DERECHO PENITENCIARIO. Análisis de la realidad
Enviado por yasikof • 18 de Diciembre de 2015 • Documentos de Investigación • 4.396 Palabras (18 Páginas) • 326 Visitas
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TRABAJO ACADEMICO DE DERECHO PENITENCIARIO
ALUMNO: Luis Carlos Bulnes Rivera
DOCENTE: Juvenal Fernandez Medina
CARRERA: Derecho y Ciencias Politicas
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2014
TRABAJO ACADEMICO
DERECHO PENITENCIARIO
Pregunta 1.-
Análisis de la realidad penitenciaria en el penal SARITA COLONIA.-
A mi parecer crítico, aunque muchos internos dicen que es el mejor centro penitenciario, el estado del establecimiento es degradable, internos durmiendo en escaleras, y esto se basa a que el centro ha quedado como se podría decir coloquialmente pequeño para la cantidad de internos que hay, ya que ese establecimiento esta adecuado para quinientos internos y hoy por hoy hay más de tres mil internos.
Yo creo que lo estudiado en el curso DERECHO PENITENCIARIO y lo que rige el CODIGO DE EJECUCION PENAL, no se pone en práctica, ya que en la forma en que se encuentran los interno es muy difícil que se puedan resocializar o readaptar ya que es muy escaso los puestos de trabajo dentro del establecimiento, la ayuda al interno es muy baja.
Lo observado dentro de este recinto es que los llamados TAITAS son los reyes del establecimiento, pagan a los empleados del INPE para poder meter botellas de whisky y cajetillas de cigarro, mientras que a los demás internos no los dejan meter comida que lleguen en bolsas que no sean de color blanca, bueno mientras esto siga nunca vamos a poder tener un buen centro de reclusión ni garantizar la seguridad de la población.
Opinión Critica al gobierno de turno.-
Yo creo que el estado a dejado de lado los centros penitenciarios en general, pero en el penal SARITA COLONIA no es la excepción, ya que como lo dije en el análisis no es posible que los internos que no tienen poder como se dice dentro del penal no tienen comodidades y eso se basa en la corrupción el cual es un gran golpe en la lucha contra la delincuencia.
La corrupción es un cáncer para el estado, y más aún para este gobierno del sr. Ollanta que siempre se hace de la vista gorda o el ciego, cuando se llega a descubrir actos que están prohibidos dentro de un centro, como por ejemplo el caso del interno apodado “CARACOL”, que dentro de prisión hace llamadas extorsionadoras o planea matar a alguien que se opone a él o hasta que es mas lamentable “ELIGE A LOS PRESOS QUE QUIERE CERCA DE EL” y eso es algo imperdonable, ya pues sr Ollanta que espera para poder parar con este tipo de comportamientos dentro de un centro que se supone es de máxima seguridad, HAGA ALGO Y DE UNA VEZ!!!.
Resumen de la visita al centro penitenciario SARITA COLONIA
Me fui con mi amigo Carlos Feijoo a visitar a su compadre Cristian tristemente célebre “gringo”, llegue cerca de las 12p.m. al penal Sarita Colonia en el callao, llegamos por la avenida Néstor Gambeta, avenida que está detrás del aeropuerto, luego doblamos a la derecha por la entrada a Sarita, y vi caras de gente que se dedica al hampa y como estábamos en un yaris de lunas polarizadas, que cuadramos en la comisaria del sector para luego tomar moto y llegar al penal, los muchachos de las esquinas nos miraban mal o grueso como ellos dicen, se veía la resaca de una buena perdida de una noche de copas.
Llegue al penal y vi una fachada de color guinda un portón negro que para cerrado ya que entras por la puerta más pequeña, y al medio de estas un frontis con las escrituras del INPE; hicimos la como los demás, y en llegar a la puerta nos habremos demorado cerca de una hora, una vez en la garita de control, nos preguntaron a qué familiar visitamos, mi amigo respondió, nos revisaron y nos revisaron la bolsa de alimento que dicho sea de paso tiene que ser de color blanco, y no se puede meter la harina suelta, azúcar, arroz, pastillas entre otros, terminaron de revisarnos y pasamos por un corredor hasta el patio donde observe una cancha de fulbito con tableros para jugar básquet que estaban llenos de mesas y sillas de diferentes colores, los colores son por cada pabellón, al entrar al penal, sentí temor porque todos los internos me miraban como carne fresca ya que se dan cuenta que no soy de los suyos.
Nos situamos donde estaba el tío Cristian el cual estaba recluido por tráfico ilícito de drogas, la mesa más parecía de un restaurant ya que había bastante comida y trago, yo estuve como lo dije hace un rato asustado pero el tío Cristian me dijo “sobrino no te va a pasar nada estás conmigo, así que disfruta del almuerzo”, como que me sentí un poico más tranquilo, hasta que por mi lado paso el rankeado “caracol” bueno yo no sabía quién era, converso un rato con el tío Cristian y después se fue.
Yo estaba más que conversando escuchando las cosas que decían y mi amigo Carlos me decía “que pasa gordo tas palteado jajajaja” yo me reía y seguía escuchando y tomando un whisky etiqueta roja que había en la mesa, miraba a mi alrededor y habían internos que merodeaban para que alguien le de un poco de comida, y los botaban como perros, no entendí en ese momento por que, seguía mirando internos sentados solos en otra mesa a la espera que lleguen sus familiares, a mí me daba pena porque pienso que en esos momentos difíciles la familia es la que debería de estar a su lado, bueno yo seguía escuchando y riendo con Carlos y el Tío Cristian, hasta que en un momento inesperado el tio recibió una llamada, se alejó de la mesa a conversar, luego se acercó a otra mesa y grito:¡¡¡¡¡GOOOOOLLLLLLL!!!!!!!, yo pensé que estaban viendo o escuchando por radio algún partido del futbol nacional, pero me equivoque, el grito eufórico fue porque un contenedor con droga que iba a Holanda había llegado sin problemas y ya estaba para distribuirse, se juntaron como cuatro mesas en cada una habían como 5 personas entre el interno y las personas que lo fueron a visitar, y se abrazaron como si eso fuera un logro, a lo lejos veía a “caracol” que levantaba su vaso con trago y le hacia señas al tío, como lo dije yo estaba desubicado brindaba con “Renzo”,”chochi”y “el nero quincho”, en realidad nunca supe sus nombres tampoco se los pregunte.
Eran cerca de las cuatro de la tarde y habíamos tomado regular, y nos comenzamos a despedir de nuestros amigos de turno que en la actualidad deben de estar muertos o capaz siguen presos en otro penal, salimos al igual como entramos y tomamos la moto, recogimos el carro y nos fuimos para el barrio.
Fue una experiencia no muy bonita pero tampoco fea, me sirvió para aprender algo que jamás pensé que pasaría a mis 24 años, vi el límite entre lo bueno, lo malo y lo inhumano que puede vivir una persona, por eso jure que siempre iba a caminar por la sombrita como se diría que pisar el palito del delito.
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