EL LENGUAJE

PENSAR

Escuchar es una tarea complicada en este mundo, donde las personas desarrollan tantos ruidos externos e internos, los cuales conllevan a un deterioro desmesurado en el arte de la comunicación.

Según estudios recientes, es mayor el tiempo que pasamos escuchando, que hablando, y para explicarlo mejor, los investigadores indican que del tiempo total que dedicamos a la comunicación, 22% se emplea en leer y escribir, 23% en hablar y el 55% restante, en escuchar. Lo anterior no quiere decir que estemos más dispuestos a escuchar que a hablar, sino que vivimos más expuestos a estar recibiendo información que a transmitirla.

Desde temprana edad los seres humanos aprendemos de todo cuanto se nos trasmita a través de palabras y ejemplos. Se dice que los bebes desde los 6 meses en el vientre de su madre ya están abiertos a la escucha, por lo tanto también al aprendizaje. Cuando comienzan a dar sus primeros pasos, se promueven como descubridores de nuevas cosas; Las madres indican y dan instrucciones de qué tipo de acciones deben emprender, el menor escucha con facilidad, ya que los ruidos internos, los cuales interfieren vigorosamente en el proceso de escucha, no afectan en gran medida el aprendizaje, lo que hace de este un proceso de aprendizaje más eficiente.

Toda nuestra vida es un contacto inmensurable con el lenguaje, la comunicación, la trasmisión y recepción de mensajes, cuanto más el ser humano aprenda a escuchar y entender el lenguaje externo de los formadores la asimilación será mucho mayor, de igual forma, entre más preciso, llevadero, motivante, lógico, secuencial sea el lenguaje trasmitido por el formador, más eficiente y eficaz la labor de la enseñanza.

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