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Supersticiones

A lo largo de la historia las supersticiones han tenido un peso importante, ya sea para bien o para mal, pero, ¿Realmente sabemos que es una superstición? ¿O sí afecta más a unas u otras personas?

Según la Real Academia Española, una superstición es una desviación del sentimiento religioso que nos hace creer en cosas extrañas a la fe y contrarias a la razón. Nosotros, llamaremos superstición aquella creencia, idea o sentimiento que consiste en relacionar hechos con objetos, números, fechas… con cosas buenas o cosas malas.

Normalmente el origen de cada superstición viene a partir de tradiciones populares, transmitidas de generación en generación. Esto significa que los amuletos asociados a la buena suerte o mala vienen dados por años de transmisión vertical. A veces hemos escuchado que muchas de estas creencias es más común en pueblos menos desarrollados, según estudios, esto es verdad, es decir, los pueblos o culturas con una evolución menor creen más en las supersticiones, pero no obstante esto no significa que los lugares más evolucionados no tengan un alto nivel de creencias supersticiosas. También hay que tener en cuenta el ambiente en el que se encuentra uno y la educación recibida durante la infancia, dos factores muy importantes en futuras creencias a supersticiones. Además de estos factores, también interviene la personalidad del individuo

Muchas de las personas que creen en la supersticiones saben que su creencia no tiene mucho sentido pero igualmente siguen creyendo en ella y poniéndola en práctica. Estas personas presentan un grado distinto según la creencia supersticiosa. Algunas personas creen con mucha seguridad que si un gato negro se cruza por delante traerá mucha mala suerte y puede que esta persona vaya hasta a un curandero, otras puestas en el mismo caso creerán en la superstición pero seguirán con su vida cotidiana sin asistir a un especialista y el tercer grado creado agruparemos a aquellas personas las cuales cuando se les cruce un gato negro no lo asociarán con la mala suerte. Las personas clasificadas en el primer grado suelen tener una cierta mentalidad mágica dispuestas a creer en hechos que resultan irracionales, anormales o inexplicables.

La superstición no tiene porque asociarse al mal u horror solamente para prevenir males, sino que también es un camino alternativo para que no desaparezcan ciertas esperanzas y por tanto, nos produzca una sensación de alivio o de control. Consecuentemente la superstición no es más que un mecanismo, que tiene el ser humano, de defensa para afrontar situaciones difíciles, sensaciones de malestar… para darnos energía y fuerza para luchar para que algo se cumpla o no. No obstante cuando este mecanismo se utiliza con demasiada frecuencia, puede hasta causar situaciones de malestar y de poca paz con nosotros mismos y finalmente lo que nos hacía parecer mantener el control de la situación,

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