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Derechis Humnos Y Su Efectivavazacion Al Desarrollo


Enviado por   •  15 de Julio de 2011  •  4.992 Palabras (20 Páginas)  •  984 Visitas

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LOS DERECHOS HUMANOS

Y SU EFECTIVIZACIÓN COMO DERECHO AL DESARROLLO*

• Introducción

• 1. Desarrollo: un tema en cuestión

• 2. Globalización, Neoliberalismo y Nuevo Derecho al Desarrollo

• 3. Derecho al Desarrollo como Derechos Humanos Esenciales

• Conclusión

• Referencias

• Notas

Introducción

En el inicio del siglo XXI, los profundos cambios socioeconómicos y las múltiples transformaciones tecnológicas, proyectan una realidad mundial y un período histórico cada vez más diversificado, fragmentado y globalizado.

La lógica del desarrollo que orientó la cultura de la modernidad, sustentando durante siglos modelos de conocimiento, de organización social y de política económica, ya no logra responder satisfactoriamente a las inquietudes, necesidades básicas y demandas de la especie humana. Antiguas utopías de fundamentación y legitimación se desmoronan, transformándose en incapaces de ofrecer directrices y padrones normativos seguros y abriendo una brecha para redefinir los marcos epistemológicos y metodológicos que permiten viabilizar una nueva visión integral del ser humano, así como la estructuración de un nuevo orden mundial. Las alternativas para la erradicación de la pobreza y para la mejora de las condiciones socioeconómicas de la vida estimulan para definir nuevas fórmulas de reglamentación y nuevas prácticas políticas. Se destaca, así, el delineamiento necesario de otra forma de concebir la relación entre Derecho y Sociedad. La inscripción del emergente ya no privilegiará con exclusividad al Estado o al Mercado, sino al ser humano como sujeto central del desarrollo y como titular de derechos humanos esenciales. En su potencialidad, el Derecho al desarrollo trae al escenario institucional nuevos valores y nuevas formas de interrelaciones que instauran una nueva dinámica entre el Derecho y el desarrollo humano. Por cierto, una correcta discusión paradigmática en el nuevo siglo, incluyendo Derecho y Desarrollo 1, por un lado no puede prescindir de señalar las insuficiencias del sistema jurídico internacional identificado con el Estado-Nación para captar el universo de la globalización y de las interdependencias complejas; por otro lado, debe expresar, más que nunca, formas alternativas de desarrollo que consideren la construcción específica de derechos económicos, sociales y culturales, pautados en valores e implementados en prácticas auténticas de una política dirigida hacia los derechos humanos.

De esta manera, el nuevo Derecho al desarrollo está fundado en la solidaridad, en la superación de la miseria, en la mejora de las condiciones socioeconómicas, en la fuerza creadora del poder comunitario y en favorecer la realización integral del ser humano con dignidad. Es sobre lo que se pretende reflexionar a continuación: un nuevo Derecho al desarrollo como Derecho Humano internacional de solidaridad.

1. Desarrollo: un tema en cuestión

No hay duda que, hoy, la problemática del escenario post-guerra fría, de crisis de la modernidad y del surgimiento de nuevas tecnologías, marcada por nuevos sujetos colectivos que determinan un nuevo orden mundial, impone recuperar y discutir la noción de "desarrollo".

Antes que nada, cabe aclarar que el concepto de "desarrollo" se ha prestado a diferentes interpretaciones que pueden expresar crecimiento económico, proceso histórico o dinámica de modernización. La primera proposición, en las palabras de Antonio de P. Jardim, examina la sociedad "a partir de un modelo de concepción del mundo que universaliza los valores occidentales como únicos y universales; está asociada a la concepción del evolucionismo, de inspiración inglesa (...), que destaca las diferencias de la evolución social (...), en el sentido y en el modo como las sociedades se transforman en más complejas y diferenciadas entre sí." 2 Otra concepción propone el desarrollo como proceso histórico, "fruto de las luchas entre las diferentes prácticas del comportamiento humano frente al mundo y a sí mismo. (...). Es a partir de la historicidad (del desarrollo de las diferentes prácticas) que es posible analizar la historia de la formación social y económica de determinada sociedad." 3 Finalmente, aclara también el sociólogo Antonio de P. Jardim, el desarrollo como expresión de la modernización opera tanto "por los cambios en el comportamiento humano", como por la "eficacia y desempeño técnico y burocrático que orientan la racionalidad del hombre moderno en la sociedad capitalista." 4 Así, el desarrollo económico y social estaría identificado con cambios en la estructura tradicional, de sociedades caracterizadas como atrasadas en la importación de nuevas tecnologías y en la promoción racionalista de procesos identificados con el "trabajo de base industrial." 5

Tales modelos de desarrollo comenzaron a ser cuestionados en las décadas del 70 y 80, por no captar correctamente que la dinámica de la sociedad no se explicaba solamente por el positivismo económico o por el determinismo político, sino, sobretodo, por la acción y función de sujetos colectivos transformadores. Se trata, ahora, de procesos de desarrollo que recuperan integralmente el comportamiento de sujetos, en cuanto "totalidad en proceso que (...) da la dimensión del desarrollo", o sea, es a través de las propias acciones humanas que se transforma el ser humano y la sociedad. 6

Parece claro, por lo tanto, que el desarrollo no se restringe al aspecto económico o político, sino que abarca, fundamentalmente, la dimensión social, lo que se comprueba con interpretaciones sobre el desarrollo que en América Latina relegan a un segundo plano la cuestión social. De acuerdo con autores como Paulo N. Batista Jr., que para ser integral, el concepto de desarrollo debería "incluír crecimiento, democracia, justicia social y autonomía nacional" 7 , porque tales factores están interrelacionados y son complementarios. Por cierto que esas condiciones encuentran obstáculos para su implementación en razón de factores internos y externos, que se explican no sólo por las profundas desigualdades internas de los países periféricos, sino, sobretodo, por la debilidad en hacer frente a las presiones internacionales. 8

Se admite que, durante más de medio siglo, el debate sobre desarrollo predominó en discusiones en el interior de los países pobres 9. El fracaso de esos proyectos de desarrollo se produjo, en el decir de Boaventura de S. Santos, porque "fueron concebidos e implementados ‘a partir de arriba’, con base en políticas trazadas e implementadas por agencias tecnocráticas nacionales e internacionales, sin la participación de las comunidades

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