EL SISTEMA MUNDO DE WALLERSTEIN
Enviado por luazulada • 12 de Octubre de 2012 • 1.251 Palabras (6 Páginas) • 1.803 Visitas
Lucía Vázquez
EL SISTEMA MUNDO DE WALLERSTEIN
El sistema-mundo actual que define Wallerstein basa su razón de ser en una ideología económico-capitalista que se ha expandido por el globo sin encontrar obstáculos políticos- sobre todo a partir de la caída del muro de Berlín- y superando por tanto la antigua organización basada en el Estado. De este modo se va conformando un sistema de relaciones internacionales basado en lógicas de centro-periferia en la que cada grupo busca remoldar el sistema para su ventaja sin que exista un equilibrio de fuerzas real. Esta geocultura- liberal y centralista- defiende una idea de progreso constante ligado a la industrialización que se pone en duda ante la naturaleza polarizadora del sistema y la falta de competencia real en el capitalismo.
El análisis del sociólogo neoyorkino se diferencia de teorías cercanas, como la de la dependencia, en que otorga demasiada importancia a la dimensión global, descuidando las dinámicas regionales (Aguirre, 2003: 42) , desechando incluso la idea de que los países de la periferia deban incorporarse al modelo capitalista eurocéntrico a través de la industrialización, puesto que en última instancia no conduce al progreso. Según Wallerstein, el concepto de libertad individual que conforma el marco cognitivo del liberalismo económico (Lakoff), resulta más que cuestionable si consideramos las ataduras (políticas de no inmigración, proteccionismo mercantil, etc.) que afectan a muchos de los ciudadanos del sistema mundo, llegando a cuestionar la efectividad misma de la democracia en su entrevista.
Asimismo, los diversos estados que integran el sistema mundo, a pesar de ser jurídicamente independientes, quedan vinculados por un sistema global en el que las (desiguales) relaciones son cada vez más sutiles y difíciles de detectar debido a la lógica opaca de la economía de mercado y de la deslocalización de la producción, por lo que no tendría sentido distinguir entre países de primera y segunda línea. No se trata de luchar contra la globalización, sino de crear un nuevo tipo de organización mundial alternativa; más igualitaria, y menos basada en la lógica del beneficio y en la imposición de valores culturales eurocéntricos, más basada en la idea de gobernanza (ligada a la revolución 2.0) que en la idea de gobierno, y de hacerlo sin caer en la condescendencia. Otro de los grandes obstáculos a los que se enfrentan quiénes luchan contra la forma actual del sistema-mundo es la casi total imposibilidad de aunar todas las protestas y exigencias en un solo movimiento desjerarquizado, eficiente y global; es en el Foro Social Mundial dónde Wallerstein deposita todas sus esperanzas al respecto.
Wallerstein caracteriza la coyuntura actual como una (caótica) transición de una forma de organización social a otra; la crisis del Estado del bienestar, la creciente desconfianza hacia mercados e instituciones económicas como el FMI o los bancos, o los crecientes movimientos anti-sistema de la sociedad civil (el 15-M) dan muestra de la fragilidad del sistema-mundo capitalista, que está dejando de ser rentable incluso para sus defensores. Se deja así abierta la puerta a un sistema alternativo, que a decir del autor, debería integrar las esferas económicas y políticas equilibrando la distribución del poder en los grupos sociales. ¿Existe la posibilidad de llegar a una alterglobalización en la que se pueda reintegrar la economía en sociedades más justas? A decir de Wallerstein, esta alternativa ha de ser necesariamente global, incluyendo las demandas del mal llamado “cuarto mundo”, y causas más minoritarias como la feminista, la ecologista o la indígena, pero haciéndolo de manera que pueda erigirse en verdadero contrapoder frente a las multinacionales, sin que se queden en movimientos locales (a pesar de que en ocasiones la micro-revolución se impone, ha de existir un eje articulador), de escaso impacto a nivel internacional.
Ése es precisamente el objetivo del Foro Social Mundial, con su consigna “Otro mundo (y otra economía) es posible”, porque ha quedado patente- tal y como preveían Marx y Polanyi - que es imposible
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