El Camino De La Auto Dependencia
Enviado por Alexis321 • 2 de Abril de 2013 • 1.804 Palabras (8 Páginas) • 580 Visitas
El camino de la autodependencia es el primer libro de una serie de cuatro con los que el autor nos guía por nuestro camino interior…Con un estilo claro y ameno nos explica por qué no existe la auténtica independencia y por qué la dependencia no nos permite formarnos como individuos. Por lo tanto nos propone El camino de la autodependencia, un primer trayecto por conquistar, un punto de partida necesario que nos permitirá alcanzar la autorrealización, el éxito, la felicidad, o como quiera que cada uno decida llamar a aquello que constituye nuestro único y más grande desafío.
“Quizá estos textos puedan servir a algunos de los que, como yo, suelen perder el rumbo y quizá también a aquellos que sean capaces de encontrar atajos. De todas maneras el mapa nunca es el territorio y habrá que ir corrigiendo el recorrido cada vez que nuestra propia experiencia encuentre un error del cartógrafo. Sólo así llegaremos a la cima.”
Jorge Bucay
Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:
Dependiente es aquel que se cuelga de otro, que vive como suspendido en el aire, sin base, como si fuera un adorno que ese otro lleva. Es alguien que está cuesta abajo, permanentemente incompleto, eternamente sin resolución.
Aquellos adultos sanos que sigan eligiendo depender de otros se volverán, con el tiempo, imbéciles sin retorno.
Hay padres que liberan y padres que imbecilizan.
No puedo justificar la dependencia porque no quiero avalar la imbecilidad.
Los imbéciles intelectuales son aquellos que creen que no les da la cabeza y entonces le preguntan al otro: ¿Cómo soy?¿Qué tengo que hacer?¿Adónde tengo que ir? El gran peligro es que a veces son confundidos con la gente genuinamente considerada y amable.
Los imbéciles afectivos son aquellos que dependen todo el tiempo de que alguien les diga que los quiere, que los ama, que son lindos, que son buenos.
Los imbéciles morales, sin duda los más peligrosos de todos. Son lo que necesitan permanentemente aprobación del afuera para tomar sus decisiones. Este tipo de imbéciles son los individuos que modernamente la psicología llama codependientes.
La verdad es que siempre puedo vivir sin el otro, siempre, y hay dos personas que deberían saberlo: yo y el otro.
Me aterra la idea de convivir con alguien que crea que soy imprescindible en su vida. Estos pensamientos son siempre de una manipulación y una exigencia siniestras.
El amor es siempre positivo y maravilloso, nunca es negativo.
El codependiente no ama; él necesita, él reclama, él depende, pero no ama.
Me encantaría que la gente que yo quiero me quiera; pero si esa gente no me quiere, me encantaría que me lo diga y se vaya. Porque no quiero estar al lado de quien no quiere estar conmigo.
Antonio Porchia: “Han dejado de engañarte, no de quererte, y sufres como si hubiesen dejado de quererte”.
A todos nos gustaría evitar la odiosa frustración de no ser queridos. A veces, para lograrlo, nos volvemos neuróticamente manipuladores. Primero me transformo en una necesidad para vos. Luego intento que me tengas lástima. Luego trataré de conseguir que me odies. Y lo último, trato de que me tengas miedo.
La propuesta es abandonar TODA dependencia.
La independencia quiere decir simplemente llegar a no depender de nadie. Y esto sería maravilloso si no fuera porque implica una mentira: nadie es independiente. Para ser independiente habría que ser autosuficiente, y nadie lo es. Nadie puede prescindir de los demás en forma permanente.
El bebé humano recién nacido es el ser vivo más frágil, dependiente y vulnerable que existe en la creación.
Los hijos son producto de una insatisfacción de los padres.
Los hijos nacen por una decisión y un deseo nuestros, no por un deseo de ellos.
Lo que mi papá aprendio a mí me sirvió bastante. Pero lo que yo aprendí a mi hijo le va a servir de poco. Y quizás, lo que mi hijo aprenda a mi nieto no le sirva para nada.
Nuestros hijos van a tener problemas que nosotros nunca tuvimos.
La historia de generar la dependencia infinita es siniestra.
Autodepender significa establecer que no soy omnipotente, que me sé vulnerable y que estoy a cargo de mí mismo.
Autodependencia significa contestarse las tres preguntas existenciales básicas: quién soy, adónde voy y con quién.
Para autodepender, voy a tener que pensarme a mí como el centro de todas las cosas que me pasan.
La gente autodependiente no es manipulable. Y todo el mundo detesta a aquella gente que no se deja manipular.
Lo que pasa con la gente que sufre es que ha sido abandonada de sí misma.
Cualquier que no ostente los siguientes cinco permisos no es una persona:
Me concedo a mí mismo el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer que debo esperar que otro determine dónde yo debería estar o cómo debería ser.
Me concedo a mí mismo el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.
Me concedo a mí mismo el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.
Me concedo a mí mismo el permiso de correr los riesgos que yo decida correr, con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos.
Me concedo a mí mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo, en lugar de esperar que alguien más me dé el permiso para obtenerlo.
Ser persona es el único camino para volverse autodependiente.
¿Para qué algunos quieren ser dependientes?:
A veces, como se creen
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