“ENSEÑAR EN LA DIVERSIDAD”
Enviado por Claudia Japi • 6 de Mayo de 2021 • Síntesis • 1.761 Palabras (8 Páginas) • 1.647 Visitas
“ENSEÑAR EN LA DIVERSIDAD”.
DELIA LERNER
1. "NOSOTROS Y LOS OTROS".
“A cualquiera de nosotros le puede tocar ser “otro” en ciertas circunstancias sociales. Ser “otro” implica ser diferente en algún sentido (o, simplemente, hacer algo diferente). Y toda diferencia puede ser considerada como déficit, depende de quién tenga el poder y de cómo lo use (consciente o inconscientemente). En la relación docente-alumno, esta cuestión es crucial.”
En la primera parte de la lectura nos relata la historia de Doménico un niño mexicano, de alguna manera considerado de los “otros”, es decir diferente a los demás venezolanos de su clase. Con esto la lectura nos quiere enseñar como muchas veces en un aula de clases están catalogados los alumnos según sus capacidades intelectuales y pueden llegar a ser considerados como los “otros”, en un grupo de “nosotros”, por lo que nosotros como futuros docentes y siendo de alguna manera la mayor “autoridad” debemos debemos generar una ambiente en donde todos seamos “nosotros”, tanto maestro, como alumnos, considerando siempre las capacidades de nuestros alumnos, entendiendo y poniéndonos en el lugar de los niños, sabiendo que no todos aprenden de la misma manera, ni al mismo ritmo. Como docentes nuestro papel es tener un ambiente en donde todos se sientan como “alumnos” e inclusive el docente, quien todos los días en compañía de los niños va aprender junto a su grupo y por supuesto de ellos también.
2. EL AULA: UN CONJUNTO DE PERSONAS DIFERENTES
“Si hay algo semejante en todas las aulas, es precisamente que en to das reinan las diferencias. El sector social de origen no determina mecánicamente las posibilidades de aprendizaje de los chicos. Encontramos diversidad en to dos los sectores sociales.”
Sin duda la lectura nos hace reflexionar y pensar sobre como el sector social no determina el nivel de conocimiento de los niños, sin embargo como en todos existen diferencias, pues en un aula del sector bajo pueden prevalecer la falta de conocimientos sobre lectura y escritura, o de igual manera pueden sobresalir los alumnos con un alto conocimiento en estas prácticas; Lo mismo sucede en las escuelas de un estatus “alto”, donde se tienen todos los medios, tanto puede prevalecer los buenos aprendizajes como también puede existir un déficit en los alumnos.
Cada uno de nuestros alumnos pertenece a una familia que ocupa una cierta posición social, pero esta posición social no determina mecánicamente ni las circunstancias específicas vividas por cada familia ni la forma en que cada sujeto interpreta esas circunstancias, pues cada niño va aprender según su circunstancia, como el caso de Rosa María, quien aprendió a leer y escribir con las revistas de peluquería de su madre, así como ella, cada alumno aprenderá según sus circunstancias y tendrá una concepción sobre estas prácticas sociales diferentes. Sin duda está claro que los niños de los lugares más marginados no tienen un contacto con lectores y escritores pero eso no es un determinante sobre las capacidades que pueden adquirir.
Bernard Charlot señala: “Evidentemente, hay una posición social objetiva, pero también hay una posición subjetiva”
La posición subjetiva es la que adopto interpretando la posición objetiva. La lectura nos explica lo anterior con el ejemplo del hijo del inmigrante, pues su posición social objetiva es esa, ser el hijo de una inmigrante analfabeta y las interpretaciones que se le den a esta posición determina la posición social subjetiva, pues puede sentirse orgullo de serlo o sentir vergüenza por la situación, esto implica todo un trabajo de interpretación, de producción y de transformación del sentido
Es fundamental que la escuela permita a los alumnos comprender que la vida es diferente “del lado de afuera”, en otras clases sociales y en otros lugares, que fue diferente en el pasa do y que puede ser diferente en el futuro. Le corresponde a la escuela abrir a los jóvenes las ventanas del espacio y del tiempo. Es sin duda un gran desafío para la escuela, aceptar que la diversidad en el aula es la regla y no la excepción, reconocer la singularidad de los sujetos en el interior de cada grupo social o cultural, es importante reconocer que cada uno de nuestros niños vienen de contextos diferentes, donde aprender diferentes cuestiones y con concepciones o propósitos diferentes.
Emilia Ferreiro añade: “La escuela pública, gratuita y obligatoria del siglo XX es heredera de la del siglo anterior, encargada de misiones históricas de suma importancia: crear un solo pueblo, una sola nación, liquidando las diferencias entre los ciudadanos, considerados como iguales ante la ley”.
En nuestras manos como futuros docentes está el reconocer la diversidad en nuestras aulas, aprender de todos y para todos, es decir ser un “nosotros”, reconociendo las capacidades, la cultura y la proveniencia de cada uno de nuestros niños.
3. CONDICIONES DIDÁCTICAS
3.1. Compartir el poder lingüístico.
La lectura nos trata de explicar cómo la enseñanza de las lenguas maternas y en ese caso del francés no fue un impedimento para los niños de preescolar, al contrario se generó un ambiente más participativos, alegre y exitoso, en donde todos los miembros de la escuela como padres, alumnos, docentes se sentían en un ambiente de “nosotros” y no excluidos como los “otros”.
Nos hacer reflexionar sobre la importancia de compartir el poder lingüístico, que nuestro caso tenemos la lenguas indígenas, a pesar que no es común observarlas en las zonas urbanas, es importante no dejarlas atrás y por supuesto introducir a nuestros pequeños al conocimiento de la lengua maya. Mientras que en
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