Discurso día De La Bandera

DISCURSO: ACTO DÍA DE LA BANDERA

Autoridades directivas, señores docentes, auxiliares, alumnos, público presente

El concepto de Nación puede definirse como un conjunto de individuos que tienen un mismo origen y que se caracterizan por la comunidad de lengua, religión y, fundamentalmente, por una manifiesta similitud de sentimientos. Para que estos sentimientos puedan plasmarse, a su vez, en el de soberanía es imprescindible que en ese conjunto de hombres y mujeres, que conviven como una gran familia, se despierte el sentido de Patria. Para que ello suceda es necesario que padres, educadores y gobernantes, velemos por despertar en la juventud el amor y el respeto por las más nobles tradiciones.

Esto se hace aun más apremiante en nuestros días, ya que vivimos una época signada por el facilismo y el relativismo moral; una época en la cual todo suele juzgarse según la propia conveniencia y el bienestar personal, en desmedro de los valores que hacen al bienestar social y colectivo; una época, en fin, en la que el sacrificio por el bien común parecen no contar con la adhesión o la simpatía de la mayoría.

Precisamente en estos momentos es cuando debemos buscar puntos de referencia y actitudes a imitar, gestos nobles que nos impulsen a construir una sociedad cimentada en valores humanos. Las grandes obras de antepasados ilustres, los gloriosos acontecimientos históricos, las vicisitudes y obstáculos que debieron superar los héroes y próceres de nuestra nación, su obra en pos del engrandecimiento del país, constituyen, ciertamente, un claro ejemplo de donde extraer las motivaciones que nos empujen a la superación individual y a la construcción de un país mejor.

Nuestra amada patria, la República Argentina, posee extraordinarias personalidades que engalanan nuestra historia. Entre ellas, brilla con luz propia, la figura del General Manuel Belgrano, creador de nuestro máximo símbolo nacional: la bandera que es, ciertamente, un signo heroico, como el águila romana y la cruz del cristianismo. Símbolo de la justicia, de la libertad, del valor y de la sinceridad que, a veces, hoy nos faltan.

Por eso, en este sencillo acto queremos, no solo homenajear a nuestra bandera, sino recordar a su creador. Y recordarlo como un hombre cuyos valores lo impulsaron a observar los diversos y variados problemas de su patria, pero, además, a enfrenarlos, tanto con su pensamiento como con su accionar.

Para atender a las necesidades de un pueblo que pugnaba por la libertad, pero que presentaba múltiples carencias, Belgrano recorrió varios y difíciles caminos: fue abogado, vocal de la Primera Junta, militar destacado en la conducción del Ejército del Norte, hombre preocupado por la sociedad, la economía y, fundamentalmente, la educación. En ella, en efecto, Belgrano veía la clave para el afianzamiento de la incipiente nación. En suma, Manuel Belgrano fue un hombre

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