El Consumo
Enviado por drjiam • 27 de Noviembre de 2013 • 940 Palabras (4 Páginas) • 209 Visitas
El despilfarro opera como la lógica global
del capitalismo. Esta se realiza de dos
formas: a) como sobreoferta, por tanto como
un gasto social inútil y b) como consumo
excesivo de algunos individuos a costa del
hambre de los demás.
El primer efecto global tiene lugar como
consecuencia de la ceguera del mercado o
su desfase temporal en la asignación de los
recursos. El segundo efecto requiere que
exista a nivel de cada individuo la esclavización
por el consumo como deseo.
Efectivamente, el capitalismo actual requiere
la instalación de la pauta cultural del
consumo como deseo hedonista. De otro
modo, ¿qué haría con su enorme capacidad
productiva?
Una respuesta lógica, en la lógica del
buen sentido, sería decir que podría dedicarla
a satisfacer las enormes necesidades de
consumo insatisfechas. Una de las irracionalidades
más visibles del actual sistema de
acumulación es la combinación del consumo
mas sofisticado con el hambre, las habitaciones
insalubres, la ausencia de casi toda comodidad
para gestionar la vida cotidiana, la
desigualdad educacional. Cohabita el con-
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sumo excesivo como posibilidad para algunos,
con la imposibilidad del consumo esencial
para muchos.
¿Por qué entonces no orientar esa capacidad
productiva cíclicamente despilfarrada
a hacer posible una vida digna para los que
no tienen casi nada? La economía capitalista
está movida por la obsesión de la mayor ganancia
y no por la lógica de la necesidad. Entre
la finalidad de cubrir para todos un consumo
mínimo necesario y de permitir que
cada uno consuma según su dinero, el sistema
capitalista opta por la segunda.
La propia reproducción de la estructura
productiva del capitalismo requiere de la
desigualdad de acceso al consumo. Esta es
una condición para que se perpetúe la modalidad
de división del trabajo. La necesidad
de ganar dinero a través de la laboriosidad, y
no como derivado de derechos de ciudadanía,
es un incentivo material para que el trabajador
se vea forzado a seguir siendo disciplinado.
Pero además este sistema necesita estimular
la expansión de ciertos consumos en todos
los sectores sociales con dinero o mínimamente
confiables como clientes crediticios. Se trata de
un capitalismo seductor, que intenta persuadir
de la necesidad del consumo, al ritmo de
sus necesidades de realización de las mercancías.
Su enorme capacidad productiva y el
hecho que los errores de asignación de recursos
sólo pueden corregirse después de
cotejar las pérdidas producidas en la lucha
competitiva, obliga al sistema a multiplicar
sus esfuerzos de comercialización, de
convencimiento de los consumidores.
El sistema necesita de una constante
expansión del consumo. Analizaremos dos
de sus múltiples lógicas: la del desgaste y la
de la innovación.
Los bienes en general tienen un ciclo de
vida: llega un momento en que no pueden
cumplir sus funciones, que pierden vigencia
como objetos útiles o se deterioran de una
manera parcial o global. Cuando esto último
ocurre el objeto pierde, de una manera
absoluta o relativa, su valor de uso. Debe ser
entonces sustituido o repuesto, porque su
ausencia es sentida como disminución del
confort alcanzado previamente.
Pero los objetos del confort no sólo son
vulnerables a la pérdida absoluta de su valor
de uso, también lo son a la pérdida relativa.
Aun sin ser víctimas del desgaste, pueden
ser superados por nuevas tecnologías o
diseños o pueden ser olvidados por la moda.
Los automóviles, los equipos y programas
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