El Espejo Nocturno

La Luna es menos brillante de lo que aparenta. La luminosidad de un objeto es una característica expresada en Albedo que es, como lo menciona Mike Luciuk : “Reflectivity of the surface of a planet, moon, asteroid, or other celestial body that does not shine by its own light ” (“La reflectividad de la superficie de un planeta, luna, asteroide, u otro cuerpo celeste que no brilla por su propia luz”), de esta manera, un cuerpo que no refleja la luz tendrá un Albedo de 0 y el que refleje toda la luz que incida sobre él será de 1. La superficie lunar es una de las menos reflectantes del Sistema Solar, recibe todo su esplendor del Sol y de quien refleja solo el 7 % de la luz . En la antigüedad se creía que la cara reluciente de la Luna era lisa y reflejaba las sombras de la Tierra. En contra de lo anterior Galileo Galilei, en 1610 mencionó que “[…] la superficie de la Luna no es lisa y pulida, sino áspera y escabrosa y, que a semejanza de la faz de la Tierra, está llena por todas partes de inmensas protuberancias, abismos profundos y sinusoidales ”. Entonces por lo que respecta a nuestro satélite natural el ritmo al que éste se hace más brillante supera ampliamente el ritmo al que aumenta visiblemente el área de su superficie puesto que las llanuras de lava y cráteres se iluminan oblicuamente por los rayos solares resaltando las zonas menos accidentadas , es por ello que posee de forma permanente un hemisferio oscuro y otro iluminado. En definitiva, la Luna es solo un tenebroso reflector.

...