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El Discurso Del Rey


Enviado por   •  28 de Octubre de 2013  •  435 Palabras (2 Páginas)  •  323 Visitas

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d de su paciente, y la exasperación cada vez mayor del príncipe da paso, con reticencias, a la admiración. Los dos se acechan por toda la consulta de Logue, como boxeadores que buscan una brecha. Asestan golpes verbales e interponen bloqueos emocionales en su lucha por la supremacía. Firth, cuya cara de niño ha adquirido atractivas arrugas camino a la madurez, irradia autoridad y vulnerabilidad, mientras que Rush, cuyo rostro parece más bien un mapa topográfico, con lomas y grietas, emite un aura de calma suprema y paciencia inagotable.

Lentamente, a medida que Logue hurga en el doloroso pasado del príncipe, The King's Speech asume un tono menos combativo y da un viraje hacia lo trágico, una delicada transición que el director Tom Hooper y el guionista David Seidler manejan de maravilla. A medida que la justa verbal se calma y el príncipe confiesa sus más hondos secretos, se hace patente la genialidad de la actuación de Firth. Angustiado, avergonzado, resentido, el príncipe le confía su historia al atónito Logue. Pero a nosotros, como audiencia, no nos sorprende su triste relato. Es como si hubiéramos percibido, si no los detalles, los grandes rasgos de lo que le sucedió, porque lo hemos vislumbrado en su mirada, en su porte, desde el primer momento que lo conocimos. Firth no sólo interpreta al príncipe de edad madura, sino que habita la vida entera del hombre y nos la transmite, como por encanto subliminal. Su interpretación es inmejorable. Pero Rush se las arregla para mantenerse a la altura de su coprotagonista, proyectando autoridad y confianza en sí mismo, aun cuando, tarde en la trama, resulta no ser todo lo que su famoso cliente pensaba.

La película también tiene magníficos actores secundarios. En el papel de la esposa del príncipe, Helena Bonham Carter proyecta una fantástica mezcla de estoica realeza y amante esposa. Gambon enfurece al espectador en el papel del viejo rey, y Guy Pearce nos da escalofríos en el papel de Edward VIII, el rey que abdicó para casarse con la dos veces divorciada "mujer que amo", obligando así a su horrorizado hermano menor a ocupar el trono.

Como sugiere el título, el clímax de la película gira alrededor de un discurso; unos cientos de palabras que el nuevo rey tiene que leer al ascender al trono. La historia cuenta que la dicción que el rey logró con tanto esfuerzo inspiró a sus compatriotas no sólo ese día, sino durante todos los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial. En una época en que el mundo parece insistir en que sus príncipes y princesas no sean más que figuras frívolas y

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