Educar El Corazón
Enviado por Lisamariariano • 24 de Febrero de 2012 • 532 Palabras (3 Páginas) • 1.079 Visitas
Educar el Corazón
Es muy común encontrar la palabra “corazón” en muchas lecturas. En cada una de ellas se expresa en un contexto diferente. Puede ser científico, en caso de que se hable de un órgano vital para la vida y también puede utilizarse en sentido figurado para representar la afectividad: el amor, el dolor, las relaciones interpersonales, etc.
Por supuesto, “educar el corazón”, obviamente se refiere a la parte afectiva del ser humano, a la parte que tiende a desviarse, a ser pasional y hasta cierto punto ciega. A la parte que muchas veces “invade el campo propio de la inteligencia o de la voluntad, permitiendo así que sea él quien decida sobre la verdad o el error y quien supla, en última instancia, a la voluntad a la hora de actuar”, tal y como lo menciona el autor Oliveros F. Otero en su obra “Educar el Corazón”.
Es importante comprender que una persona que goza de una voluntad fortalecida y una inteligencia desarrollada, pero carece de amor o posee un corazón duro es como si tuviera una personalidad mutilada. Como si le faltara una parte esencial de su persona. Contar con un corazón tirano y egoísta también es un mal lamentable. Sin embargo, esto se puede corregir con la formación y educación respectiva.
Jacques Coeur expone que es importante esculpir un corazón valiente, ya que según él: “A corazones valientes, ,nada es imposible”. Pero vale mencionar que un corazón valiente debe ser educado porque la valentía se puede usar para bien o para mal.
La pregunta entonces puede ser: ¿cómo logro educar mi corazón?, ¿qué necesito hacer o dejar de hacer? Porque a simple vista no parece una tarea fácil, es más parece un largo, difícil y monótono proceso, y de hecho es un proceso largo que en realidad requiere de mucha paciencia y sobre todo voluntad y decisión.
En concreto, la respuesta a la pregunta anterior es a través de una armonía balanceada. Sí, armonía del corazón con la inteligencia y con la voluntad. Esta armonía es como una semilla, la cual empieza a brotar desde el momento en el que la persona se empieza a formar. Es por esto que es indispensable educarse como persona antes de que pretender educar al corazón.
La educación humana es una diversidad de “educaciones” que deben ir estrechamente unidas. Por ejemplo, educar el corazón, significa mejorar la parte más íntima de la persona hasta la parte más exterior. Es decir de adentro hacia afuera.
Entonces la clave para lograr esto es un equilibrio, que no se contradiga ni se oponga, sino que cada una influya positivamente y avance en conjunto. Es importante estar motivado y poner los medios para lograr este objetivo. Si no se cuenta con esto, será mucho más difícil lograr la educación del corazón. Esto sin duda debe repetirse con constancia hasta lograr fomentar un hábito en nosotros mismos. Con este hábito nos
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