ES NUESTRO RÍO SINÚ NEGOCIABLE

¿ES NUESTRO RÍO SINÚ NEGOCIABLE?

Apuntes sobre Represas y Desarrollo.

Patricia Márquez de Quintero, IC. Esp.

Estos apuntes salen de una reflexión seria que hice como profesional de la Ingeniería sobre el documento, “Represas y Desarrollo: Un Marco para la Toma de Decisiones. CMR, Comisión Mundial de Represas, noviembre de 2000.

En el mundo se han construido represas desde hace miles de años con el propósito de controlar inundaciones, aprovechar el agua como energía eléctrica, para uso doméstico, industrial y para riego. Como consecuencia del aumento de la población y la actividad económica, hacia 1950, los gobiernos y en algunos países el sector privado, construyeron un gran número de represas, por lo menos existen un poco más de 45.000 que han sido construidas para satisfacer demandas de agua o energía, por lo que se puede decir que hoy en día casi la mitad de los ríos del mundo tienen por lo menos una gran represa.

Las represas han sido promocionadas aduciendo, además de sus propósitos inherentes: satisfacer necesidades de agua y energía, el desarrollo regional, la creación de empleo, y la promoción de una base industrial con potencial exportador, como también inversiones estratégicas a largo plazo, capaces de producir múltiples beneficios adicionales. Sin lugar a dudas estos beneficios son típicos de cualquier gran proyecto de infraestructura pública, otros son propios de las represas o de algunos proyectos en particular.

Pero en los últimos 60 años también se han destacado los problemas de las grandes represas en cuanto a sus impactos sociales y ambientales. Ellas han fragmentado y transformado los ríos del mundo, se estima que entre 40 y 80 millones de personas han sido desplazadas por su construcción. En muchos países, a medida que las bases para la toma de decisiones se han vuelto más abiertas, inclusivas y transparentes, la decisión de construir una gran represa se ha tornado crecientemente controversial, en materia de desarrollo sostenible, hasta el punto que el futuro de la construcción de grandes represas está hoy cuestionado en muchos países del mundo y nosotros en Córdoba, no somos la excepción.

Mientras los proponentes destacan las demandas de desarrollo económico y social que las represas intentan satisfacer, como irrigación, electricidad, control de inundaciones y suministro de agua, los contrarios señalan grandes impactos, como son, el desplazamiento, el empobrecimiento de las personas, la destrucción de importantes ecosistemas y recursos pesqueros, los sobrecostos y la más significativa, la inequitativa distribución de los costos y beneficios.

La CMR, Comisión Mundial de Represas, llegó a la conclusión de que el fin que debe alcanzar cualquier proyecto de desarrollo es el de mejorar de un modo sostenible el bienestar humano, es decir, producir un avance significativo sobre una base que sea viable económicamente, equitativa socialmente y ambientalmente sustentable. Si la construcción de una gran represa es el mejor modo de alcanzar este objetivo, merece ser apoyada. Cuando otras opciones o combinación de opciones son una mejor alternativa, ellas deberían ser favorecidas. Así pues, el debate sobre las represas es un cuestionamiento sobre el enfoque con el que las sociedades desarrollan y manejan sus recursos

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