¿Educación o información educativa?
Enviado por GUSTAVO ADOLFO ÑAUPA CCENTE • 17 de Noviembre de 2022 • Ensayo • 812 Palabras (4 Páginas) • 62 Visitas
¿EDUCACIÓN O INFORMACIÓN EDUCATIVA?
ÑAUPA CCENTE, GUSTAVO ADOLFO
Huancayo, 09 de enero 2014.
El presente ensayo pretende ser una reflexión sobre la coyuntura educativa nacional a la luz de las experiencias vividas en este entramado sociocultural testigo de todos los sinsabores políticos y culturales que atañe este particular. Como se podrá comprender, es un fenómeno muy complejo por el mismo hecho de integrar perspectivas filosóficas, políticas, tecnológicas y científicas y hasta ideológicas y religiosas.
A pesar de ser un fenómeno complejo, la educación ha sido, es y será uno de los pilares del progreso cultural de los pueblos del mundo; en el Perú, se ha convertido en algo insulso que a duras penas va parpadeando en cada recoveco de sus entrañas. Pareciera que es lo último de la fila al que se le ha de atender a como salga o bien, hay que ir ensayando políticas educativas copiadas y acomodadas al gusto y parecer de cada lustro y sus agentes rectores.
Esa complejidad, nos incita a tener una mirada fija hacia el largo plazo añorado desde hace cientos de años; ella, reclama de nosotros, de todos, a que la consideremos como la verdadera fuerza del futuro, porque constituye uno de los instrumentos más poderosos para realizar el verdadero cambio tan ansiado sobre el particular.[1] Además de tener fija la mirada a largo plazo, no debe perder su esencia, su naturaleza. Pareciera que nos hemos quedado solamente en dar mera información educativa (datos) y no dar verdadera educación. Nos hemos quedado en la fase inicial de lo que significaba el vocablo paidós y su correlativo paidagogo y no alcanzamos llegar a la ciencia pedagógica en sí.
Hacía más de un siglo Villarán[2] explicitaba y reclamaba para educación en el Perú: "...nuestra educación debe proponerse, como uno de sus objetivos principales, dar un impulso al adelanto de la riqueza, informándose, para este objetivo, en tendencias prácticas (…) más que en aspiraciones puramente literarias”. Como se podrá comprender, nuestra situación educativa va arrastrando sus pies pálidos desde hace más de un siglo; desde hace tiempo se ansía una nueva imagen de la educación hasta el punto de soñar con una revolución al estilo copernicano o por lo menos intentos revolucionarios[3]. Muchos de esos anhelos las han ensombrecido con prejuicios más políticos que ideológicos. Similar suerte corrió el padre de la pedagogía[4], no por cuestiones políticas sino ideológicas, al ser ensombrecido por las críticas desprestigiadoras por el sólo hecho de no ser idealista.
Una mirada más miope nos lleva a considerar la situación educativa de estas últimas décadas, concretamente la década de los noventa en adelante. Desde entonces nuestra situación se ha hecho más crítica influenciada por el colapso de la economía hacia finales del gobierno de Alan García, pasando por Fujimori, Toledo, Alan García hasta Ollanta quienes a su modo han configurado una política desarticulada con desaciertos más notables en unos y otros hasta el punto de ser declarada en estado emergencia hacia el 2003; es por eso que el MED pide a las agencias internacionales PNUD, GTZ, Banco Mundial y UNESCO (OREALC) a que hagan un "Diagnóstico general de la educación" logrando resultados trascendentes como: 1. Ausencia de un programa nacional de educación; 2. Carencia de inversión en el sector; 3. Burocracia rígida unida a un exceso y superposición de normas y procedimientos predominando la gestión administrativa y financiera sobre la pedagógica; 4. Falta de idoneidad del currículo para la educación básica; 5. Carencia de materiales educativos pertinentes; 6. Deterioro y falta de infraestructura y mobiliario escolar[5]. En definitiva, a lo largo de estas décadas se pueden considerar tres elementos centrales que atañen a toda la crisis educativa: el deterioro magisterial, el insuficiente financiamiento y los problemas de organización y gestión del sistema educativo público. Razón tenía Mariátegui cuando decía: "El problema de la enseñanza no puede ser bien comprendido en nuestro tiempo, si no es considerado como un problema económico y cómo un problema social”[6].
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