El Capitalismo
Enviado por astradamauro • 24 de Junio de 2014 • 2.102 Palabras (9 Páginas) • 138 Visitas
Introducción
Por medio de la elaboración de este trabajo se trata de poder llegar a conocer un poco más acerca del capitalismo como acontecimiento de la historia general de la economía, que es de gran importancia. Este tema fue investigado en diferentes fuentes como libros y varias sitios de internet, con el fin de tener diferentes puntos de vista y responder varias dudas que se presentaban.
Se recopilaron muchos datos importantes, conociendo a fondo varios aspectos que tiene que ver con lo es el capitalismo, características del capitalismo, las ventajas y desventajas, llevando a conocer también a sus principales participantes.
Capitalismo
Es el sistema económico fundado en el capital como relación social básica de producción. En el capitalismo los individuos privados y las empresas, empleando trabajadores asalariados, llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes o de servicios, con el propósito de producir y acumular ganancias u otro beneficio de interés propio.
También se denomina capitalismo a todo el orden social, político y jurídico originando en la civilización occidental y basado en aquel sistema económico. El orden capitalista se distingue de los anteriores por su movilidad social y por la regulación formal de las relaciones sociales mediante el contrato libre.
El capitalismo se presenta en forma distinta en los diversos periodos de su historia, pero la satisfacción de las necesidades cotidianas basada en el modo de producción capitalista solo es peculiar de Occidente, y aun en los países del mismo resulta cosa natural desde la segunda mitad del siglo XIX. Lo que a manera de anticipo encontramos en los siglos anteriores, son simples manifestaciones incipientes del mismo, e incluso las pocas manifestaciones capitalistas del siglo XVI del capitalismo comercial y reglamentario, hubieran podido ser eliminadas de la vida económica de aquel entonces, sin que sobreviviera una catástrofe.
Desarrollo histórico del capitalismo
La historia del capitalismo como ha operado en los últimos doscientos años en el ámbito de la civilización occidental es el registro de un constante aumento en el nivel de vida de los asalariados. El marco propio del capitalismo es la producción en masa dirigida al consumo en masa dirigida por los individuos más activos y previsores, buscando infatigablemente la mejora. Su fuerza motriz es la búsqueda del beneficio, cuya instrumentalizad obliga constantemente al empresario a ofrecer a los consumidores más productos, mejores y más baratos. Un exceso de ganancias sobre pérdidas puede aparecer sólo en una economía en progreso y sólo en el grado en que se mejore el nivel de vida de las masas. Así que el capitalismo es el sistema bajo el cual se incita a las mentes más agudas y ágiles a promover a través del máximo de sus habilidades el bienestar de los muchos rezagados.
En el campo de la experiencia histórica es imposible no recurrir a las mediciones. Como el dinero no es una vara de medir valores o satisfacción de deseos, no puede aplicarse para comparar el nivel de vida de la gente en distintos periodos de tiempo. Sin embargo, todos los historiadores cuyo juicio no se ha visto nublado por preconcepciones románticas están de acuerdo en que la evolución del capitalismo ha multiplicado el equipamiento de capital a una escala que excede con mucho el aumento sincrónico de las cifras de población. El equipamiento de capital tanto per cápita de la población total como per cápita de los capaces de trabajar es inmensamente mayor hoy que hace cincuenta, cien o doscientos años. Al mismo tiempo ha habido un tremendo aumento en la cuota que los asalariados reciben de la
cantidad total de productos fabricados, un cantidad que es en sí misma mucho mayor que la del pasado.
El consiguiente aumento en el nivel de vida de las masas es milagroso comparado con el condiciones de las eras pretéritas. En esos alegres viejos días, incluso la gente más rica llevaba una existencia que debe calificarse de morigerada en comparación con el nivel medio de trabajador estadounidense o australiano de nuestro tiempo. El capitalismo, dice Marx, repitiendo sin pensar los cuentos de los panegiristas de la Edad Media, tiene una inevitable tendencia a empobrecer cada vez más a los trabajadores. La verdad es que el capitalismo ha derramado en cuerno de la abundancia sobre las masas de asalariados, que frecuentemente hicieron todo lo que pudieron por sabotear la adopción de esas innovaciones que hicieron su vida un poco más agradable. ¡Qué incómodo se vería un trabajador estadounidense si se le obligara a vivir en la mansión de un señor medieval y echar de menos las instalaciones sanitarias y otros aparatos que simplemente da por sentados!
La mejora en su bienestar material ha cambiado la valoración del ocio por parte de los trabajadores. Mejor dotados con los placeres de la vida como está, pronto llega al punto en que considera cualquier mayor incremento en la de sutilidad del trabajo como un mal que ya no compensa el esperado incremento en la gratificación mediata del trabajo. Esta dispuesto a acortar las horas de trabajo diario y a evitar a su mujer e hijos el esfuerzo y el problema del empleo remunerado. No es la legislación laboral ni la presión de los sindicatos la que ha acortado las horas de trabajo y sacado de las fábricas a las mujeres casadas y niños: es el capitalismo, que ha hecho tan próspero al asalariado que es capaz de adquirir más tiempo libre para él y los suyos. La legislación laboral del siglo XIX en general no consiguió nada más que proveer una ratificación legal de cambios que la interacción de los factores del mercado ya había generado previamente. En la medida en que a veces iba por delante de la evolución industrial el rápido avance en la riqueza pronto hizo de nuevo correctas las cosas. En la medida en que a veces las supuestas leyes a favor del trabajador decretaban medidas que no eran meramente la ratificación de cambios ya efectuados o la anticipación de cambios esperados en un futuro inmediato, dañaban los intereses materiales de los trabajadores.
El término "ganancias sociales" induce completamente a error. Si la ley fuerza a los trabajadores que prefieran trabajar 48 horas a la semana a no rendir más de 40 horas de trabajo, u obliga a los empresarios a incurrir en ciertos gastos en beneficio de los empleados, no favorece a los trabajadores a costa de los empresarios. Sean cuales sean las provisiones de una ley de
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