Desafíos En El Sector Del Ministerio Del Interior

El institulo “Desafíos en el Sector del Ministerio del Interior”, nos abre una gama de ideas y opiniones que abarcan hechos concretos vinculados con la sociedad y específicamente con la vida del ciudadano peruano, cuyo arraigo trasunta cronológicamente de nuestros pasado incaico hasta las época republicana llegando a un escenario cuyo estándar mundial exige que un país tenga un estado con una organización cuya estructura moderna asegure el desarrollo socioeconómico y político en una convivencia de paz y tranquilidad social.

Y es que al Estado peruano le compete salvaguardar, mantener, garantizar y restablecer el Orden Público y el Orden Interno a través de la Policía. El orden interno es la situación en la cual están garantizados la estabilidad y normal funcionamiento de la institucionalidad político-jurídica del Estado. Su mantenimiento y control demandan previsiones, decisiones y acciones que el gobierno debe adoptar permanentemente. Orden Interno es en el sentido de orden territorial. Es un concepto político- social. Se conserva el Orden Interno manteniendo el Orden Público. Esta es la finalidad fundamental de la Policía Nacional. El orden público no es todo el orden interno. El Orden Interno es el “deber ser” de la función policial. Toda su actividad, procedimiento y finalidad debe estar orientado al mantenimiento y restablecimiento del orden interno y consecuentemente del orden público.

Actualmente en el 2,013 nuestro país mantiene una estructura social claramente señalada en la Constitución del 93, y como es de verse por los hechos inobjetables y a la luz de las noticias diarias; el Estado, es decir esa estructura social viva que en la dinámica mueve todo los sistemas funcionales orientado a conseguir los objetivos nacionales establecidos por los gobiernos de turno, no viene cumpliendo con ese compromiso constitucional, de darle a quien es la razón de su existencia, el peruano más humilde de nuestro territorio, la seguridad de poder vivir y desarrollarse junto a su familia, libre de violencia o actos que perturben su tranquilidad; por tanto, podemos pre concluir que la obligación que tienen los gobernantes y funcionarios del estado de cumplir con los sagrados preceptos constitucionales no lo viene haciendo; sin embargo, impávidos cómplices de esta realidad dramática continuamos con la inercia social de no exigir democráticamente su sanción, con la agravancia de que cada cinco años elegimos a través del voto a personas impresentables moralmente a dirigir nuestros destinos.

La cartera del Interior ejerce las funciones de Gobierno Interior y de Policía a través de los órganos policiales y no policiales para proteger y garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades fundamentales de las personas, así como mantener y restablecer, cuando sea el caso, el orden interno democrático, el orden público y la seguridad interna del país. Es competente para intervenir en todos los asuntos relacionados con el cumplimiento de su finalidad: Orden interno, seguridad ciudadana, función policial, movimiento migratorio y naturalización, control de servicios de seguridad, de armas, municiones y explosivos de uso civil.

Lo versado no es algo nuevo, el ministerio y sobre todo la policía nacional como organización tiene como el cuerpo humano sistemas, órganos y aparatos y cuyo funcionamiento están señalados en sendas normas o leyes que la hacen desde el punto de vista de la “administración moderna” difícil de manejar, hecho que es plenamente fundamentado por los resultados obtenidos; sin embargo tampoco se puede negar que la situación actual que vive el país, no es la mismas a dios gracias, y es que la economía se encuentra en un constante progreso y seguimos en el camino que nos brinda la oportunidad de modernizarnos, consecuentemente la institución policial, organización que alberga alrededor de alrededor de 105,000 efectivos a nivel nacional, realidad que según los expertos en gestión, señalan que resulta INVIABLE desarrollar una gestión de resultados que alcance la eficiencia, eficacia y economía para cumplir con su obligación constitucional.

Actualmente, el principal reto del ministerio es la reestructuración y profesionalización de la policía, aspecto fundamental de la reforma del Estado y que tiene como propósito dignificar la función policial, mejorar los servicios que la institución brinda y acercar a la Policía Nacional del Perú a la comunidad, con ello, demostrar que el policía como un ser humano como cualquier peruano también tiene así como obligaciones, también derechos a vivir dignamente, con un salario que lo haga digno representante del estado y homologado con sus pares servidores públicos; habrá acaso algún peruano con sentido común, de cualquier nivel social, o profesión alguna no reconocer a su policía como quien a través dela historia y con hechos reconocidos internacionalmente como dar su vida para darle la paz que se merece el ciudadano, será posible, como reza la sentencia de Gonzales Prada que este pueblo que en algún momento lo vitoreaba luego de maldiga, acaso pueden olvidar la famosa “captura del siglo” del genocida Abimael Guzmán Reynoso, entre otros.

Esta tarea implica un proceso progresivo de profundos cambios institucionales que deben iniciarse de inmediato y que deberán involucrar la activa participación de los miembros de la institución policial y de toda la colectividad, aportando ideas, sugerencias y recomendaciones para la elaboración y ejecución de políticas públicas; sin embargo, es la primera vez que hacemos esto?, No, no es la primera vez, pero acaso no es mejor poner la voluntad positiva de mejorar la institución que tener el triste privilegio de no hacer nada; de hecho, que no va hacer nada fácil, pero acaso los cambios que han sufrido las policías de otras latitudes han sido complejas y difíciles, nada que asegure un excelente futuro se ha conseguido con persistencia y entereza moral, por tal motivo, este proceso entraña la modernización de diversos aspectos de la vida institucional tales como el marco normativo, la doctrina y la organización policial; los procesos de selección, instrucción, salud y bienestar del personal, así como la evaluación del personal actualmente en funciones; los sistemas de participación y control democrático, la gestión y administración de recursos, incluyendo la reingeniería de los procesos y procedimientos policiales; y la identificación de las necesidades financieras, humanas y materiales de la institución, especialmente en lo que se refiere a equipos informáticos de telecomunicaciones y de transporte y sus fuentes de financiamiento interna y externa.

El reto está planteado, lo que haría falta es un trabajo fino de motivación que alcance desde el general que dirige la organización hasta el último de los servidores

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