“Derechos laborales en las historia de vida”
Enviado por 1 ARPASACA Efrain 4 2 • 3 de Noviembre de 2021 • Apuntes • 1.255 Palabras (6 Páginas) • 78 Visitas
TP N°6
“Derechos laborales en las historia de vida”
Profesora: Leila Melon
Materia: Ciudadanía y trabajo
Alumno: Efraín Arpasaca
Año: 4to
División: 2da
Ciclo lectivo 2021
Entrevista n°1 (Padre)
Nombre: Cesar
Edad: 42 años
Sexo: Masculino
Nacionalidad: Peruana
Mi primera experiencia laboral fue en la panadería familiar, a los 15 años, no fue con sueldo sino más bien ayudando. Luego de recibirme estudie computación la cual me sirvió para ser profesor, la cual si fue mi primer empleo, donde trabaje un periodo de 5 meses donde cobraba unos 5 soles por hora. Después, por desgracia a ciertos problemas en Perú, decidí junto a mi hermana migrar a Argentina en el 2000. Momento en el que se me complico demasiado buscar empleo, por causa de mi falta de documentos. Ya aquí luego de unos meses, conseguí trabajo en un taller textil, donde trabaje por 3 años, donde cobraba una buena cantidad para el momento, donde también trabajaba en estados insalubres, por fortuna logre juntar el dinero necesario y tener todo mi documentación a tiempo, para salir y tener otro trabajo. En la actualidad, gracias a la experiencia en el taller textil, vi que era una buena oportunidad invertir un poco en ella, ahora trabajo en una empresa textil como unas 10 a 12 horas, sobretodo porque lo controlo desde casa, la cual me ayuda demasiado para pasar más tiempo con mis hijos. No participe en ningún tipo de beneficio social, ya que siempre trabaje en negro, tampoco vote ni participe en nada políticamente. No tuve una gran mejora económicamente, por tener gastos muy grandes en periodos muy cortos, los cuales me hicieron muy difícil la vida hasta por casi quedar en bancarrota. Para mí el mejor momento de la Argentina fueron los primeros años de presidencia de Néstor Kirchner y la peor fue la gran devaluación del 2000, esto hablando por situaciones vividas.
Entrevista n°2 (Vecino)
Nombre: Roberto
Edad: 52 años
Sexo: Masculino
Nacionalidad: Argentina
Roberto cuenta que su primer empleo fue en el año 1968, cuando tenía tan solo doce años, en una imprenta. Allí empezó como aprendiz en el Sector Encuadernación. Su jornada era de cinco horas. A la mañana iba al colegio y por la tarde trabajaba. Este trabajo lo consiguió a través de un vecino, quien trabajaba en la imprenta. (Trabajaba de 17 a 20 hs.) y era un buen ambiente laboral. Pero, menciona el entrevistado: "el único inconveniente era que trabajaba de lunes a lunes y estaba en negro, nunca m e dieron vacaciones". Se mantuvo en este empleo durante un año y medio. Renunció porque, a causa de la inflación que había en el país, el sueldo ya no le rendía y no era compensado por los aumentos que se otorgaban. En 1975, al terminar la escuela secundaria, su padre, le consiguió su primer empleo registrado en Austral Líneas Aéreas. Allí, dice: "ganaba el triple de lo que ganaba en la imprenta además veía buenas posibilidades de crecer en la empresa y desarrollarme e personalmente". En este empleo, desde el primer día integró la planta permanente. Comenzó como Despachante de Cargas y fue cambiando de tarea a medida que fue ascendiendo. Fue Despachante de Vuelo, Cajero, Secretario del Jefe de Cargas. Hasta que en el año 1991, con treinta y cinco años de edad y un hijo de un año de vida, lo despidieron, pagándole la indemnización correspondiente. Parte de ese dinero lo ahorró, y el resto lo utilizó para terminar su casa. En ese mismo año, gracias a las conexiones y los conocimientos adquiridos trabajando en Austral, ingresó a trabajar como gerente en una importante agencia de cargas, donde se desempeñó principalmente en el Área de Ventas. Estaba en blanco y considera que se le pagaba un sueldo acorde al cargo y responsabilidades. En cuanto a