Despido Injustificado Por Enfermedad
Enviado por mounstrop • 23 de Octubre de 2012 • 18.684 Palabras (75 Páginas) • 1.172 Visitas
1.2. Relevancia del caso
En cualquier tipo de empresa puede ocurrir un caso de enfermedad no generada por un accidente de trabajo, que deje incapacitado totalmente a un trabajador competente, no permitiéndole cubrir los requerimientos necesarios para desarrollar su puesto. Poniendo a la empresa en el dilema de prescindir o no del empleado utilizando métodos éticos apegados a la Ley o solo rescindirle el contrato.
El caso planteado es un ejemplo de ello, existe una empresa que tiene un empleado competente que enferma y no satisface ya los requerimientos del puesto y los directivos, causando además un costo por mantenerlo en la nómina.
Para solucionar este tipo de problema se recurre con frecuencia a los administradores en recursos humanos para que estudien la problemática y con base en sus conocimientos, experiencia y un análisis costo-beneficio, presenten la mejor solución; tomar la mejor decisión que no afecte a la empresa, ni al empleado, disminuyendo la tensión en el medio ambiente organizacional, reduciendo así los problemas laborales que pudieran surgir.
La Administración se aplica como una medida de solución al problema presentado, para que con base en métodos, leyes y técnicas se tome la mejor decisión sin afectar la filosofía de la empresa y evitar cualquier tipo de demanda laboral, que podría aumentar aun más los costos de la empresa.
1.3. Límites y alcances de la investigación
El trabajo se basará en el estudio de la Administración, en este caso enfocada a los Recursos Humanos, para identificar métodos, técnicas y herramientas que se necesitan aplicar para resolver la problemática planteada con los recursos disponibles.
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Las fuentes principales de información serán libros de fundamentos de Administración de los Recursos Humanos, Ley Federal del Trabajo, Ley del IMSS, marcos de referencia y metodologías para llevar acabo de forma ética la disolución
del contrato con el trabajador.
Con la información obtenida definiré los pasos para poder llevar acabo de la forma más equilibrada el despido o terminación del contrato, sin afectar al ambiente organizacional, tratando que el empleado que esta enfermo no quede desprotegido y aplicaré una metodología que resuelva los dilemas del trabajo solicitado y cubra los requerimientos o necesidades tanto de la empresa como del trabajador en el caso planteado.
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2. PRESENTACIÓN DEL CASO
2.1. Caso práctico asignado
Mystic se dedica a la producción y comercialización al menudeo de productos de belleza para la mujer. Es una empresa mexicana fundada en 1952. Cuenta con sucursales a lo ancho y largo del territorio nacional y, además exporta al mercado sudamericano.
Raúl Juárez, un joven alegre y con gran potencial profesional, ingresó a la empresa en 1989. En la universidad se especializó en mercadotecnia, así que en Mystic se incorporó al área respectiva. Desde el comienzo entabló amistad con todo el personal del área, cosa que se le daba muy bien gracias a su jovialidad y cordialidad. Su carisma y su sentido de responsabilidad lo llevaron en 1993 a ocupar la jefatura de Investigación de Nuevos Mercados, ascenso que le agradó y en virtud del cual redobló sus esfuerzos en la empresa.
En mayo de 1995 empezó a experimentar cambios en su estado de ánimo, además de que lucía un poco enfermo, había adelgazado y se le veía demacrado.
Empezó a apartarse de los demás, actitud contraria a su comportamiento habitual, de saludar y platicar con todos.
Decía que no se sentía bien y así dejo de asistir a las reuniones que organizaban sus compañeros de trabajo. En agosto de ese año la bomba estalló: Raúl estaba enfermo, tenía SIDA. La empresa lo apoyó, pues siempre se había desempeñado excepcionalmente bien. Los directores de Mercadotecnia y de Personal lo indujeron a que se hiciera un nuevo chequeo, y estuvieron pendientes de los resultados. Le dieron facilidades para faltar por ese motivo, sin descontarle de su salario.
El diagnóstico fue corroborado y Raúl cayó en un estado depresivo grave. Su productividad bajó, se le notaba enojado, triste y desanimado. Empezó a faltar considerablemente, con la tolerancia y el consentimiento del director de Mercadotecnia quien seguía considerándolo una persona excepcional, y se sentía obligado a ayudarlo, creyendo que lo único que podía sacarlo adelante era su trabajo, ya que su familia lo había abandonado al enterarse de su enfermedad. A finales de 1995 una recaída muy fuerte le impidió asistir al trabajo por un periodo de casi cinco meses.
Sus compañeros de trabajo asistían regularmente a la clínica en donde se encontraba, en un gesto que motivaba a Raúl a seguir adelante. Pero ese gesto
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solidario ponía en un dilema a los directivos de la empresa, sabedores de que el profundo apoyo que recibía Raúl podría suscitar reacciones adversas si se decidían a darle de baja.
El nuevo tratamiento que Raúl empezó a recibir produjo una notable mejoría, reflejada en su estado de ánimo. Se mostraba contento porque creía que tal vez podría salir de tan difícil trance. Volvió al trabajo y así duro sin recaídas casi un año, aunque la situación en la empresa había cambiado; el director de mercadotecnia había fallecido y su puesto ahora lo ocupaba un licenciado en administración que desconocía los antecedentes de Raúl, y solo esperaba que éste le diera una excusa para rescindirle el contrato.
Una nueva recaída de Raúl al comenzar 1997 fue más grave que la anterior. Perdió mucho peso y se mostraba apático ante cualquier
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