EL ESTADO NACION EN EL CONTEXTO DEL DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO Y LA GLOBALIZACION
Enviado por DeyaniraChavez • 23 de Octubre de 2013 • 3.216 Palabras (13 Páginas) • 537 Visitas
1. EL ESTADO COMO SUJETO DE DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO.
El Estado tiene la personalidad jurídica internacional natural y originaria
El sujeto propiamente dicho del orden jurídico internacional es el Estado, definido en la Convención Panamericana de Montevideo en 1933, por cuatro elementos:
1. Población;
2. Territorio determinado;
3. Gobierno, y
4. Capacidad de entrar en relación con otros Estados.
Teniendo dichos elementos se constituye un Estado aunque no sea reconocido por la comunidad internacional.
2. EL ESTADO NACION EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACION NEOLIBERAL.
El Estado Nacional y la Soberanía, se hermanaron para garantizar un espacio para la conformación del sistema capitalista que siempre ha sido mundial, pero que durante esta fase se fue consolidando en el marco de fronteras nacionales. Uno de los caminos que tomó la evolución de la soberanía fue como instrumento para la creación de un coto privado, fuente de conflictos, de guerras, anexiones, expansiones en función de la competencia entre sectores capitalistas.
En el momento en que se va extendiendo la globalización neoliberal, las fronteras nacionales se van haciendo peligrosas y convirtiéndose en obstáculo para el movimiento de los capitales y las mercancías. El libre movimiento de los capitales y las mercancías es esencial para el capital transnacional. Libertad que no se extiende a las personas. Por el contrario, mientras más se profundiza la globalización neoliberal, más restricciones surgen para el movimiento de las personas. Incluso, va resurgiendo con fuerza la esclavitud como parte del proceso de organización del trabajo.
La globalización neoliberal va conformándose, entre otros procesos, como parte de transformaciones fundamentales del aparato productivo.
Se van estructurando circuitos productivos internacionales que van pasando por encima de las fronteras nacionales y amenazan con desarticular como de hecho lo están haciendo, a muchos países. Se van anulando los vínculos económicos internacionales y en estricto sentido, el comercio internacional en su forma tradicional de importaciones e importaciones va perdiendo importancia, pese a que como las fronteras nacionales no han desaparecido, los movimientos de mercancías se siguen midiendo en términos de importaciones y exportaciones entre países.
2.1. LA PÉRDIDA DE LA SOBERANIA Y EL REINADO DE LAS TRANSNACIONALES.
Las grandes corporaciones internacionales centralizan la producción y van generando a través del mundo los distintos componentes de un producto final, en función de minimizar costos de producción. En consecuencia, circulan en el mundo productos en proceso que son transferidos de una empresa a otra hasta la elaboración final en un determinado país. Pero esas empresas no son más que filiales de grandes corporaciones. En consecuencia, no son transacciones entre compradores y vendedores con intereses diferenciados, sino operaciones dentro de una gran cadena productiva con precios administrados por la gran corporación según las conveniencias del proceso de maximización de ganancias. Esa es la gran mano visible que va influyendo sobre el movimiento de los precios.
Dadas esas circunstancias, las acciones independientes de los Estados nacionales en materia de estrategias económicas, son absolutamente inconvenientes. La tendencia es a que los Estados pierdan capacidad para elaborar políticas propias. Por el contrario deben atenerse a los dogmas del Fondo Monetario Internacional como centro que administra políticas en nombre del Capital, violando la soberanía de los Estados.
El Fondo Monetario Internacional ha ido usurpando atribuciones de los Estados soberanos y elaborando políticas fiscales, monetarias y financieras, políticas sociales (incluidas las políticas salariales) y políticas ambientales.
En ese contexto, las fronteras nacionales son un problema y mucho más lo son los Estados que luchan por su independencia y levantan esto como propuesta ante el mundo, como lo ha hecho y lo hace el Estado venezolano liderado por el Presidente Chávez.
La situación evoluciona hacia la transnacionalización de todas las relaciones entre las naciones, entre los seres humanos y entre estos y la naturaleza. Especialmente se trasnacionalizan y se tratan de uniformizar los valores, que se van asociando a los valores del mercado, generando un proceso que trata de aplastar los valores solidarios, los valores que propician el encuentro, el compartir.
La OTAN se trasnacionaliza y se convierte en el brazo armado de la globalización neoliberal; la ONU pierde importancia, especialmente la Asamblea General y sus atribuciones tienden a ser trasladadas al Consejo de Seguridad; todos los asuntos mundiales, en última instancia, se convierten en problemas de seguridad.
La paz no es el resultado de la justicia, la igualdad, la solidaridad y el respeto a los derechos de la naturaleza, sino del fortalecimiento de las operaciones militares de mantenimiento de la paz. Es la diplomacia de los cañones. Por eso del presupuesto de la ONU la mayor parte se destina al financiamiento de operaciones militares de mantenimiento de la paz y sólo una suma menor se dedica al desarrollo, es decir, a satisfacer necesidades de los pobres y los países subdesarrollados. El problema de la paz deja de asociarse a la construcción de un mundo caracterizado por la justicia, la igualdad y la libertad. Por el contrario, paz y seguridad se convierten en sinónimos. La paz entonces se construye mediante el uso de la fuerza para garantizarnos seguridad. El objetivo en los conflictos es lograr la victoria, no la paz. La victoria que garantiza seguridad y cultiva la venganza. Una seguridad insegura, pues los derrotados de ayer siempre podrán volver a levantarse para vengarse, buscando la seguridad perdida.
Ante la profundización de la globalización neoliberal, los ideólogos del neoliberalismo comenzaron a sostener que la soberanía era un concepto pasado de moda. El mundo académico en todas partes y por supuesto en las Universidades venezolanas, se fue llenando de “teóricos”, plenos de pedantería y genuflexión, que con fuerte apoyo mediático, comenzaron a escribir contra la soberanía y las fronteras nacionales. Hábilmente trataron de disfrazar su discurso como algo novedoso y calificar con apoyo transnacional, a los defensores de la soberanía, de las identidades regionales y nacionales, de los valores solidarios, etc. como “dinosaurios”, como anticuados.
Simultáneamente los medios de propaganda, las escuelas y centros educativos en general, los ejércitos, policías y organismos de seguridad e inteligencia, algunas iglesias, la llamada industria cultural, movimientos y grupos de opinión, las diversas modas,
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