ECOSISTEMAS MARINOS

Los mares ocupan más del 70 por ciento de la superficie del planeta. Se piensa que entre un 50 y un 80 por ciento de la vida terrestre habita bajo las aguas que bañan los océanos.

Según el Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible Colombia es una de las doce naciones con mayor biodiversidad marina en el mundo, posee alrededor de 3.000 km de litorales que bañan sus océanos Pacifico y Atlántico, los cuales presentan las condiciones ideales para proveer multiplicidad de ecosistemas marinos formados por playones, océanos, mares, marismas, ciénagas, humedales, manglares, playas, acantilados, arrecifes de coral, praderas de pastos marinos, litorales rocosos, fondos areno fangosos y arenosos. Ecosistemas en los cuales se involucran componentes bióticos y abióticos que necesariamente se complementan con las características topográficas, la dinámica del mar, la flora y la fauna de sistemas terrestres aledaños.

Los arrecifes de coral son uno de los ecosistemas más bellos del planeta en el cual se puede gozar de una incalculable variedad de colores y formas de vida. Los corales y esponjas de profundidad son unos de los animales más antiguos, son esenciales para la salud de los océanos porque propician la sostenibilidad a largo plazo de especies de peces comerciales y además pueden formar arrecifes y jardines básicos para muchas especies oceánicas ofreciendo protección contra los depredadores y corrientes fuertes, igualmente son fuente de alimentación y reproducción para una infinidad de criaturas marinas.

En Colombia se evidencian acelerados procesos de pérdida de especies y de degradación ecosistémica por causas naturales y antropogénicas las cuales deben ser mitigadas, destacándose el desarrollo incontrolado de muchas actividades económicas, el comportamiento colectivo de los seres humanos, el aprovechamiento no planificado de los recursos naturales, el cambio en el uso del suelo, la sobreexplotación, prácticas de pesca ilegales, contaminación o presencia de sustancias tóxicas, especies exóticas invasoras, alteración de los cambios climáticos, la dinámica de los mismos ecosistemas y la erosión, modificando la capacidad de adaptación de los ecosistemas ocasionando destrucción de hábitats como arrecifes coralinos y manglares, además del agotamiento de los recursos, provocando reducción de la pesca y mortalidad masiva en las especies. En el Corredor Marino del Pacifico se interconectan diferentes islas con múltiples corrientes marinas, esto ocasiona la dispersión de corales, crustáceos, equinodermos, moluscos y peces, afectando las migraciones, movimientos y distribución de muchas especies de importancia regional y global, tales como: atunes, tiburones, tortugas marinas, ballenas y aves marinas. Otro de los factores que debe ser contrarrestado es el oleaje, el cual puede reducirse considerablemente a través de la siembra de vegetación propia

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