Desarrollo Emocional En Niños Y Niñas Maternal
Enviado por kirkgf • 22 de Octubre de 2012 • 15.352 Palabras (62 Páginas) • 665 Visitas
INTRODUCCIÓN
El correcto desarrollo emocional supone ser consciente de los propios sentimientos, estar en contacto con ellos y ser capaz de proyectarlos en los demás. Ser capaz de involucrarse con las personas de forma adecuada haciéndolo positivamente. El desarrollo emocional correcto además supone una capacidad de empatizar con los demás, de simpatizar, de identificación, de tener unos vínculos e intercambios de sentimientos satisfactorios, la conciencia de los propios sentimientos, su expresión correcta mediante la verbalización de los mismos.
De lo anteriormente expuesto surge la necesidad de proponer estrategias para el desarrollo emocional de los niños y niñas, puesto que la estructura intelectual del niño esta ineludiblemente ligada a su afectividad y es necesario no solo centrarse en los contenidos intelectualistas sino hacer también hincapié en la vertiente emocional.
El presente trabajo está estructurado en capítulos de la siguiente manera:
Capítulo I. El problema, que consta del planteamiento del problema, justificación de la investigación, objetivos de la investigación, donde se elaboran el objetivo general y los objetivos específicos, la operacionalización de variables y el cuadro referente a lo mismo.
Capitulo II. Marco teórico, en el cual aparecen reflejados los antecedentes de la investigación, las bases teóricas, bases legales y la definición de términos básicos.
Capitulo III. Marco Metodológico. Que abarca el diseño, tipo, nivel y modalidad de la investigación, la unidad de análisis, población y muestra de la misma, las técnicas e instrumentos de recolección de datos y la validación del instrumento
Capítulo IV. Resultados de la investigación. Donde se elabora el análisis y la interpretación de los datos, las conclusiones y recomendaciones.
Capítulo V. La Propuesta. Donde se realiza la presentación de la propuesta, el análisis situacional, la justificación de la misma, sus objetivos, tanto general como específicos, su factibilidad y el análisis costo – beneficio.
Referencias y Anexos.
CAPITULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del Problema
El ser humano es caracterizado por sus emociones que son el motor fundamental de la conducta, estas son representación de la manera en la cual las personas se adaptan a ciertos estímulos ya sean del entorno o estén intrínsecas en el ser. Dichas emociones estudiadas de diferentes puntos de vistas como el psicológico, fisiológico, y conductual entre otros llegan a una serie de conclusiones claves sobre el verdadero significado de las emociones y su influencia en la humanidad tanto individual como en colectivo.
Estas inquietudes propias del ser alteran ciertas conductas basándose principalmente en la memoria, causando así diferentes tipos de respuestas para establecer un comportamiento más efectivo, sin contar que estas conmociones son las que establecen la posición del individuo en el espacio y lo impulsan hacia distintas direcciones, actuando a través de predominios innatos y aprendidos a lo largo de la vida de cada persona.
Dichos sentimientos son subjetivos a la experiencia según Morales (2010) “El desarrollo emocional puede ser visto como un proceso ordenado en el cual emociones complejas se despliegan a partir de las más simples. El llanto, la sonrisa y la risa son los primeros signos de emoción” (p. 37). Basado en lo anterior el desarrollo del individuo se basa en sus vivencias y surge a partir de las reacciones más simples, permitiendo así que el ser humano logre avanzar y madurar emocionalmente de manera tal que se convierta en un ser capaz de actuar correctamente ante situaciones difíciles, logrando esto ya sea con un apoyo o individualmente.
Señala Arcaute (2007) que “En la edad 0-3 se manifiestan más emociones que sentimientos; según va creciendo aumentan los sentimientos y disminuyen las emociones, al tiempo que se va aprendiendo a controlarlos” (p. 45). Esto demuestra que la mejor etapa para desarrollar las emociones es en la edad maternal, surgiendo en este caso la labor docente, en el aula se debe ser un ente facilitador del aprendizaje para lograr un individuo emocionalmente inteligente y que comprenda capacidades básicas como la percepción y canalización de la propia emoción o la comprensión de los sentimientos de los demás.
Esto tiene su propio dinamismo y actúa constantemente sobre el comportamiento y la personalidad. Esas capacidades básicas, que permiten tener confianza en sí mismo o saber disfrutar de la relación con otras personas, se van formando en los primeros años de vida. Por ello, el profundizar en los rasgos y en la construcción social de las emociones en los niños y en la importancia para su formación integral es fundamental para todos cuantos se ocupan de la educación infantil.
En palabras de Pérez (2008) “El aprendizaje integral no sólo comprende los estilos cognitivos, sino que hace referencia también a la emoción, los sentimientos y la acción” (p. 25). Basado en lo anterior se denota que la labor del docente es de facilitador del proceso enseñanza aprendizaje y no simplemente quedarse en lo meramente cognitivo, sino a su vez, potenciar el desarrollo emocional del sujeto, sobre todo en los primeros años de vida como factor determinante para su desarrollo como un individuo social.
Aunado a lo anterior, es preciso recalcar las etapas del desarrollo de Erikson E. (citado por Sotomayor, 2008) que a efectos de la presente investigación solo se tomarán la primera y segunda etapa.
En la primera, llamada confianza frente a desconfianza, que va desde el nacimiento a los dieciocho meses aproximadamente, el autor antes mencionado, señala que “los niños comienzan a desarrollar la capacidad de confiar en los demás basándose en la consistencia de sus cuidadores (…) Si la confianza se desarrolla con éxito, el niño/a gana confianza y seguridad en el mundo a su alrededor” (p. 15). De esto se tiene que el grado de confianza o desconfianza que presente el infanta va ligado intrínsecamente al desempeño de su cuidador, en este caso, el docente del maternal al cual acuda.
Con respecto a la segunda etapa, llamada autonomía frente a vergüenza y duda, la misma señala que “creciente sensación de afirmación de la propia voluntad de un yo incipiente, se afirma muchas veces oponiéndose a los demás” (p. 17). En ambas, el rol de las personas alrededor del niño o niña juega un papel fundamental, en la exitosa culminación de la etapa.
Debido
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