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Diversidad Cultural En El Aula


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2012  •  2.291 Palabras (10 Páginas)  •  697 Visitas

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Universidad Nacional del Comahue

Centro Universitario Regional Zona Atlántica (C.U.R.Z.A)

“Diversidad Cultural

en el aula”

Introducción

Este trabajo pretende dar una visión panorámica sobre algunos aspectos centrales de la interculturalidad en las escuelas. Es posible una integración de esos alumnos minoritarios al espacio del aula y la escuela y su cultura? Tiene relación con el fracaso escolar de ese niño culturalmente distinto?

Desarrollo

Hoy, en día para los antropólogos sociales que se ocupan de la problemática educativa en nuestra sociedad y observan que esto no es nada fácil en Cuestiones como agresiones, la violencia, el desborde, la crisis del rol del docente, el deterioro de las familias son temas cuestionables y dignos de ser analizados, partes de la vida cotidiana.

Podemos observar como en los últimos tiempos las villas, las tomas de terrenos se han extendido y con ella la pobreza. Esto podemos relacionarlos con tiempos que distinguen la vieja migración de nuestros abuelos, asociadas a épocas de crecimiento , de la nueva migración , del interior y de otros países latinoamericanos vinculado a la disgregación y la crisis, registran la generalización del trabajo infantil en sus distintas formas, aunque como un hecho aun no naturalizado.

La Argentina no es ajena al fantasma del racismo que ha renacido en los últimos tiempos en los países centrales del planeta. Si bien la mayoría de nosotros muy rara vez nos asumiremos como racistas: “Argentina, crisol de razas”, la presencia de migrantes de países limítrofes y no limítrofes, nos proyecta una imagen de nosotros mismos que no queremos reconocer y que ponemos en los otros. “racistas son los otros”, pero qué pasa cuando silenciamos, como hace algunos años, la expulsión de los bolivianos por ser los “causantes y portadores” del cólera o los “propagadores de esta enfermedad en nuestro país”, debido a su entrada “indiscriminada” por nuestras fronteras y porque además son “sucios” ya que en su “patrón cultural no existe el aseo”. Es necesario destacar que el recrudecimiento de las prácticas discriminatorias se está produciendo dentro del marco de una profunda crisis económica. El nuevo modelo de Estado y sus derivaciones políticas de privatizaciones, individualismo y competencia fomenta la construcción de sociedades dualizadas. Reaparece el darwinismo social con su lógica de “sálvese el mejor”: en el mercado hay ganadores y perdedores, son las “capacidades personales naturales” las que aseguran el éxito en la “libre competencia”. Sumado a esto, la presencia más visible de colectivos migrantes está produciendo un aumento de la xenofobia, la alterofobia y la discriminación. Aunque hay quienes puedan afirmar que la escuela no reproduce de forma mecánica los procesos de discriminación y desigualdad, es indiscutible que ésta sí enmascara y neutraliza estos mismos procesos en la conformación de una normalidad integradora.

La inclusión en una identidad determinada implica la construcción de un “yo” que se identifica con un “nosotros”, que necesariamente se contrasta con algún “otro”.Si el otro aparece como algo muy remoto, se lo considera benigno; en el polo opuesto, el otro puede ser muy cercano y relacionado con nosotros mismos. Pero entre estos dos polos se encuentra otra categoría, es aquel otro que estando próximo es incierto, generando un nuevo sentimiento de amenaza, de inseguridad, ansiedad y miedo.

Al construirse la relación nosotros-otros como una relación entre opuestos irreconciliables, se está negando que “otros somos todos”. Es imposible la existencia de un nosotros sin la presencia de “otros” que interpelen nuestra propia alteridad. El problema estriba en que mientras esos “otros” sigan siendo producidos como una amenaza que atenta contra el orden de las instituciones, como los culpables de las situaciones de crisis, de la violencia, del desempleo, estamos negando y ocultando la responsabilidad del estado, de las instituciones y de nosotros mismos en este proceso.

Es esencial no perder de vista además que, en la relación nosotros-otros, la construcción de la alterización se realiza a través de procesos históricos, dinámicos y complejos que se apoyan por un lado, en la elaboración de marcos teóricos conceptuales y por otro, en la carga de significados, interpretaciones y significaciones que los actores sociales le atribuyen a esas diferencias.

Precisamente el auge de la teoría del “relativismo cultural y del “respeto por las culturas”, produjo que los docentes tejan toda una serie de hipótesis acerca del comportamiento de los “otros”, tratando de explicar sus costumbres como “propios” de la cultura. En este sentido, la diferencia es construida desde un concepto de cultura esencialista, estática y homogeneizante, que no percibe las contradicciones al interior de los grupos culturales, transformándolos por tanto en a históricos. El concepto que se ha utilizado en los últimos años para dar cuenta de una realidad que implica el reconocimiento de que en un mismo territorio pueden existir diferentes culturas, es el de “Multiculturalismo”. Entendemos entonces, por espacios escolares “multiculturales”, a la intersección de las múltiples variables que abrevan en las escuelas, como ser, el barrio en el que está inserta, la situación social, la cultura, la nacionalidad, etc. De los sujetos que en ella encontramos, pero sin olvidar que estos espacios se constituyen y cobran significatividad en tanto son en contextos históricos determinados y en determinadas relaciones de poder. De este modo, para entender los modelos educativos que intentan “recuperar” la diversidad cultural, se necesita parir de un “multiculturalismo crítico”, que de cuenta de las relaciones de poder, que historice y cuestione las formas concretas en que se manifiestan las desigualdades sociales. Este multiculturalismo debe contener una “agenda de transformación política. Las actuales políticas culturales y educativas han naturalizado y ocultado bajo la “ideología” del respeto y la tolerancia las relaciones asimétricas que se establecen entre la diferencia / diversidad.

La escuela es concebida desde la perspectiva humanista-liberal, como el lugar de “encuentro” de la diversidad cultural, pero esta perspectiva silencia, que bajo el telón de fondo de una supuesta “igualdad y armonía” ese “encuentro” está signado por la supremacía de un nosotros, blanco y occidental por sobre una alteridad históricamente

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