El Discurso Del Metodo
Enviado por javierherrera69 • 16 de Octubre de 2011 • 502 Palabras (3 Páginas) • 855 Visitas
El buen sentido es lo que mejor repartido está entre todo el mundo, pues cada cual piensa que pose tan buena provisión de él, que aun mas los mas descontentadizos respecto a cualquier otra cosa, suelen apetecer más de lo que ya tienen. En lo cual no es verosímil que todos se engañen, si no que más bien esto demuestra que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso o razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y, por lo tanto la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino tan solo de que dirigimos nuestros pensamientos por derroteros diferentes y no consideramos las mismas cosas.
No basta, en efecto, tener el ingenio bueno; lo principal es aplicarlo bien. Las almas más grandes son capaces de los mayores vicios, como de las mayores virtudes y los que andan muy despacio pueden llegar mucho más lejos, si van siempre por el camino recto, que los que corren, pero se apartan de él.
Por mi parte nunca he presumido de poseer un ingenio más perfecto que los ingenios comunes; hasta he deseado muchas veces tener el pensamiento tan rápido, o la imaginación tan clara y distinta, o la memoria tan amplia y presente como algunos otros. Y no sé de otras cualidades sino esas que contribuyen a la perfección del ingenio; pues en lo que toca a la razón o al sentido, siendo, como es, la única cosa que nos hace hombres y nos distingue de los animales, quiero creer que esta entera en cada uno de nosotros en seguir en esto la común opinión de los filósofos, que dicen que el mas o el menos es solo de los accidentes mas no de las formas o naturaleza de los individuos de una sola especie.
Pero sin temor, puedo decir que creo que fue una gran ventura para mí el haberme metido desde joven por ciertos caminos, que me han llevado a ciertas consideraciones máximas, con las que he formado un método en el cual paréceme que tengo un medio para aumentar gradualmente mi conocimiento y elevarlo poco a poco hasta el punto más alto que a la mediocridad de mi ingenio y la brevedad de mi vida pueden permitirle llegar. Pues tales frutos he recogido ya desde ese método, que, aun cuando, en el juicio que sobre mi mismo hago, procuro siempre inclinarme del lado de la desconfianza mejor que el de la presunción, y aunque, al mirar con ánimo filosófico las distintas acciones y empresas de los hombres, no hallo casi ninguna que no me parezca vana e inútil, sin embargo no deja de producir en mi una extremada satisfacción el progreso que pienso haber realizado ya en la investigación de la verdad, y concibo tales esperanzas para el porvenir, que si entre las ocupaciones que embargan a los hombres, puramente hombres, hay alguna que sea sólidamente buena e importante, me atrevo a creer que es la que yo he elegido por mía.
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