Edad Precolombina En Panama
Enviado por • 7 de Noviembre de 2013 • 1.447 Palabras (6 Páginas) • 856 Visitas
TALLER: DIARIO DE APRENDIZAJE
CUADRO #1:
TEMAS PRINCIPALES:
El descubrimiento de América, el cual todo su territorio estaba poblado por diferentes agrupaciones de aborígenes, cuya población se calcula era de 40.000 indígenas.
El poblamiento de América y su cultura
El material cultural encontrado en los sitios de ocupación humano
La más temprana presencia del hombre en el Panamá central
CUADRO #2:
RESUMEN DE LA EPOCA:
Edad Precolombina en Panamá: (11,000 a.C. – 1,500 d.C.)
La presencia temprana del hombre en el Istmo de Panamá se remonta, según los registros arqueológicos, a 11.000 años de antigüedad, durante la fase final de las glaciaciones que caracterizaron el pleistoceno. El material cultural encontrado en los sitios de ocupación humana, propios de este período, correspondiente al glaciar tardío, son puntas de lanza o proyectiles bifaciales, descubiertos casualmente en las riberas del lago Alajuela y en la entrada meridional del Canal de Panamá, ambos sitios ubicados en la región central del Istmo. Generalmente se conoce como período Pre-hispánico al largo devenir histórico que antecedió a la llegada de los españoles y que indistintamente se denomina pre-colonial, pre-hispánico o pre-colombino. Según los estudios arqueológicos, paleo-ecológicos y otros, el hombre entra a América por el norte desde el Estrecho de Bering, e inicia un descenso hasta llegar a Panamá. Los que permanecen en el Istmo, se estima que lo hacen desde fechas muy tempranas como 5,000 a.C., cuando se registra la siembra del maíz. Ya para el 3,000 a.C. se inicia el proceso de la cerámica que evoluciona en todas sus formas (cestería, secado al sol, horneado). Sarigua, en el Golfo de Parita, provincia de Herrera, es uno de los más notorios sitios en poblamiento antiguo. Tal vez el sitio arqueológico panameño más fascinante sea Barriles. No obstante, los huaqueros (ladrones de tumbas) llevaron la delantera a los científicos por lo que poco se conoce de sus habitantes.
Un grupo de arqueólogos le da una edad de 1,000 años a esa manifestación cultural desde su fundación a su destrucción cerca del Volcán Barú (3,475msnm). Otra característica que la hace destacar dentro del contexto americano es la confección de estatuas con la roca llamada toba, de hasta 3 toneladas de peso, todas con figuras humanas bien proporcionadas e identificables, cuando en otros sitios del continente se hacían diseños zoomorfos o mixtos. Muchos grupos se establecieron en el Istmo y desarrollaron sus poblados. Los estilos o fases de alfarería La Concepción, por poner un ejemplo, nos hablan de ello. Durante el primer milenio de nuestra Era, se desarrollan paulatinamente las aldeas y lo que podríamos llamar paleo-ciudades.
Los poblados de Veraguas y región de Azuero en general, son atractivos por su diversa producción, que, aunque independientes políticamente, están unidas por lazos culturales. Resalta la orfebrería. Llama la atención la Provincia de Coclé, donde se desarrolla la cultura del mismo nombre. Los Coclé, luego que se aprecia su producción lítica en toba, parecieran ser descendientes de los Barriles, pero no se ha establecido el nexo. Tuvieron ordenadas poblaciones donde destaca la hoy llamada Santiago Apóstol de Natá, densamente habitada. Éstas se comunicaban por el sistema de calzadas de piedra sobre tierra apisonada y aplanada artificialmente. Se diferencian de otras calzadas americanas en que cada cierto trecho tenía una columna de piedra (alineamientos líticos) de 1 y hasta más de 2 metros de altura.
Poseían así mismo una necrópolis de considerable tamaño (Sitio Conte) y un notable Centro Ceremonial (actual Parque Arqueológico El Caño). En las llanuras de la Provincia de Los Santos, muy cerca de la desembocadura del Río La Villa, está una elevación rocosa llamada Cerro Juan Díaz. Allí se manifiestan los rasgos culturales Cubita, que ha dejado muestras de grandes entierros primarios, ricos en artefactos de todo tipo, incluyendo orfebrería. La región Coclé-Cubita presenta características que hacen pensar en una ruta de paso y encuentro con culturas de otras latitudes. Los habitantes precolombinos panameños acostumbraban enterrar de dos formas básicas a sus muertos.
El entierro primario, cuando el cadáver se colocaba directamente en la fosa.
El entierro secundario, cuando el cadáver era colocado en una urna funeraria de barro horneado.
En Darién se registra otro tipo de acumulación mortuoria que no corresponde con los dos anteriores: el cadáver era ahumado para deshidratarlo, colocado en una piel de venado cosida, y dejado colgar en una habitación especialmente acondicionada para ello.
En cuanto a la alfarería
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