El Desarrollo sostenible.

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Desarrollo Sostenible

El desequilibrio que hay en la naturaleza es la consecuencia de las actividades que el hombre realiza ignorando la importancia vital de la naturaleza. La mayor prioridad que tiene la sociedad hoy en día es elevar su nivel económico y el consumismo; y para  gratificar esto el hombre arrebata los recursos de una forma brusca, dándole poca o nada de importancia a la destrucción del medio ambiente, o si se realiza algún otro daño irreversible. Si esto persiste, las generaciones futuras van a tener inconvenientes en vivir en armonía; para que esto no suceda hay que cambiar la forma en la que se está subsistiendo actualmente, e ir por la vía del desarrollo sostenible.

Este desarrollo trata de satisfacer “las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades” (Comisión Mundial del Medio Ambiente de la ONU, 1987), aunque este desarrollo es únicamente alcanzable con el trabajo en equipo de todos los sectores que conforman la sociedad, los gobiernos, las empresas y la participación ciudadana. Las ventajas del desarrollo sostenible en sí son muchas, empezando por un manejo adecuado de nuestro entorno, que nos garantiza que por lo menos tendremos un sitio estable a lo largo del tiempo en cuanto al clima y un sistema responsable en largo plazo si nos referimos a la flora, fauna y al correcto ciclo de los ecosistemas. Según G. Tyler Miller, una sociedad sostenible o sustentable ambientalmente, cubre los requerimientos básicos de su gente de manera justa y equitativa sin degradar o agotar al capital natural que suministran estos recursos. Sin embargo, este panorama no satisface los requerimientos de muchos economistas y políticos, que argumentan que el costo de una sociedad que elige ejecutar el desarrollo sostenible significaría pérdida de empleos y decrecimiento económico. Pero el crecimiento económico que se pierda por las normas ambientales sería poco comparado con la detención total de los medios de producción de un futuro y desordenado mundo, donde nos lamentaríamos de no haber actuado antes cuando los costos relativos eran mucho menores para solucionar el problema. Sin embargo, falta mucha conciencia, especialmente en los países más desarrollados, que tienen la mayor responsabilidad por sus grandes emisiones de gases. Por ejemplo, en este año, se presentó 8 propuestas, para un desarrollo sostenible en Argentina, al Ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Sergio Bergman, y que en una de esas propuestas desarrolla que se debe cambiar la matriz energética a través de la inversión en energías limpias, cumpliendo con las metas de la nueva Ley de Energías Renovables (Ley 27.191), incorporando fundamentalmente las fuentes más importantes como la eólica, biomasa y solar,  para alcanzar una meta del 8% al 2017 y del 20% al 2025; y aplicar políticas de uso racional y eficiente de la energía que apunten a reducir el consumo innecesario en, al menos, un 25% para 2030. Estos tipos de propuestas son las que ayudan a promover y a facilitar el desarrollo sostenible.

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