cambiando de acuerdo a los matices que cada bailarín vaya entregando.
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Kimberly Medina, Javier Pérez, Esos Ojos.foto Silvia Echevarria[/caption]
Esos ojos
En tanto que la coreografía de Javier Alejandro Pérez, puesta en el teatro de la Asociación Humboldt en este septiembre, como parte de “Cero Latitud Danza Ecuador-México”; un proyecto artístico itinerante, de encuentro entre artistas escénicos para coproducciones, investigaciones e intercambios en México, Sudamérica y el Ecuador. Esos ojos, plantea objetivos distintos, teniendo en cuenta que el destinatario es ese mismo receptor que va a ver danza contemporánea con expectativas variables. En esta obra se propone amalgamar la palabra y la danza. Se toman unos fragmentos de La edad de la Ciruela, de Arístides Vargas, y se los convierte en diálogo abierto de los dos personajes, digo abierto porque llega un momento en que deciden quedarse con el lenguaje del cuerpo y la palabra queda flotando... Se percibe en este trabajo algo que es sumamente importante, el placer de bailar que se mixtura muy bien con los objetos de la escena: las sillas que pasan a ser más que eso y se transforman de acuerdo con la convención propuesta. Entregan un espectáculo que nutre la atención del público porque principalmente Kimberly Medina, bailarina mexicana que integra este elenco,hace gala de virtuosismo. Sin embargo, esta presencia puede verse disminuida por la incompletitud dramatúrgica a nivel textual y del gesto. Es imprescindible hablar con cuerpo y la mente, dejarse sobrepasar, corporalmente hablando, por la dramaturgia que los propios personajes proponen, llámese fábula y en ella los encuentros, desencuentros filiales o amorosos tienen que traducirse en gesto, que debería ser precisamente el que da espesor a la palabra, de lo contrario percibimos un subtexto (el cuerpo) que hace ruido. Lo importante es que hay material humano y dramático para ir consolidando este compromiso honesto y de envidiable energía.
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