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EVALUACIONES INTERACCIÓN DEL ALUMNO Y EL MAESTRO Y FORTALECIMIENTO DEL APRENDIZAJE


Enviado por   •  5 de Julio de 2011  •  2.888 Palabras (12 Páginas)  •  2.173 Visitas

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PRODUCTO DECIMOSEXTO

ELABORACION EN EQUIPO DE UNA REFLEXION EN DONDE EXPRESEN EN QUE MEDIDA LOS TIPOS DE EVALUACIONES REVISADAS INVITAN A INTERACTUAR AL ALUMNO, AL MAESTRO Y A FORTALECER EL APRENDIZAJE.

Uno de los temas que tradicionalmente más preocupa al profesorado es el de la evaluación. ¿Qué significa evaluar?, ¿Qué es lo que se evalúa?, ¿Cuándo conviene evaluar?, ¿Con qué instrumentos?, ¿Para qué evaluamos? etc., son preguntas constantes que, en muchos momentos deberían servir para organizar nuestra intervención educativa en su totalidad.

Pasadas son las épocas en que evaluar era sinónimo de examinar al final de un curso académico y cuando, sin tener en cuenta el progreso realizado por el alumnado, su punto de partida y sus logros parciales, se dictaba sentencia en función de los resultados obtenidos en único examen final, definitivo.

Un planteamiento actualizado de la evaluación debe basarse en prácticas cuya finalidad es comprobar lo que el alumnado sabe. Se trata de valorar las adquisiciones que se han realizado, ya que la evaluación es parte fundamental del proceso de enseñanza-aprendizaje y uno de sus objetivos es el de informar a los agentes educativos de los avances que se van logrando para reafirmarse en la aproximación que se está poniendo en práctica o para ayudar a reformular ésta introduciendo los cambios necesarios.

Esto significa que no sólo el alumno/a es objeto de evaluación sino que lo son todos los agentes educativos que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje incluyendo, así mismo, recursos, metodología y materiales utilizados. Desde esta perspectiva, la evaluación significa valorar el proceso de enseñanza-aprendizaje en su conjunto y modificar éste para adaptarlo a las necesidades y características del alumno.

Al ser la evaluación un proceso permanente es necesario distinguir los diferentes momentos y los tipos de evaluación que se tienen a lo largo del ciclo escolar: diagnóstica, formativa y sumativa.

La Evaluación diagnóstica se lleva a cabo al empezar un curso, o al comenzar un nuevo tema; con base en ello los docentes podemos reorganizar nuestro programa y proponer objetivos de aprendizaje en relación al nivel de conocimientos, motivaciones e intereses que nuestros alumnos manifestaron. Eso es lo que nos permitirá elegir la estrategia didáctica más adecuada para ellos con el único fin de propiciar la optimización de su aprendizaje. Esta evaluación inicial es clave en todos los niveles educativos para situar al profesorado en la realidad de sus alumnos y alumnas y, partiendo de ésta, organizar su práctica educativa.

La evaluación formativa nos permite detectar posibles desajustes entre lo que se enseña y lo que se aprende, conocer el proceso y el ritmo de aprendizaje de los alumnos, con el único fin de proporcionarle la ayuda pedagógica necesaria. Esta evaluación manifiesta el nivel del logro del alumno con respecto a los propósitos de aprendizaje, al proceso de formación y construcción de los diferentes contenidos. Nosotros como maestros al ver la falla o retroceso de nuestros alumnos podemos actuar de inmediato y ajustar nuestras propuestas a las necesidades e intereses del grupo y de esa manera retroalimentar el trabajo desarrollado a lo largo del ciclo escolar para cumplir con los propósitos manifestados en el programa del grado escolar que atendemos.

La evaluación formativa tiene como objetivo ayudar a “formar” esos ciudadanos y ciudadanas libres, competentes, autónomos y responsables que es el objetivo básico de éste y todos los sistemas educativos. Así, la evaluación se convierte en instrumento de “formación” dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje. Los resultados que se vayan obteniendo a lo largo de la evaluación continua informan a todos los agentes sobre el proceso y sirven para que se tomen decisiones con respecto a éste: permiten saber el grado de consecución de los objetivos, las áreas de mayor dificultad, los logros obtenidos, y cómo se va evolucionando con respecto al punto de partida que es lo que se había recogido en la evaluación inicial.

Todas las personas aprenden cuando son conscientes de haberlo hecho. Una evaluación que desee ser formativa ha de ayudar a hacer conscientes los aprendizajes que se han llevado a cabo a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje en el tiempo asignado para ello. Esta evaluación también permite que se detecten aspectos del desarrollo personal de cada uno de los alumnos, del trabajo colaborativo, de los problemas que se tienen en el aula, de la organización del grupo, de la apatía, entre otros.

La evaluación sumativa, nos permite detectar si el alumno ha aprendido, lo que se tenia planeado para un periodo de tiempo determinado, por ejemplo durante una semana, un mes, un proyecto, un bimestre, un ciclo escolar, también esta evaluación permite identificar si el alumno integra sus conocimientos, capacidades y habilidades. Es decir, se evalúa el nivel del éxito del trabajo desarrollado a lo largo del ciclo escolar y el análisis del proceso de enseñanza-aprendizaje desde su inicio hasta su conclusión. En esta etapa del proceso de formación, se demuestran los resultados finales y se realizan los ajustes necesarios al programa, a la planeación, a la mejora del aula y del currículo. Es importante aclarar que la evaluación sumativa no es sinónimo de acreditación, pues en esta se toman en cuenta más factores. A menudo se confunde evaluación final como juicio emitido sobre promoción o no promoción. Conviene separar los dos conceptos porque una evaluación negativa no siempre significa repetición; del mismo modo que una positiva, no debe implicar promoción automática. La evaluación informa sobre el proceso que se ha llevado a cabo y la promoción o no promoción depende de criterios, en ocasiones, de índole más administrativa, y desde luego, más generales.

Con estos tres tipos de evaluación (diagnóstica, formativa y sumativa), los maestros podemos conocer la propuesta de aprendizaje, así como el desarrollo y nivel de avance de cada uno de los alumnos y del grupo.

Evaluación cuantitativa y evaluación cualitativa:

Tradicionalmente se ha establecido una división entre estos dos tipos de evaluaciones. La cuantitativa, valorada por su supuesta objetividad y su carácter inflexible y restrictivo y, la cualitativa, por su aproximación más global y humanística y, a su vez, despreciada por su falta de rigor. Los ejemplos más extremos de ambas son, en el primer caso, el típico

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