vacaciones, dice que no tenía una cantidad especificada de días. Trabajó cinco años, durante los que mantuvo una buena relación con los dueños. Hasta que comenzaron los conflictos, ya que él reclamaba una participación en las ganancias de la firma, justificada en el crecimiento que ésta había alcanzado mediante su aporte en la organización y su cartera de clientes. En el año 1995, cansado de la mala relación, renunció, ya que, según dice, no le interesaba ir a juicio con esas personas. Pero admite que, gracias a ese y al anterior trabajo, consiguió desarrollarse como persona, lograr estabilidad económica, construir su casa y conocer distintos lugares del mundo. A continuación, estuvo seis meses sin trabajar, durante los cuales percibió el Seguro de Desempleo. Su intención era formar una empresa propia, pero era muy difícil hacerlo en ese momento. En 1996 se contactó con los socios de otra agencia de cargas, ya que uno de ellos se retiraba, pasando él a integrar la sociedad. Aquí también se desempeñó en el Área de Ventas, Estuvo cinco años, logrando un auge importante para la compañía. Durante ese período no realizó aportes a la Seguridad Social. En el año 2000 la sociedad se disolvió de común acuerdo, no por problemas económicos sino personales. Al margen de ello, menciona que, en general, el ambiente entre los transportistas es bueno, pero que, como en todos lados, hay gente buena y mala. Al mismo tiempo, su suegro, que hacía cuarenta años que vendía diarios, había comprado una parada de diarios en la estación de trenes de Ramos Mejía. En el año 1996 le propuso asociarse y, con los ahorros que tenía de la indemnización de Austral, le compró parte del negocio. Allí, durante cinco años, trabajó los domingos, de cinco de la mañana a dos de la tarde, estuvo adherido al Sindicato de Diarios y Revistas, a través del cual tenían, él y su familia, una obra social. La relación con su suegro al principio era excelente, pero fue empeorando hasta llegar a ser pésima, por razones monetarias. En el año 2000 su suegro se jubiló y vendieron el negocio. Señala que, en aquel momento, sabía que al dejar de trabajar en el rubro, el sindicato le daba la opción de continuar en la obra social, pero se desafilió porque tenía la intención de trabajar de manera autónoma. A comienzos de 2000, Roberto junto a un amigo, su suegro y su mujer, crearon una agencia de cargas en forma de S. R. L. (Sociedad de Responsabilidad Limitada). Comenzaron a trabajar alquilando un depósito. Dice que durante esos años nunca hicieron aportes jubilatorios. Luego, en el año 2001 la crisis los golpeó en forma violenta, decayendo en gran proporción las ventas. Asimismo en 2002, el contrato de alquiler que habían firmado por seiscientos dólares, se cuadruplicó. Por ello, decidieron cerrar el depósito y la oficina, y continuar trabajando durante un año y medio más desde su casa. Pero los clientes que habían conseguido en esos tres años, fueron disminuyendo sus contrataciones, cerrando o quebrando, lo cual provocó también la quiebra de la S. R. L. hacia mediados de 2003. Roberto está convencido de que esta crisis laboral tuvo como consecuencia la crisis de su matrimonio, que terminó con el divorcio. En octubre de 2004, ya separado y viviendo en la casa paterna, decidió continuar trabajando en forma Independiente, con algunos de los antiguos clientes. Esta ocupación la mantiene hasta el presente. Está registrado como trabajador autónomo y trata de cumplir con todas sus obligaciones de contribuyente, aunque se queja de la excesiva presión tributaria y de la poca perspectiva de crecimiento que otorga el país. Dice que el 2006 fue bueno para él, y tiene expectativas de que el 2007 será mejor, porque advierte una economía estable. Y hasta hoy desde los 47 años, es transportista de cargas autónomo.
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