El Gran Hermano y otras estrategias de iniciación en el fútbol

El Gran Hermano y otras estrategias de iniciación en el fútbol

En éste artículo se habla sobre el caso de una familia que se vuelca totalmente con la enseñanza deportiva de su hijo, Imko, tal es así que su hermano decide entrenarle llegando incluso a los 300 entrenamientos por curso.

Describe la importancia que tiene el entrenador dentro del grupo, siendo éste el referente del grupo, la persona a imitar. Un entrenador debe ser capaz de demostrar las cualidades más beneficiosas del futbol, aquellas que inciten a practicar éste deporte. Lo cual no quiere decir que en momentos determinados no haya que hacer recapacitar al grupo por su actitud, pero ello no debe ser lo habitual.

Continua destacando la importancia que ha adquirido la presión dentro del futbol, puesto que en muchas situaciones lo único que se pretende es que el niño de resultados en lugar de inculcarle que se trata de un deporte del que debe disfrutar. Esto también queda reflejado en la actitud de determinados seguidores en los campos de futbol, quienes se dedican a insultar en lugar de disfrutar viendo a sus hijos, compañeros, etc…

Esta presión que se genera afecta al jugador, de forma que algunos son capaces de sobreponerse a ella, sin embargo otros ven reducido su rendimiento debido a la misma Ley de Yerkes.

Se habla también del equilibrio que debe existir entre entre las exigencias y las habilidades del deportista, puesto que es impensable que una persona pueda desarrollar cualquier actividad que este fuera de lo común, cada uno dispone de una serie de habilidades, y las exigencias deben ser acordes con ellas. Los futbolistas de élite tienen la capacidad de entrar en el estado de flujo, una experiencia  donde mente y cuerpo trabajan en sintonía plena: saber hacer, querer hacer y poder hacer. Ello permite que las decisiones que se toman mientras se desarrolla la actividad sea algo normal para ellos a pesar de la presión exterior.

Es conveniente que los futbolistas sean capaces de valerse por si mismos dentro del terreno de juego, bien es cierto que el entrenador debe ayudar, pero deben de ser los jugadores quienes tomen las decisiones que crean correctas con el fin de convertirse en deportistas autosuficientes.

En las diferentes categorías debería tenerse en cuenta la tarea realizada y no tanto el resultado, es decir, se debe tener en cuenta la evolución de los niños durante las distintas etapas, como éstos consiguen desarrollar diferentes cualidades a medida que van entrenando y no solo el resultado a nivel colectivo. A nadie le gusta perder, pero es parte del juego por ello se debe inculcar valores positivos de forma que todos ellos sepan cómo comportarse cuando se gana y cuando se pierde, la labor del entrenador en éste aspecto es realmente importante con el fin de fomentar el compañerismo, la socialización… todo ello contribuye a mejorar el autoestima de los niños, del mismo modo que si el comportamiento del entrenador no es el adecuado puede que los el resultado obtenido sea el opuesto.

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