El Caliz De Fuego
Enviado por carmenela • 14 de Octubre de 2013 • 7.126 Palabras (29 Páginas) • 301 Visitas
En un palacio hermosísimo rodeado de muchas fuentes y grandes jardines, una hermosa mujer con alas plateadas y una corona de oro en la cabeza, observa uno de los jardines paseándose por la terraza del palacio.
Una sirvienta llega y le dice.
SIRVIENTA
Me mando a llamar Reina Esmeralda.
REINA ESMERALDA
Si, dime cuando volverá el Rey al palacio.
SIRVIENTA
No, lo sé su majestad, pero creo que no debe
tardar, el Rey nunca esta mucho tiempo fuera
del palacio.
REINA ESMERALDA
¿En dónde está mi hijo?
SIRVIENTA
Sentado del Árbol de la vida, quiere que lo
Mande a llamar.
REINA ESMERALDA
No, iré con él.
La reina se dirige donde su hijo, todos sus súbditos se inclinan ante ella al verla pasar.
En las afueras del palacio los guerreros sagrados entrenan y la vida se desarrolla con tranquilidad.
La Reina camina por los inmensos jardines del palacio, observa una fuente y se detiene frente a ella, coloca su mano en la fuente y la remoja un poco, luego sigue caminando y llega donde se encuentra un árbol inmenso y majestuoso
Es el árbol más hermoso que existe sus frutos son grandes y rojos y sus ramas enormes y bellas, debajo del árbol se encuentra sentado un joven el cual tiene en sus manos un libro hermoso, el joven no se percata de la presencia de la reina, la reina camina hacia él y le coloca la mano en el hombro, el joven se sorprende.
PRINCIPE MIGUEL
Madre.
REINA ESMERALDA
Hijo, ¿Qué haces aquí?
PRINCIPE MIGUEL
Vine a descansar un poco debajo del
árbol de la vida y aproveche para
echarle un vistazo al libro de la vida
y conocer más de él.
REINA ESMERALDA
Hijo, el libro de la vida no puede ser
sacado de su lugar, ve a devolverlo al
santuario, nosotros somos los encargados
de proteger el libro de la vida junto al
cáliz sagrado y el árbol de la vida,
debes aprender a no ser impaciente, si
estos tres tesoros sagrados caen en manos
equivocadas, el mundo sobrenatural será
destruido.
PRINCIPE MIGUEL
Perdóname Madre, enseguida iré a devolverlo
El príncipe Miguel se levanta y le da un beso a su madre en la mejilla luego camina rumbo al santuario, un templo majestuoso que se encuentra detrás del palacio real, la reina observa a su hijo irse y no se percata que detrás de ella se encuentra uno de sus súbditos más cercanos, Taumiel, la reina al darse la vuelta mira a Taumiel y se asusta.
REINA ESMERALDA
Taumiel, me asustaste, ¿Qué haces aquí?
TAUMIEL
(se inclina ante l reina)
Su majestad espere que el príncipe se
marchara para poder hablar con usted.
REINA ESMERALDA
¿de qué quieres hablarme?
Taumiel se levanta.
TAUMIEL
Reina Esmeralda, con todo respeto este
servidor suyo debe confesarle que desde
hace mucho tiempo siente admiración, mi
admiración es tan grande majestad que
debo confesarle mi amor por usted, estoy
perdidamente enamorado de usted majestad
y mi único interés es saber si usted
corresponde a mis sentimientos.
La Reina Esmeralda se sorprende y enoja.
REINA ESMERALDA
Pero como te atreves a decirme eso, tu
sabes que mi esposo es el Rey del Reino de
Cuscatlán, como osas faltarme el respeto
en mi propio palacio, acaso quieres defraudar
la confianza que el Rey y yo hemos
depositado en ti.
¿Quién te crees para decirme esto?
TAUMIEL
(de rodillas)
Majestad no se enoje conmigo, le suplico
humildemente me perdone por lo que acabo
de decirle.
REINA ESMERALDA
Tu confesión me deja en que pensar,
hablare con el Rey para que te designe
otro cargo porque ya no puedes ser
nuestra mano derecha, de ahora en
adelante te prohíbo que te acerques al
Palacio y a la familia Real.
TAUMIEL
Su majestad por favor, no le diga al
Rey, si el Rey se entera me desterraría
y yo no tengo donde ir.
REINA ESMERALDA
No, hablare con el Rey de la insolencia
que has dicho contra mí, pero desde este
momento te quiero lejos de mi reino.
En ese momento llegaron unos guardias de la Familia Real.
EZEQUIEL
Majestad, ¿Ocurre algo?
REINA ESMERALDA
Si, Ezequiel, a partir de ahora tu
serás las mano derecha del Rey y mía
Taumiel ya no es bienvenido en mí
reino, te pido de favor, lo saques de
aquí.
EZEQUIEL
Como usted ordene Majestad.
Ezequiel y los guerreros que iban
...