El Analisis De Las Políticas Y La Política

“El análisis de políticas y la política”

El tipo ideal nos plantea que un analista de políticas, es aquel al que le interesa la eficiencia económica y como las políticas públicas pueden afectar a la sociedad en su conjunto. Le dan mayor importancia a la definición de los objetivos políticos y así medir los resultados obtenidos en su cumplimiento.

Por otro lado, los políticos les interesa la distribución de los productos, y cómo las políticas públicas afectan a ciertos individuos y grupos.

Luego entonces, se nos presenta a un utópico analista de políticas optimista, convencido de que la propuesta de su análisis es la mejor opción y que puede ser de gran ayuda a la sociedad. El político es el pesimista, convencido por su parte de que el último invento del analista sólo hará que el proceso de las políticas sea más complicado y que el único curso razonable es seguir en la brega tratando de salir del apuro.

Pero en la realidad, un político tradicional puede ser analítico cuando se trata de asuntos que no lo afectan a él o a sus electores, y un analista puede ser bastante político cuando estudia políticas que interfieren con sus intereses o con los de su comunidad.

I. Las ideologías analíticas y políticas.

El principal conflicto entre el analista y el político radica en las diferencias de conducta, actitudes y estilos. Por ejemplo para la selección de políticas; para un analista se basa en el criterio de eficiencia económica agregada. La mejor política es la que arroja mayores beneficios netos. Es así como la suma de los beneficios menos los costos proporciona la medida del interés público. No les interesa los problemas de distribución ya que creen que, la eficiencia ofrece la mejor oportunidad para redistribuir el ingreso hacia aquellos grupos que la sociedad considere más necesitados. A su vez piensan que es poco importante el asunto de la equidad ya que no existe alguna medida única y simple que determine si una distribución del ingreso o de los activos es más equitativa que otra.

En contraste, para el político es de mayor importancia el asunto de la distribución. Debido a que no son los ciudadanos individuales, sino las comunidades organizadas las que tienen influencia política electoral. Es por esto que a él no le interesará que los costos agregados de una decisión excedan a los beneficios, si de ellos depende el apoyo de algún grupo.

Los beneficios para un analista sólo se pueden evaluar a partir de cuánto se obtiene de un programa y no de cuánto se invierte en él. Mientras que para el político esto recae en cuánta ganancia y empleo arroja a sus electores.

Para los analistas un presupuesto por programa ayudará a la toma de decisiones del gasto público porque relaciona los gastos con el resultado del problema. Al político le gusta el presupuesto por objetivos, porque está organizado en términos de insumos.

Pero al final de todo es el interés del político en la distribución y los insumos los que se impondrán por lo general al interés

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