Diferentes Realidades, ¿diferentes Universos?
Enviado por angiecon • 23 de Octubre de 2011 • 3.022 Palabras (13 Páginas) • 897 Visitas
DOMINGO, ENERO 23, 2005
Diferentes realidades, ¿diferentes universos?
Hurgando en la red, encontré una web en la que el señor Eduardo Ivorra ha escrito un excelente monográfico sobre física cuántica titulado ¿¿¿Física qué???... . Lo más curioso y agradable de todo, es que éste es un manual de física cuántica casi sin ecuaciones, como él mismo lo califica, cosa que se agradece dado el elevado nivel de abstracción y complejidad que acostumbran a tener los tratados de física cuántica. He elegido uno de los capítulos en el que se trata la percepción de la realidad desde el punto de vista cuántico, todo explicado de una forma muy simple e ilustrativa. Un ensayo apto para todos los públicos que trata de aclarar lo que sucede en esa tierra de nadie que separa la física de la filosofía, esa frontera difuminada que separa el objeto del sujeto. Si alguien tiene mucha curiosidad por estos temas, seguro que disfrutará leyendo el monográfico entero.
Diferentes realidades, ¿diferentes universos?
por Eduardo Ivorra
¿Cómo funciona el mundo? ¿Existe alguna metáfora que de significado a esta pregunta?. La vieja metáfora de la física clásica era “el mundo es como un reloj gigantesco”. Los físicos modernos hoy en día no poseen una sino varias imágenes tentativas que les permiten dar una explicación con sentido a los fenómenos que ocurren en el mundo de la física cuántica. Hoy sabemos que nuestro mundo no es determinístico como el funcionamiento del reloj donde causa-efecto se suceden en ese orden. Las diferentes realidades que aquí se mencionaran son diferentes modelos del mundo consistentes con la teoría cuántica. Vale aquí algunas aclaraciones acerca del significado de lo que es un modelo. Los físicos al estudiar el mundo cuántico en particular, no pueden hacer replicas de cartón o madera de aquellas cosas que están estudiando tales como un fotón, por lo tanto sus modelos son una combinación de ecuaciones matemáticas y discernimientos físicos, los que les permiten tener cierta imagen de lo que pasa en ese mundo cuántico. Algunos de esos modelos son representaciones muy precisas de los fenómenos en cuestión, descritos en términos de ecuaciones que pueden ser procesadas en una computadora para simular como un sistema o una entidad cuántica responderá a un determinado estímulo. Otros son mucho más vagos, menos precisos, en el sentido que solo intentan ayudar a la limitada imaginación humana a describir lo que está sucediendo. Una de los puntos más importantes que se debe apreciar acerca de los modelos, es que ninguno de ellos es “la verdad”. Por eso, a pesar de que un determinado modelo sea muy preciso en describir y explicar lo que está ocurriendo en un contexto; otro modelo, completamente diferente al anterior, puede ser igualmente preciso en describir el comportamiento de la misma entidad o sistema cuántico bajo diferentes circunstancias, es decir en otro contexto. ¿Cuál de los dos representa a la realidad? ¿Cuál es la verdad? Ambos modelos son igualmente válidos.
Un ejemplo clásico de esta situación es la dualidad de la luz onda-partícula. A veces la luz debe describirse como una onda porque así es como se comporta, y en otras ocasiones como una partícula. No significa esto que la luz es realmente una onda o una partícula, sino que es algo para lo cual no hay una analogía en el mundo cotidiano de nuestros sentidos; es algo que bajo ciertas circunstancias parece comportarse como una onda, y bajo ciertas otras circunstancias, parece comportarse como una partícula.
Otro ejemplo ocurre con el modelo del átomo. Históricamente la idea de átomo se desarrolló pensando primero a los mismos como pequeñas esferas indivisibles, luego se avanzó en la idea de un átomo compuesto por diferentes partículas. Usando el modelo de los átomos como “bolas de billar”, se pudieron hacer descripciones matemáticas muy precisas acerca del comportamiento de los gases, por ejemplo la relación entre presión y temperatura en un recipiente lleno de gas. Mas tarde cuando se desarrolló el modelo de átomo de Bohr con electrones considerados como pequeñas “ bolitas de billar” en órbita alrededor de un núcleo que es como una “bola de billar” más grande, este sirvió muy bien para poder explicar el origen de las líneas espectrales que producen los elementos. Mas adelante en el tiempo, la naturaleza de los enlaces o uniones químicas necesarios para formar diferentes compuestos, se pudo explicar utilizando el modelo de los electrones como “nubes” (distribución de probabilidades) alrededor del núcleo. A pesar de que hay una línea histórica en el desarrollo de los modelos, esto no significa que los últimos son correctos y los otros no. Los físicos aún hoy en día, utilizan el modelo de las “bolas de billar” para calcular la presión de los gases, y los químicos utilizan el modelo de Bohr para estudiar el espectro producido por diferentes elementos. Cada modelo es correcto en su propia área de aplicación, a pesar de que los diferentes modelos parecen ser incompatibles entre ellos.
Por eso la mejor manera de pensar a los diferentes modelos, que se presentan en la física (¿y en la vida cotidiana?), es considerarlos como diferentes herramientas para diferentes trabajos a realizar. Cuando utilizamos herramientas equivocadas, es imposible realizar el trabajo; de la misma forma si pretendemos explicar ciertos fenómenos con el modelo inapropiado, poco será lo que podamos explicar o bien las conclusiones serán erróneas.
Esta explicación es muy válida en términos de la física cuántica, porque en realidad todas las diferentes interpretaciones que dan lugar a diferentes realidades cuánticas, son modelos. Ninguno de ellos representa la verdad última acerca del mundo cuántico, y muy probablemente no hay manera de que el cerebro humano pueda alguna vez aprehender /comprender las verdades últimas del mundo cuántico. Todas las interpretaciones son simples ayudas para percibir lo que pasa realmente. Nadie sabe lo que el mundo cuántico realmente es, todo lo que podemos saber es como es.
Pero ¿qué quiero significar con todo esto? Como comentaba un autor, si vemos una película con huevos que están a punto de ser abiertos por el nuevo ser a nacer, nuestra imagen de la realidad nos hace esperar pollitos, si por el contrario surgen viboritas o cocodrilitos, experimentaremos la idea de que la realidad no es lo que imaginábamos de acuerdo a nuestras experiencias pasadas. Esto es lo que les ocurrió a los físicos cuando se encontraron con los fenómenos cuánticos. Este mundo en el cual vivimos no es lo que parece ser exteriormente. Ahora bien ¿cómo lo explicamos?.
Ya
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