DESARROLLO DE UN DISCURSO COHERENTE

DE LA LECTURA CRITICA AL

DESARROLLO DE UN DISCURSO COHERENTE

La redacción es la carta de presentación en situaciones decisivas como obtener un trabajo, hablar con un cliente o comunicar lo que se quiere.  ¿Pero cual es la clave para poder generar un discurso conciso y coherente?

No importa el tipo de escritura que quieras iniciar. Leer es fundamental a la hora de enseñarle a tu cerebro las reglas, estilos, formas, puntuación y demás aristas a la hora de redactar. Así mismo, al tener un bagaje más extenso gracias a la lectura también se desarrolla un estilo propio, que le da originalidad y versatilidad a tus textos.

A la hora de desarrollar un texto es prácticamente obligatorio la consulta de otros textos, la consulta de fuentes más el análisis de las misma es la receta perfecta para la rección de textos.

El análisis de los textos leídos a la hora de redactar, es la etapa más importante, no solo es “leer por leer”, es realizar la lectura de forma compresiva y analítica, se debe analizar la intencionalidad del autor, así mismo como el contexto que fue desarrollado. Se debe realizar una lectura crítica, y adquirir el mayor conocimiento del tema para poder generar un discurso y elaborar un texto propio.

Entre la lectura crítica y el desarrollo de un discurso propio se establece una estrecha interrelación: el pensamiento crítico permite que el lector haga seguimiento a su comprensión a medida que lee; si percibe que las aseveraciones del texto son ridículas o irresponsables, lo examina con mayor atención para poner a prueba su propia comprensión.

Una persona puede pensar críticamente sobre un texto, únicamente si lo ha comprendido. Se puede elegir el aceptar o rechazar, pero se debe saber por qué. Se tiene una responsabilidad no solo consigo mismo, sino con los demás, de identificar las cuestiones o problemas en los que se está o no de acuerdo. Solamente así se podrán entender y respetar los puntos de vista de otras personas. Para poder reconocer y entender esos puntos de vista se debe estar en capacidad de leer críticamente: solo cuando se comprende un texto en su totalidad, desentramando el mensaje implícito del contenido, más allá de lo literal, es posible evaluar sus afirmaciones y formarse un juicio con fundamento.

A la hora de inicia una lectura empieza a sí mismo una correlación entre el autor y su discurso, y el lector y su discurso. Todo texto tiene una intencionalidad marcada por parte del autor y el lector no debe “comer entero”, debe realizar un análisis crítico desde su perspectiva y sacar verdades y mentiras del mismo.

El lector debe ser capaz de interactuar con el texto, de poner en relación con el mismo sus conocimientos previos y los actuales; y además, ser capaz de reflexionar y debatir sobre el contenido que ha recibido, valorándolo y juzgándolo con la finalidad de incorporarlo o no a su acervo de conocimiento. Cuando leemos, transcribimos las palabras en significados. Previamente, el autor ha traducido ideas y experiencias y las ha expresado en palabras. Tomando esas mismas palabras debemos transcribirlas nuevamente al significado original propuesto por el autor, ayudándonos con nuestras propias ideas y experiencias. Interpretar con precisión el significado intencionado involucra un conjunto de actos analíticos, evaluativos y creativos. Desafortunadamente, pocas personas traducen con habilidad; pocas pueden reflejar con precisión el significado intencionado del autor, pues proyectan en el texto su propia interpretación. Sin intención, distorsionan o violan el significado original escrito por los autores.

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