DESARROLLO HUMANO INTEGRAL
Enviado por jose0114 • 25 de Febrero de 2014 • 790 Palabras (4 Páginas) • 222 Visitas
El aprendizaje y la enseñanza por “Competencias” para la formación integral.
La educación integral de los alumnos, requiere una forma particular de llevarse a cabo, ya que no se trata de una sumatoria de procesos en las distintas dimensiones del ser, sino de la actualización de las capacidades en forma unitaria, como un todo. Es el ser integral quien responde frente a los desafíos de la realidad y del conocimiento. Esta formación integral supera el modelo disciplinar o de asignaturas más o menos globales que se espera se integren en el sujeto y le permitan actuar. No se trata de trabajar contenidos desde distintas áreas, sino trabajar contenidos que incorporen toda las áreas y las dimensiones.
El contexto histórico actual demanda también una forma de educar que trascienda el esquema de transmisión y acumulación de conocimientos fundamentalmente del saber conceptual, para poder aplicar esos conocimientos frente a los requerimientos de la realidad concreta al tiempo que se desarrollan actitudes colaborativas y con conciencia social. Surge entonces la necesidad de educar en el desarrollo de competencias.
El tema de las competencias, puede pensarse como antiguo y como novedad. Siempre se buscó que la escuela “prepare para la vida”… “para desarrollarse en el futuro…” “que la vida entre en la escuela…la escuela productora de cultura…” , lo que suponía una aplicación de lo que se aprendía en la vida profesional, laboral y social, personal.
Los precursores de la Nueva escuela, a principios de siglo (Dewey, Montessori , Decroly, Freinet), proponían el desarrollo e habilidades para la vida.
Desde esta perspectiva, desarrollar competencias es algo que se planteó desde siempre. ¿Dónde está la novedad entonces? Varias consideraciones:
1- Estas capacidades suponen una síntesis personal, una habilidad para integrar conocimientos de diferente índole. Si la escuela enseñaba en forma aislada los conocimientos, en compartimentos estancos, las oportunidades de hacer esa síntesis dependían de la capacidad personal del alumno. Muchos lo lograban; muchos no. Si pensamos la escuela como posibilidad de inclusión, de real acceso a la educación de todos, hay que facilitar a los alumnos la posibilidad de hacer sus propias síntesis y enseñarles a hacerlas. Ayudar al alumno a desplegar, a actualizar sus capacidades, sus dones, es función de la escuela cuando educa más que instruir.
2- El mundo del s XXI requiere desarrollar capacidades que ponen en acto a la persona en su integralidad. No basta con saber conocimientos conceptuales: hay que saber hacer y saber hacer con otros; hay que saber comunicar, ser creativos, saber reconocer los problemas, plantearlos y resolverlos. La escuela sienta bases desde el inicio en este sentido.
3- Nuestra educación ignaciana, centrada en un humanismo cristiano y de valores
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