Dama pobreza
Enviado por Diana style • 18 de Febrero de 2016 • Resumen • 1.098 Palabras (5 Páginas) • 544 Visitas
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Dama pobreza
PROFESOR MIGUEL ROLON
DIANA BAUTISTA MENDEZ
MATERIA:ETICA
Primera consideración
San Francisco se trasladó con fray León y otros frailes a las enriscadas soledades del monte Albernia, celebrar allí la festividad de la Asunción de Nuestra Señora y ayunar cuaresma en honor del Arcángel San Miguel.
Un halcón asentose con vigía en la cima del haya centenaria a cuyo pie se alzaba la choza de barro y ramaje, cobijo de Francisco y con su áspero graznido lo despertaba a maitines y le advertía cuándo había de rezar las restantes horas canónicas. En la fiesta de la Cruz de septiembre en pleno día un serafín de fuego, clavado en una cruz, más deslumbrador que el propio Sol, bajó velocísimo hasta Francisco y tocándole menos, pies y costado con las puras llamas de sus alas, le dijo para siempre impresas las llagas del Señor abierta en su pecho la herida de la lanza del centurión.
Desde que Dios le había llamado a vida religiosa, sólo sus propios pies descalzos, el caballo de San Francisco lo había transportado en sus largas viajatas, dejándolo que descansara, Fray León fue por la aldea en busca de un labriego que quisiera
prestarles su asno, habían anunciado al conde Orlando que llegaría aquel mismo día a su castillo para despedirse de él y darle gracias por su protección y mercedes y por tarde que fuera no querían dejar de arribar aquella noche a la feudal morada. No era mucho lo que llevaban caminando cuando encontraron un rapaz que llevaba una pareja de tórtolas cogidas por las alas, San Francisco no podía ver sin tristeza que fueran conducidos al sacrificio los animales destinados para alimento humano y mas de una vez había salvado la vida de alguno de ellos.
Las tórtolas en vez de huir volando, vinieron a posarse sobre su hombro entonces pensó el pobrecillo en lo bello que seria que aquellas tortolitas del Albernia fueran a anidar entre las frondas de la porciúncula y acompañaran con sus dulces arrullos los rezos de los frailes.
El mocleton tomo como burla el guajarro y lo arrojo en una de las alfombras del borriquillo, salto después sobre la albarda, golpeo brutalmente con su vara de pobre asno, y sin dar siquiera las buenas noches, partió a trote largo cuesta bajo.
Segunda consideración
Aquel mancebo que se llamaba Bernardo, alejase de allí colérico y enojado. En el ardiente resplandor del áureo guijarro sus maravillados ojos descubrían todas las alegrías de la vida, las más violentas como las más dulces. Huérfano de padre y
madre desde la más tierna infancia, sólo había conocido hasta entonces la fosca estrechez aldeana de la casa de unos parientes donde había sido recogido de limosna para ser poco más que los perros y bastante menos que el cerdo, los terneros y la vaca, nadie debía sospechar ni remotamente su riqueza milagrosa y así para sostenerse mientras no supiera qué hacer con su oro, había resuelto que vendería el borriquillo no bien llegara a Florencia.
Veintiocho años contaba Bernardo cuando su maestro y protector falleció tras bree enfermedad, dejándolo consumado maestro en arte mercantiles y legándole todo su capital y su comercio, corrieron los años, abundante y sana prolevio la luz en el hogar de Meser Bernardo, nuevos negocios vinieron a multiplicar sus riquezas ya incalculables.
No encontraba la paz del corazón, al contrario, según pasaba el tiempo iba conociendo mejor lo lejos que se encontraba de la felicidad verdadera toda aquella deslumbradora pompa exterior; no tenía a nadie a quien llamar amigo, la gente le temían y lo adulaban, pero nadie se le acercaba, su mujer solo lo veía como el medio indispensable para satisfacer sus lujos, sus hijos temblaban en su presencia y anhelaban su muerte para poder disponer de sus riquezas.
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