De Repente
Enviado por lilibeth2014 • 28 de Mayo de 2014 • 15.692 Palabras (63 Páginas) • 184 Visitas
De Repente
Story: De Repente
Storylink: https://www.fanfiction.net/s/9914002/1/
Category: Twilight
Genre: Romance
Author: Paliia Love
Authorlink: https://www.fanfiction.net/u/2967985/
Last updated: 01/20/2014
Words: 16905
Rating: M
Status: In Progress
Content: Chapter 1 to 11 of 11 chapters
Source: FanFiction.net
Summary: Un actor apático. Una joven que va por su cuenta. Él siempre fue más que ella. Ella siempre fue solo una
niña al borde del horizonte. Para ambos, el amor era un tonto juego que las personas jugaban, hasta que no lo era.
Traducción.
*Chapter 1*: Chapter 1
Disclaimer: Twilight pertenece a Stephenie Meyer. Esta historia es de LyricalKris, yo solo traduzco con su
autorización.
.
Capítulo uno
Edward
—Es bueno verlo, Sr. Cullen. ¿Logró entrar bien?
Edward Cullen se quitó sus lentes y sombrero. Sacudió su cabeza, pasando sus dedos por su cabello.
—Sí. Gracias, Amber. —Le regaló una pequeña sonrisa, y los ojos de la joven mesera se iluminaron.
—Yo, em… —Sus mejillas se sonrojaron—. Cuando quiera, por supuesto. Es un placer verlo siempre. —Lo miró por
debajo de sus pestañas, manteniendo su vista por un momento.
—¿Está Garrett aquí? —Ignoró su evidente coqueteo.
Sus labios cayeron ligeramente, pero ella era una profesional. Se recuperó rápidamente.
—Sí, el Sr. Larson está esperándolo en la mesa de siempre.
Otra vez, le sonrió. Tan egoísta como era el pensamiento, él sabía que era un regalo para la mujer, y era lo menos que
podía hacer.
Con un suspiro, se dirigió hacia el comedor principal.
Quién pensó que la vida de una estrella de Hollywood era todo brillo y glamur estaba delirando. Había probablemente
por lo menos algunos cientos de personas preguntándose dónde estaba él y qué estaba haciendo en ese momento.
Su fantasía de vida era su escapismo. Ellos probablemente lo imaginaban haciendo todo tipo de cosas llamativas.
Quizás estaba en una sesión de fotos o quizás en una fiesta llena de estrellas.
Seguro, él hizo esas cosas. Las sesiones de fotos eran tediosas y a menudo absurdas. Porque las estrellas de
Hollywood eran, de hecho, gente normal, ellos solo tendían a ser molestos como la mierda, aburridos, ridículos, o
alguna combinación de ellos. El cielo sabe que él no era el buen hijo de puta que todos sus fans creían que era.
Sus amigos le llamaban imbécil cariñosamente, pero eso era lo que los amigos hacían. Ellos lo amaban a pesar de
sus peores rasgos.
Hoy, su vida glamorosa consistía en conducir por toda la ciudad para evitar cualquier paparazzi que pueda seguirlo a un
restaurante mediocre que había escogido porque tenía un callejón sucio por el cual podía salir sin ser visto. Era el tipo
de callejón que nadie quería estar, pero daba a la puerta trasera del restaurante.
Cuando llegó a su cubículo, después del abrazo usual que fue intercambiado, el mejor amigo y colega de Edward,
Garrett Larson no perdió tiempo en saltar con el tema del día.
—Preguntaría sobre tu vida amorosa, pero no lo necesito. ¿Terminaste con Victoria, no?
Edward bufó.
—¿Acaso no has leído los diarios? Ella terminó conmigo. —Puso los ojos en blanco—. Es por eso que tuve que
escabullirme. No podía dejar que los paparazis me atraparan en mi estado frágil.
—Oh, pero es un escáldalo descarado, ¿no? —rio Garrett—. La pareja más hermosa de América. La seductora Victoria
Wyle y el soltero más codiciado de Hollywood. ¿Qué podría ser más vergonzoso para un hombre atractivo como tú que
perder a Victoria ante el chico más adorable de Hollywood, Riley Biers?
—Mírame, estoy tan avergonzado que ni puedo sentarme derecho. —Era verdad, en cierto modo. Su cubículo favorito en
el restaurante era su favorito porque estaba metido en un rincón oscuro. Sin embargo, estaba encorvado contra el
rincón más alejado. Era solo cuestión de tiempo antes que alguien los reconozca.
—En serio, tengo que preguntar. Victoria parece un demonio en la cama.
—Tú sabes bien que no voy a responder eso. —Puede que Edward haya sido un idiota, pero no era del tipo que besa y
cuenta.
Garrett levantó sus manos en gesto de paz.
—Me parece bien. Al menos dime esto. ¿Cómo es ella? Nunca la conocí.
Edward se encogió de hombros.
—Está bien.
Garrett puso los ojos en blanco.
—Está bien. Eso es todo lo que dices de las mujeres con las que sales.
—¿Qué más quieres? Son personas. Las personas varían en diferentes tipos de "bien". Siguiente tema.
Edward escuchó atento mientras Garrett hablaba detalladamente sobre el próximo proyecto que iba a comenzar en las
próximas semanas. Era bueno ver a su viejo amigo tan animado.
Se habían conocido muchos años atrás cuando Edward tenía diecinueve y Garrett veinte. Ambos interpretaban a unos
adolescentes en un show popular de ese tiempo. Mucho había cambiado desde ese entonces. Garrett era popular y
bien conocido, pero una película que hizo Edward cuando tenía veintidós lo había llevado a un nivel de popularidad
inesperada, catapultándolo en el súper-estrellato que nunca había querido.
No quería decir que su vida fuera mala, solo que no era tan espectacular como todos creían que lo era.
Pero Garrett no había dejado que la fama se le suba a la cabeza más que a Edward, así que allí estaban, diecisiete
años después.
Cuando Garrett terminó de hablar de sus proyectos, era el turno de Edward
—¿Obtuviste el proyecto de Carmen Medina? —Garrett lucía impresionado—. Maldición. No te voy a mentir, estoy muy
celoso. Quería ese papel. ¿Estás emocionado?
Edward hizo un gesto con su mano.
—Soy indiferente.
—Oh, por supuesto que lo eres. Carmen Medina es una de los directores más brillantes por ahí. Ella exhala el aroma
de los Oscars.
—Tú sabes como me siento con respecto a los Oscars.
Garrett sacudió su cabeza.
—Lo sé. Por supuesto que si. Un concurso de popularidad. No una medida de talento. Bla, bla, bla. Y púdrete. Todavía
quiero uno.
—Es solo otro trabajo.
—Lo que sea.
Un flash a través del restaurante llamó su atención Garrett se giró, sonriendo, y saludando a una chica con cara
ruborizada que había intentado ser discreta y falló miserablemente. Edward suspiró para sus adentros pero
...