El Equilibrista

Un hombre equilibrista coloca una cuerda entre dos edificios altos de la ciudad al tiempo que pregunta a un gran número de espectadores sobre si creen que será capaz de cruzar caminando sobre la cuerda. Todos le proclaman con mucho ánimo y euforia que sí creen en él. Enseguida realiza una segunda pregunta: ¿Y creen en que pueda cruzar con los ojos vendados? Aunque con mucho entusiasmo pero disminuye la cantidad de espectadores que le dicen que sí, que lo logrará. Lanza enseguida una tercera pregunta: ¿Y de ustedes, quienes creen en que lo lograré con una carretilla en las manos? Pasan algunos segundos pero finalmente tres espectadores alzan la mano un poco temerosamente y le dicen: “tú puedes, lo lograrás”. Entonces el equilibrista les pregunta: ¿Quién de ustedes quiere venir conmigo y subir a la carretilla? De entre ellos solo uno, al fondo alza la mano y le grita: “Yo creo en ti y por eso yo voy contigo, porque yo creo firmemente que lo lograrás. Entonces el equilibrista dice: Vamos pues, que basta que otro crea en mí para lograrlo.

Puede hacerse una lectura, o puede representarse…

Sea que se haga una o las tres propuestas de actividades, el animador invita a la reflexión mediante las siguientes preguntas

¿De qué manera una idea o una convicción cuando es compartida incrementa su fuerza? ¿Por qué será?

¿Qué experimenta un individuo cuando comparte con otros sus convicciones? ¿Cómo se nota?

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