De Buen Comienzo, Déjame Crecer Y De Cero A Siempre
Enviado por feralloz55 • 29 de Noviembre de 2011 • 857 Palabras (4 Páginas) • 1.715 Visitas
De Buen Comienzo, Déjame Crecer y De Cero a Siempre
En el año 2004 en la ciudad de Medellín se dio vida legal al programa Buen Comienzo. El Acuerdo 14 de dicho año lo fundamenta. En el 2006 se inicia la atención a los niños y niñas de la ciudad en Centros y Hogares Infantiles. En 2007, y gracias al convenio suscrito entre el Ministerio de Educación Nacional y el ICBF, se inicia la atención de los niños menores de cinco años en los denominados entornos Comunitario y Familiar. En Diciembre de 2007 se publica el documento Conpes Social 109, Política Pública Nacional de Primera Infancia “Colombia por la Primera Infancia” y hasta el día de hoy las experiencias de Bogotá D.C. y Medellín siguen siendo citadas como significativas para afianzar dicha política. En el año 2008, y como resultado de lo aprendido y de lo investigado, la Cooperativa presenta su Proyecto de Educación Inicial Déjame Crecer. En Febrero de 2011 el Presidente de la República presenta a los colombianos la estrategia De Cero a Siempre: 5,6 billones de pesos han de invertirse en el cuatrienio. 1.200.000 niños y niñas de población vulnerable han de beneficiarse de la atención integral que se pretende brindarles. Tres nombres a considerar: Buen Comienzo, Déjame Crecer y De Cero a Siempre.
Un buen comienzo no puede significar nada distinto a brindarle al niño desde el vientre las condiciones necesarias para que el potencial con el que es dotado biológicamente se exprese. Un buen comienzo es aquel en que se le garantiza seguridad al niño brindándole a la madre que lo gesta lo necesario para que ella y él sean felices en esos meses en los que son uno. Un buen comienzo es sentirse deseado, esperado, anhelado, protegido. Un buen comienzo es una madre acompañada, orientada, aceptada, comprometida, cuidada, respetada, amada. Un buen comienzo es un padre que acompaña, se responsabiliza en su nuevo rol, que no teme a expresar sus incertidumbres y expectativas y que, por lo tanto, se prepara para brindar amor, protección y cuidado a ese ser que llega y que sabe es su hijo. Un buen comienzo es la alegría manifiesta en familiares maternos y paternos en el momento mismo del nacimiento de esa criatura que los unos y los otros habrán de albergar en su seno. Un buen comienzo es una comunidad comprometida con el cuidado y el respeto por los niños. Una comunidad que entiende que ellos no son “adultos pequeños”, que los observa, que los escucha, que los orienta, que cuenta con ellos. Un buen comienzo es ir a la esencia misma del ser humano. Es amar para ser amado, es valorar para ser valorado; es ser solidario para reconocerse en el otro y para reconocerlo; es ser cooperante, para que todos vivan.
Un buen comienzo es dejarlos crecer. Pero no como potros cerriles. No llenándolos de regalos, de permisividades o satisfacción inmediata a sus deseos o caprichos. Dejarlos crecer es observarlos,
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