Educación expandida como puente entre el aprendizaje y la educación del siglo XXI
Enviado por Profa Hernández • 31 de Octubre de 2019 • Documentos de Investigación • 1.818 Palabras (8 Páginas) • 190 Visitas
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PUERTO RICO
COLEGIO DE EDUCACIÓN
ESCUELA GRADUADA EN EDUCACIÓN
PROGRAMA DOCTORAL
Educación expandida como puente entre el aprendizaje y la educación del siglo XXI
Ensayo Argumentativo sometido a la Dra. María S. Santiago León
Como requisito del Curso GRED: 834
Presentado por:
Marisol Hernández Hermina
Fecha de entrega: 09 de septiembre de 2019
Educación expandida como puente entre el aprendizaje y la educación del siglo XXI
La complejidad de la sociedad moderna, la globalización, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son factores que influyen en las aptitudes que los estudiantes deben adquirir mediante el aprendizaje en el siglo XXI. La UNESCO (2015) señala que para estar preparados para el trabajo, la ciudadanía y la vida requieren aprender a ser, a conocer, a hacer y a vivir juntos. La implementación de cambios en los procesos de enseñanza-aprendizaje como resultado de nuevas pedagogías representa una colisión con las prácticas de educación tradicionales. Existe un desfase entre los límites fronterizos de la educación formal y las nuevas rutas de aprendizaje que trasciende distancias geográficas y culturales. Es por ello, que el aprendizaje y educación fuera de la escuela toman mayor relevancia, dando lugar a prácticas pedagógicas no institucionales. En este sentido, la única práctica pedagógica idónea para atender las múltiples formas y canales de aprendizaje del estudiante del siglo XXI es la educación expandida como puente entre la educación formal, no formal e informal.
La evolución de las sociedades y las tecnologías han provocado que el aprendizaje no sólo suceda en cualquier momento y lugar, sino también fuera de los límites formales e institucionales de la escuela. El impacto de las tecnologías digitales en la sociedad moviliza el aprendizaje a nuevos contextos educativos enmarcados en una constante interacción social multicultural e intergeneracional fuera del aula escolar. De esas interacciones surgen múltiples experiencias y actividades de aprendizaje que se pueden catalogar como expandidas. Díaz y Freire (2012) expresa el adjetivo “expandida” es un término que alude a la exploración de los límites más allá de lo que hoy conocemos como educación”. “La idea de expandido podría incidir en prácticas docentes entre lo formal y lo informal, presencial y virtual reclamando formatos adicionales al libro, pero que sintonizan con la realidad cultural y tecnológica de nuestra época” (Rodríguez, Baños, & Rajas, 2016). En este sentido, el aprendizaje es un proceso de participación social democrática fuera de los márgenes de un libro de texto en el contexto escolar. La educación expandida se percibe abierta, democrática, colaborativa, crítica, inclusiva y creativa. Por el contrario, la educación actual amarra al estudiante a un currículo rígido, universal y competitivo, mientras que la educación expandida flexibiliza el contacto del estudiante con el ambiente natural, social y cultural en el que se desarrolla.
De esa manera, la interacción social determina el aprendizaje en la educación expandida. Para Carbonell (2015) la educación expandida une múltiples redes educativas de identidad colectiva fuera del contexto formal-escolar, donde la importancia la tiene el cómo, dónde, cuándo y con quién se aprende, refiriéndose a los espacios, las personas y redes con los que se comparte el conocimiento. La interacción social permite que el individuo obtenga un intercambio de conocimientos conducente a la construcción mental de la realidad social (Trujillo, 2017). Cabe señalar que para Vygotsky, las funciones mentales superiores son adquiridas y desarrolladas a través de la interacción social. La interacción con la sociedad, cultura y contexto histórico donde se desenvuelve el individuo influye en el aprendizaje. “El aprendizaje ocurre de manera activa, es decir, a través del hacer real, o de forma vicaria, mediante la observación del desempeño de modelos, ya sea en vivo, de manera simbólica o de manera electrónica” (Shunk, 2012). El individuo es capaz de aprender e interiorizar una imagen global acerca de cómo es la sociedad en la que vive dependiendo del tipo de experiencias que observa regularmente. A ese proceso Bandura, le llamó aprendizaje vicario en su Teoría Cognitiva Social. Es por ello que la educación incluye de manera esencial la función de agente socializador para el desarrollo potencial del individuo y no meramente de medio transmisor de conocimientos.
Por consiguiente, las expectativas y demandas del alumno del siglo XXI abogan un currículo abierto y dialógico. En este sentido, para Carbonell (2015) el diálogo entre escuela y entorno facilita puentes continuos entre el conocimiento producido dentro y fuera de la institución escolar con el propósito de transferir la cultura escolar a la vida cotidiana y la experiencia vivencial extra-escolar a la educación formal. Esto requiere romper con los patrones tradicionales de intercambios comerciales, donde el docente asigna una tarea al alumno que cumpla exactamente unos requisitos inmutables y éste cumple a cambio de una nota; llevando al estudiante a mantener una actitud estática con pensamiento crítico y creatividad inertes. Para cambiar este mecanismo conductista, a Pérez (2004) le resulta viable vincular los contenidos con las realidades sociales, los intereses y necesidades de los educandos. Ello exige utilizar prácticas formativas que rescaten el valor comunitario, social, emocional y dialógico tanto en espacios formales, no formales e informales.
En este sentido, toman lugar las Tertulias Dialógicas centradas en la educación freiriana y en la acción comunicativa de Habermas, basadas en siete principios: diálogo igualitario, inteligencia cultural, transformación, dimensión instrumental, creación de sentido, solidaridad e igualdad de diferencia (Flecha, 1997), en (Carbonell, 2015). Las Tertulias Dialógicas pueden ser vistas como una forma de educación expandida al trabajarse en proyectos de comunidades de aprendizaje en espacios no convencionales en diversidad de contextos. Partiendo de mi experiencia como tallerista y maestra, la tertulia dialógica, tanto en el contexto educativo formal como en el no formal e informal facilita la participación colectiva democrática y diálogo igualitario. Da lugar al contraste de puntos de vista en su contexto real particular para la asociación de éstas a sus propias vivencias, llevando a los aprendices a involucrarse con su aprendizaje. Así mismo, permite un intercambio enriquecedor a través del análisis de los temas para la construcción de un nuevo conocimiento.
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