El General En Su Laberinto

El General En Su Laberinto, obra de Gabriel García Márquez, y su proyecto de escribir los días finales de Bolívar más que por las glorias del personaje se interesó por su esencia de hombre sufrido, desesperanzado, traicionado por su gente y enfermo.

El 10 de diciembre de 1830 días antes de su muerte, tras dictar sus últimas voluntades y rechazar las indicaciones de su médico personal para recibir de buen grado los sacramentos, Bolívar exclama: ¿Qué es esto?... ¿estaré tan mal para que se me hable del testamento y de confesarme?... “¿cómo voy a salir de este laberinto?”. El episodio define el alcance del acercamiento mítico, histórico y humano de Gabriel García Márquez a la figura de Simón Bolívar a través del lenguaje de la ficción.

Aclamado como libertador, blanco de numerosas conjuras políticas y militares, héroe romántico y hasta libertino para sus detractores y partidarios, idealista íntegro y abandonado que contempla las ruinas de sus sueños de unidad de los pueblos americanos, tras la Independencia del dominio Español, Bolívar emprende enfermo, con un menguado séquito lo que será su viaje final. Un viaje lleno de desesperanza y desasosiego. Es un viaje final en doble sentido: La marcha le proporciona oportunidades para considerar los pasos que ha dado su agitada vida, y al mismo tiempo, la gravedad de su dolencia apresura en pocos meses su muerte.

El libertador desvela su drama sin eludir el asedio de los espectros, la presencia de quienes cruzaron los territorios de su Utopía, acosado por sus recuerdos y fantasmas, es un hombre sólo el que enfrenta ese deseo de Unificación.

Existe una separación de la realidad. La decadencia en la percepción de las cosas que nos rodean, y la oposición a la sociedad humana, nos encierran en un mundo imaginario de lo inexistente, un mundo dominado por la nada, el hecho de sentirse solo no es ajeno a ningún hombre, todas las personas en algún momento de sus vidas se sienten solas; esto lleva a una búsqueda de relacionarse con otros pero cuando esto no es propio, ya todo esta perdido incrustado en ese mundo que lleva a la desesperación y las ganas de no seguir viviendo por una causa que se ve ya ida muy lejos de nuestras manos tal es el caso del General en la obra El General En Su Laberinto del gran escritor Gabriel García Márquez.

En la obra antes nombrada se nos muestra a un Bolívar sin deseos ni esperanzas de vivir, ya que todo lo que lo rodeaba no era nada de lo soñado un día, razón por la cual se va hundiendo en una enfermedad, miseria, desesperanza, desasosiego, que finalmente lo consumió y lo llevo a la tumba.

“…pero ya sus ásperos y rizos caribes se habían vuelto ceniza y tenia los hechos desordenados por la decrepitud prematura que parecía que no llegaría al julio siguiente…”

“… en vez de palomo blanco su caballo histórico, venía montado en una mula pelona con gualdrapas de estera, con los cabellos encanecidos y la frente surcada de nubes errantes, y tenía la casaca sucia a manga descocida. La gloria se le había salido del cuerpo…”

“…tirado en el suelo de una miserable choza improvisada como un cuartel general […] y sin fuerzas siquiera de espantar las gallinas que picoteaban en torno suyo […] despidió al visitante con un dramatismo desgarrador: “vaya cuéntele al mundo como me vio morir, cagado de gallinas en esta playa inhóspita”, dijo”.

Ya el general tenía todo perdido, estaba en ese “laberinto” donde nadie lo podía sacar, ya no tenía nada todo iba cuesta abajo, un futuro que vio prodigioso no se le veía ninguna perspectiva, donde nadie podía parar, una enfermedad que avanza, alineada a esa desesperanza que carcomía más su alma. Personaje que no aceptaba que esa vida tan merecedora de mundo, se perdiera, pero el único camino que llevaba era la tumba.

Una vida sin sentido provoca una inutilidad en toda aspiración o meta humana, que se quiera cumplir. Creándonos una sensación de fracaso, aburrimiento, hastío, que nos persigue a lo largo de nuestras vidas. Quedándonos en un mundo estático, donde el espejismo, un no tiempo, la nada, la decadencia y la muerte. En este caso podríamos mencionar a Cioran quien dice:

“solo en la vida, nos preguntamos si la soledad de la agonía no es el símbolo mismo de la existencia querer vivir y morir en sociedad es una debilidad lamentable. La muerte más profunda y verdadera es aquella causada por la soledad, cuando hasta la luz se convierte en principio de muerte…”

La soledad y la tristeza son utilizadas como un símbolo permanente en la existencia del ser humano, son los principales factores que participan en el equilibrio emocional de nuestras vidas, quebrantando el alma, creando una visión desesperanzadora carente de felicidad y amor que nos ha tocado vivir. Dirigiendo la vida hacia un abismo oscuro, desolado y agónico, donde padecemos, hasta que llega la hora de la muerte encontrándonos en un mundo desgraciado y estéril, tal es caso del personaje Bolívar en la obra El General En Su Laberinto, ya la vida no representaba nada para él.

“en el equipaje que José Palacios arreglo sin prisa la mañana mientras el acababa de vestirse, solo tenía dos mudas de ropa interior muy usadas y dos camisas de quitar y poner, la casaca de guerra con una doble fila de botones que se suponían forjados con el oro de Atahualpa, el gorro de seda para dormir y una caperuza colorada que el mariscal sucre le había traído de Bolivia para calzarse no tenía más que las pantuflas caseras, las botas

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