Educar Es Universalizar
Enviado por Andreita • 8 de Octubre de 2011 • 490 Palabras (2 Páginas) • 716 Visitas
El maestro de escuela*
Ignacio M. Altamirano
Lo que son los curas de pueblo
A fines del año de 1863 me dirigía a la ciudad de San Luis Potosí, donde estaba a la sazón el gobierno de la República. La diputación permanente había convocado al Congreso de la Unión, y yo en mi calidad de diputado, acudía al llamamiento desde el fondo del Sur, en que me hallaba. Para no tocar puntos ocupados por los invasores, tuve que dar rodeos larguísimos, y en uno de éstos, atravesando un estado de cuyo nombre no quiero acordarme, llegué un día a un pueblo de indígenas, bastante numeroso. El alcalde del lugar, deseando proporcionarme un rato de conversación agradable, vino a buscarme a mi alojamiento, en unión del cura; y éste me invitó pasar a su casa para presentarme a su familia, ver sus libros y hablar conmigo acerca de las cosas políticas. Basándose en los datos que aporta el escrito en su primer párrafo y en tus conocimientos previos sobre la fecha que se detalla, indica la situación política y social que vivía el país en el momento de este relato. ¿Qué cargo ostentaba el narrador y hacia dónde se dirigía? Era el cura un sujeto parecido en moral a todos los de su especie; pero en lo físico, era robusto, de mediana talla, regordete, colorado y de carácter alegre y decidor. Llegamos al curato, que era evidentemente la mejor casa del pueblo, y que ofrecía todas las comodidades apetecibles, que en vano se habrían buscado en las casas pobres de los indígenas. Grandes y decentes departamentos, un gran patio con jardín y agua, caballerizas, pesebres, en donde el digno eclesiástico encerraba sus vacas y borregos, que eran muchos, gran cocina donde trabajaba una crecida servidumbre de molenderas, cocineras, galopinas y
* En Concepción Jiménez Alarcón (comp.), Obras completas XV. Escritos sobre educación, t. I, México, CNCA, 1989, pp. 94-114. *Publicado por primera vez en “Bosquejos”, columna escrita por Altamirano para El Federalista, 20 de febrero de 1871. Este texto fue republicado por vez primera en la Revista de la Universidad, UNAM, diciembre 1969; las cursivas son del original. N. del ed.]
9
topiles, la cual servidumbre era dada por el pueblo, según las costumbres tradicionales. Por último, el señor cura me enseñó sus piezas que eran tres: la despensa, donde además de otras cosas, había un rico surtido de vinos extranjeros y del país, el oratorio donde tenía una virgencita en un altar coqueto, y su despacho donde había un estante con algunos libros vulgares de teología moral, historia eclesiástica, cánones, y sermones, juntamente con algunas de las más bonitas novelas de Pablo de Kock, que él se apresuró a ocultarme cuando iba yo a examinarlas. Aunque no tengas datos sobre el autor al que se hace referencia (Pablo de Kock) deduce las razones por las cuales el cura habrá querido ocultar los libros de ese autor al visitante.
Luego investiga
...