EL DESARROLLO EMOCIONAL DE LOS NIÑOS
Enviado por mar09 • 29 de Diciembre de 2012 • 2.858 Palabras (12 Páginas) • 442 Visitas
EL DESARROLLO EMOCIONAL DE LOS NIÑOS
INTRODUCION
Antes de comenzar a enfocarnos, principalmente, al desarrollo emocional y moral del niño, es conveniente sacar a la luz algunos argumentos, que el estudio del desarrollo del niño puede definirse como la rama del conocimiento que se ocupa de la naturaleza y la regulación de los cambios estructurales, funcionales y conductuales significativos que se manifiestan en los niños durante su crecimiento y maduración. Sin embargo, el hecho de que esta disciplina se ocupe de las características infantiles no constituye la razón esencial por la cual se la incluye dentro de las ciencias evolutivas. Después de todo, la niñez constituye sólo una fracción del ciclo vital total del ser humano, que está en constante desarrollo. Por consiguiente, los científicos dedicados a investigar este período en particular no son, por fuerza, especialistas en desarrollo infantil; puede tratarse simplemente de anatomistas, fisiólogos, patólogos, psicólogos, médicos o antropólogos que se ocupan en forma exclusiva de los niños.
En consecuencia, el concepto de desarrollo presupone que existe un cierto grado de continuidad legítima entre las etapas sucesivas de un proceso de crecimiento y que las propiedades de las fases previas determinan en parte, la forma y la sustancia de las fases siguientes.
Para estudiar el desarrollo infantil, existe varias razones (Según David Ausubel y Edmund Sullivan):
* Se considera que la comprensión de la naturaleza y la regulación de los procesos evolutivos de los niños, basada en una interpretación crítica de los datos empíricos, es un fin importante en sí mismo independientemente de su aplicabilidad a problemas prácticos. Para la mayoría de las personas este conocimiento tiene tanto interés como el que cabe a otras ciencias evolutivas tales como la embriología y la evolución biológica, que por lo general se estudian sin tomar en cuenta su utilidad inmediata en la vida cotidiana.
* Siempre que se tomen ciertas precauciones, las generalizaciones en el campo del desarrollo infantil se pueden aplicar para comprender y predecir el desarrollo de un niño en particular.
* Los hallazgos normativos en este campo posibilitan evaluar la conducta actual del individuo en función de los estándares de maduración y de las tareas y problemas evolutivos distintos de su nivel de edad.
* En virtud de las dos razones anteriores y debido a que proporciona una orientación teórica general para los profesionales e investigadores de los campos aplicados afines, se puede considerar que el estudio del desarrollo infantil es una de las ciencias básicas para ciertas disciplinas como la conducción del niño, la psiquiatría infantil, la pediatría y la educación. Es de suponer que el estudio cabal de la literatura científica sobre el desarrollo infantil, o cualquiera de su índole, fomentará una actitud cautelosa y crítica hacia las "modas" transitorias en materia de crianza del niño y promoverá la búsqueda de procedimientos correctos y racionales para manejar los problemas prácticos.-
Muchas personas utilizan los términos de "crecimiento" y "desarrollo", como sinónimos. En realidad son diferentes, aunque inseparables. Ninguno de ellos toma el lugar del otro. El crecimiento se refiere a cambios cuantitativos; aumentos de estatura y estructura. No sólo se hace mayor el niño en el aspecto físico (Desarrollo Fisiológico) sino que aumentan también el tamaño y estructura de los órganos internos y el cerebro. En cambio el desarrollo se refiere a cambios cualitativos y cuantitativos. Se puede definir como una serie progresiva de cambios ordenados y coherentes. "Progresivo" significa que los cambios son direccionales y que avanzan, en lugar de retroceder. "Ordenados" y "coherentes" sugieren que hay una relación definida entre los cambios que tienen lugar y los que los precedieron o los seguirán.
* ¿Qué actitudes toman los niños hacia sus cambios?
A medida que progresa la edad adulta, muchos hombres y mujeres les temen a los cambios, ya sea que se trate de la pérdida de la visión o la acumulación de grasa en la edad madura, que le anuncia al mundo que están envejeciendo, o bien, las responsabilidades adicionales que lleva aparejadas la edad. Por el contrario, los niños tienden a recibir con "beneficios" todos los cambios, porque los acercan más a los privilegios y la libertad que asocian a la "edad adulta".
Los estudios sobre la "felicidad" revelan también que las actitudes de los niños hacia el cambio son, en su mayor parte, favorables. Los informes retrospectivos en los que los adultos miran hacia atrás y tratan de recordar lo que sentían sobre sus propias vidas a diferentes edades, han revelado que sus recuerdos más sobresalientes se relacionaban con sus primeras experiencias nuevas, cada una de las cuales era un símbolo del progreso hacia la madurez (Madurez Escolar) .
El hecho de si las actitudes individuales de los niños hacia el cambio son en general favorables o desfavorables depende de muchos factores.
1. La conciencia que tienen los niños de los cambios. A medida que los bebés se va haciendo más autónomos, comienzan a resentir que se les atienda.
2. El modo en que los cambios afectan su conducta. Si los cambios les permiten a los niños ser más independientes de la ayuda de los adultos o les da mayor fuerza y velocidad, con el fin de que puedan tomar parte en las actividades de juegos que asocian con otros niños, recibirán los cambios con favoritismo (beneficios).
3. Las actitudes sociales hacia los cambios afectan a los niños al igual que los adultos. Por ejemplo, la mayoría de los padres animan a sus hijos a "crecer" lo más pronto posible.
4. Las actividades sociales se ven afectadas, al menos hasta cierto punto, por el modo en que influye el cambio en el aspecto del niño. A medida que un niño cariñoso se convierte en preadolescentes desgarbado y que se le caen los dientes, lo que le da a su rostro un aspecto cómico, si no de fealdad, el niño puede resultar menos atractivo para los adultos.
5. Las actitudes culturales afectan al modo en que las personas tratan a los niños, como resultado de los cambios en su aspecto y su conducta. En su mayor parte, las actitudes son más favorables hacia los bebés y los niños pequeños que hacia los mayores.
A continuación, para facilitar la comprensión de lo que se está señalando y de lo que se mostrará más adelante, presento este cuadro en donde se muestran los efectos de las relaciones recíprocas entre la maduración y el aprendizaje, comenzando
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