Democracia Inacabada

Es inconcebible que estando a puertas del siglo XXl y siendo una sociedad civilizada e inteligente, el pensamiento de las personas para ejercer su derecho al voto sea tan bajo y que poco a poco se haya degradado el término de “democracia”, el cual se ha convertido en el medio para que cualquier individuo con ansias de poder, llegue a ejercer un cargo público, utilizando a una minoría del pueblo para que se haga pasar por la mayoría, sin que se representen y defiendan verdaderamente los intereses del pueblo. La libertad para ejercer el sufragio no se ha fortalecido como lo hacen creer, todo lo contrario cada día se vuelve más débil, cada elección la vuelve más impotente y cada cuatrienio la vuelve más inútil.

Cuando la constitución política de 1991 promulgo que Colombia es un estado democrático, dio inicio a un cambio, en el cual toda la sociedad se ve involucrada de alguna forma, desde los establecimientos educativos, en los cuales, los estudiantes eligen a sus representantes, denominados personeros, hasta los ciudadanos mayores de 18 años, quienes votan por un líder que tiene voz ante las diferentes instituciones conformadas para que se tomen las decisiones del pueblo. Pero actualmente se observa que la democracia no ha evolucionado, pues como se logró observar el pasado domingo 09 de marzo, fecha en la que se desarrollaron las elecciones para Senado, Cámara de Representantes y Parlamento Andino, las personas que se acercaron a los diferentes puestos de votación instalados para cumplir con el deber de elegir nuestros representantes, se presentó una abstención del 52% del total de las cedulas registradas.

De esta forma solamente el 48% del pueblo colombiano, habilitado para sufragar, cumplió con el deber de votar, sin siquiera superar la mitad de las personas inscritas para poder ejercer su derecho. De lo anterior se deduce que los integrantes del congreso que tomará posesión el próximo 7 de agosto, no representa la voluntad del pueblo, sino que representa a unos pocos, y muy seguramente a la burguesía que ellos lideran y para los cuales deben legislar de acuerdo a sus intereses.

De igual forma las personas que llegan al poder terminan en muchas ocasiones sumisas a los intereses del gobierno, al mando durante su periodo, olvidando su principal función que es representar los intereses del pueblo, esto se ve reflejado en la cantidad de votantes en las elecciones debido a que tienen cierto descontento por quienes gobiernan y cómo gobiernan, lo cual hace, que a la gente ya no le importe votar o no, porque al final, para ellos será la repetición de la historia que ya han visto antes.

Es necesario que las nuevas generaciones sean precursores para la renovación de las ideas políticas, que levanten la voz de protesta y clamen por una justicia social que permita que el pueblo vuelva a creer en sus dirigentes, que sientan que sus representantes

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