El Aborto

EL ABORTO, UNA REALIDAD LATENTE

“Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.” (Garcia Marquez, 2000)

Cada vez que se afronta un tema social, se observa un océano de opiniones dada la pluralidad de personas y de pensamientos y más aún cuando se habla de la vida y la libertad; tal es el caso del aborto.

Se parte del concepto que la vida es un hecho, al cual, se le reconoce el derecho de ejercerla libremente y aunque en Colombia el nasciturus (el que está por nacer) no es considerado como persona, sí se debe proteger su vida.

En Colombia el aborto se ha sido prohibido, salvo algunas excepciones, pero analizando éstos casos, ¿Se pueden considerar excepciones ante el aborto?, ¿Cuáles serian las excepciones pertinentes?

Precisando en que la vida es un hecho el cual se reconoce como derecho, se debe analizar desde que momento ese derecho empieza a ser protegido. En la legislación colombiana se estipula que el nasciturus no es una persona, razón por la cual no tiene los derechos reconocidos a las personas, pero en todo caso “la ley protegerá la vida del que está por nacer…siempre que se crea que de algún modo está en peligro” (C.C.C. Art, 91), esto que afirma el código civil colombiano, hace pensar que el aborto no sea permitido, porque de tratarse de vidas en peligro, el simple hecho de pensar en terminar con el embarazo constituye un peligro para el nasciturus.

Al mirar el concepto de la conferencia episcopal colombiana, evidentemente se expresan a favor de la vida, es decir, no aceptan el aborto bajo ninguna circunstancia y justifican cada punto de vista desde la constitución colombiana y el grave daño moral que causa el aborto en las personas, también tratan el aborto como un homicidio y justifican cada uno de los casos en que la legislación exceptúa la práctica del aborto en dirección a que no existan excepciones, y sostienen al respecto que: “En relación con la tradición de la iglesia del respeto de la vida humana naciente ha sostenido siempre, que ésta se deberá proteger y favorecer desde su comienzo como en las diversas etapas de su desarrollo” (Sentencia C-355, 2006).

La iglesia Católica no contempla ninguna posibilidad en el aborto, pero al indagar a la sociedad se encuentra una posición muy generalizada que se trata de no castigar el aborto en los casos de violación, mal formaciones graves en el feto y cuando la vida de la madre está en grave peligro debido al embarazo; dadas dichas excepciones se debe analizar hasta qué punto es posible tomar la decisión de recurrir al aborto.

Empezando por los casos de violación, se refiere la corte que la mujer está en plena libertad de ejercer su maternidad en el momento en que ella lo decida y no cuando por hechos ajenos a su voluntad esta maternidad le sea “impuesta”, porque si se penaliza el aborto en estos casos, se estaría atentando contra la libertad de la mujer; en este punto la legislación colombiana agrega otros hechos similares como lo son: la inseminación artificial o transferencia de óvulo fecundado no consentidas y el incesto.

El tema de la libre disposición de la maternidad fue discutido por mucho tiempo en Colombia, dado que en las anteriores legislaciones solamente se castigaba a la mujer por hecho de practicar el aborto, justificando que ella era la única que le podía brindar al nasciturus las condiciones necesarias para su existencia, pues no se consideraba que otros factores también influían en tal decisión y llevaban a la mujer al punto de terminar con el embarazo, factores como la opinión de su pareja, las circunstancias sociales y económicas, las condiciones psíquicas o la presión por parte de sus padres y familiares. Pero en pro del respeto a la libertad de la mujer, se dio el gran paso de considerar la igualdad de sexo, raza, religión, etc. Consagradas en la constitución de 1991 y con ello a la evolución social de considerar que

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