ENSAYO ACERCA DE LA VOCACIÓN

ENSAYO ACERCA DE LA VOCACIÓN

CAMILO BOTERO TORO

ANDREA LISSETH ROJAS

LUZ ESTELA SIERRA

LEIDY JOHANA TOLOSA

UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIA

FACULTAD DE DERECHO

PROGRAMA DE DERECHO

BOGOTÁ

2016

ENSAYO ACERCA DE LA VOCACIÓN

CAMILO BOTERO TORO

ANDREA LISSETH ROJAS

LUZ ESTELA SIERRA

LEIDY JOHANA TOLOSA

DOCENTE: MARIA CISTINA MAHECHA

ASIGNATURA: GRACNOLOMBIANIDAD

UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIA

FACULTAD DE DERECHO

PROGRAMA DE DERECHO

BOGOTÁ

2016

ENSAYO ACERCA DE LA VOCACIÓN

Etimológicamente, el término vocación se deriva del latín vocatio-onis, que significa “acción de llamar”, por lo que a simple vista, parece referirse solamente a una decisión relacionada con la elección de la profesión a la que cada persona se quiere dedicar y para la cual tiene desarrollada ciertas habilidades. Sin embargo, la vocación guarda una estrecha relación con otros aspectos como los anhelos, los sueños, las motivaciones, los ideales y los intereses. Es decir, todo lo que inspira al ser humano. Todos los términos anteriores, se entrelazan entre sí desencadenando un fin determinado “la plenitud y la felicidad”. No obstante, para lograr lo anterior, es necesario que cada persona se conozca a sí misma.

En el sentido justo de las cosas, todos alguna vez hemos ignorado el rumbo que da esta palabra a nuestro diario vivir y el concepto que nos puede representar a lo largo de nuestras vidas para la toma de decisiones. Esto significa un amplio orden de sucesos y orientación para las mismas, dentro de un contexto de honra y función social enmarcado en el entorno que nos rodea y en el cual nos desenvolvemos.

Para lo anterior, se requiere poseer un desempeño y un orden sobre las actividades realizadas, lo que corresponde a un precepto que se enlaza a nuestros intereses, ya sean acciones temporales o fijas que dan sentido a lo que se escoge para nuestra vida, lo que equivale al verdadero contexto significativo de la vocación.

A esto se añade la importancia del lenguaje por el que nos comunicamos todos,  aquel lenguaje social y que en efecto de éste se pueda obtener la atención de observar aquello que nos rodea, y que a la vez será un  referente para no perder de vista lo que determine cierta curiosidad y que va hacia nuestros intereses en pro de un beneficio.

Para Aristóteles, la vocación es el punto donde se entrelazan los talentos de una persona y las necesidades del mundo. El talento como aptitud, es la capacidad para desempeñar o ejercer una actividad. Por su parte, las necesidades del mundo se refieren a aquellos objetos y servicios que las personas necesitan para vivir.

En este sentido, a través de la vocación se pueda satisfacer necesidades no solo personales sino de otras personas.

Según Gerardo González, la vocación es un proceso de la personalidad que se va conformando a partir de las motivaciones, e intereses que genera la constante práctica social; y que de manera cultural y afectiva, en un momento dado, conforme a la experiencia o a la información del medio, impulsa a la persona a desarrollar una especialización productiva (González, G. 2006).

Por su parte, la vocación profesional se define como “el deseo de emprender una carrera, profesión o cualquier otra actividad cuando todavía no se han adquirido todas las aptitudes o conocimientos necesarios”. Para Ezequiel Bramajo^[1], la vocación profesional es un proceso complejo que atraviesa el arco de los distintos momentos que van desde la incertidumbre absoluta hasta la convicción, y el cual requiere realizar un ejercicio activo de observación al interior de cada persona para distinguir gustos, advertir inclinaciones, descubrir deseos, percibir movimientos, detectar habilidades, en definitiva reconocernos en todo aquello que despierta apasionadamente nuestro interés.

A partir de lo expuesto, podemos entender que la vocación da un sentido verdadero a nuestra personalidad, toda vez que se trata de un interés común e individual y que al exteriorizarse, influye para que nos cuestionemos si es suficiente con lo que así quisimos que fuera o si por el contrario, esto nos puede traer más complicaciones que tranquilidad o la realización hacia lo que nosotros queremos estar inmersos, al tomar decisiones importantes en nuestro diario vivir y para el tan anhelado proyecto de vida. Para Jorge Duque Linares, el proyecto de vida es tener la posibilidad de realizar su propio destino con amor, entusiasmo, optimismo y alegría, valorando cada minuto de su existencia. Esta definición se relaciona estrechamente con lo mencionado en cuanto al término de vocación, por lo que podemos considerar que ambos van de la mano.

Puede ser que interiormente y tomando conciencia, se observen temas tan trascendentales que se puedan convertir en problemas influyentes en la elección, la selección y la orientación que logremos dar a nuestro interés personal, por ende a nuestra vocación. De aquí se deriva la inquietud acerca de la mejor manera para decidir y que dicha decisión se ajuste a nuestra razón, lo que se considera clave para nuestra vida.

En distintas circunstancias, nos hemos sentido llamados a realizar algo en nuestras vidas, pero en nuestro mundo y en lo que realizamos a diario, recibimos cosas que pueden ser anticipadas a nuestros hechos y objetivos fijados, lo que puede retrasar o cambiar el sentido verdadero de lo planeado a ejecutar, esto puede simbolizar objeciones a nuestros proyectos, renovando y a la vez reanudando todo lo que ya habíamos planeado.

Lo mencionado nos lleva a pensar que es necesario revisar nuestro interior para analizar los sucesos, que por pequeños que sean, y a pesar de los distintos medios y fines por los cuales hayan llegado a nuestra vida, van a requerir de un análisis y una adaptación consciente que permita dar un significado como un objetivo encausado hacia nuestra vocación.

Esto se percibe como factores que nos inclinan a tomar todo lo que se nos dé según las circunstancias, de manera interrumpida reaccionando a tomar verdaderas iniciativas, asociadas con un punto de partida y un punto de llegada y que naturalmente nos motivan a obtener esperanza de vida hacia nuestro mundo exterior, despertándonos la verdadera vocación.

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