Ejemplo de la Carta al Docente

Una Lección de vida… en Vida

Cuando ha empezado a despuntar el día y el sonido silencioso de la cotidianidad  cubre mi ser, decidí  posar mi mente en recuerdos lejanos de la infancia, cuando me descubrí Maestra , a través de mis juegos infantiles , en los que sentirme poseedora de un saber y un hacer para entregarle a los más pequeños de mi barrio, era mi pasión y por ella, solía mirar hacia el futuro y soñar con tantas transformaciones de vida posibles, jugaba por ejemplo a las muñecas, saltando a la golosa de la vida y simplemente dejaba florecer mi vocación,  a pesar de las críticas, las burlas, los chantajes… nací siendo Maestra y fue por ello que me cultivé como tal.

En estos 31 años de docencia bien vivida , me he visto crecer al lado de mis estudiantes , quienes han sido la parte esencial de mi vocación; por ellos  aprendí a ser Madre, por ellos aprendí a entender que el verdadero reto está en ayuda darles a reconocerse , a valorarse, a identificarse y a ser personas, seres humanos con diferencias y potencialidades por desarrollar, por ellos me forjé en un ser humano sensible, capaz de mirar más allá de una libreta, de un aula esquemática, de un Manual de Convivencia, pues siempre tuve presente que también como ellos , un día estuve en un aula y tuve la fortuna de encontrar Maestros de vida que dejaron huellas imborrables en mi ser y que con gran optimismo me regalaron la motivación de copiar de ellos lo mejor.

Se preguntará el Maestro del siglo XX que educa la generación del Siglo XXI , a qué viene todo el cuento anterior, por qué una reflexión personal en la que hablo en primera persona? …. Y sólo tengo una respuesta:

La sociedad de hoy es el reflejo de la tarea del Maestro en el aula, un Maestro que aparte de enseñar la lección que un día aprendió en los claustros que le formaron y le ubicaron en una escla salarial, debe ir más allá de este cuento; el Maestro de hoy necesariamente tendrá que entender que no se puede seguir haciendo lo mismo del siglo pasado, porque los resultados serán los mismos; el Maestro de hoy habrá de mantener viva la vocación que un día le llevó a la libre elección de conducir a sus estudiantes y ser transformador de vida; el Maestro de hoy habrá de dejar de lado el viejo paradigma con el cual fue formado, en donde el estribillo: La Letra con Sangre entra”, era la lección de cada día; el Maestro de hoy tendrá que ubicarse en una realidad que el contexto le muestra, con el firme propósito de mirar a cada uno con su diferencia individual y ponerse como reto  el inquietarse por aquellos que no responden en el aula, que poco aportan, que le desestabilizan, pues para eso un día fue  creado el Maestro, aquel que a imagen de Jesucristo dejaba de lado sus 99 ovejas para ir en busca de  1 que se había desviado del camino recobrando su calma cuando podía hallarla.

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